Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas: “Seguir con el estribillo de pedir las actas es prestarse al juego de Maduro”

Exalcalde de Caracas y opositor exiliado en Madrid, Antonio Ledezma conversa con ‘Infobae España’ en la víspera de la manifestación internacional contra Nicolás Maduro

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El opositor venezolano, Antonio Ledezma,
El opositor venezolano, Antonio Ledezma, conversa con 'Infobae España' en Madrid (Lydia Hernández)

Conocido como el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma lleva tiempo alejado de la capital venezolana. Obligado a exiliarse en 2017 tras más de 1.000 días detenido por el gobierno de Nicolás Maduro, sigue presionando desde Madrid como portavoz de la Plataforma Unitaria Democrática. Desde una cafetería del distrito de Salamanca de la capital, se expresa con una franqueza que sabe que sus compatriotas no pueden permitirse. “No es lo mismo hablar con la libertad con que yo lo hago hoy desde el exilio a la situación engorrosa que viven los venezolanos, en un país donde pueden estar derribando la puerta de cualquier vivienda de cualquier lugar de Venezuela”, explica a Infobae España.

Las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela han generado un rechazo en la comunidad internacional, que reclama transparencia con las actas. Pero nadie da el paso de reconocer al candidato Edmundo González como el presidente legítimo de Venezuela. Mientras, las denuncias de desapariciones forzosas y brutalidad policial no consiguen frenar a la oposición en el país sudamericano, que prepara una nueva marcha contra Maduro este miércoles. En la víspera a esta manifestación, que se replicará en Madrid, Ledezma habla con Infobae España sobre la situación del país y la respuesta desde el exterior.

Pregunta: El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, hablaba este lunes sobre la postura frente a Venezuela. España ha rechazado hablar de “dictadura” y no reconocerá los resultados presentados por Maduro, pero tampoco los de la oposición. ¿Cómo valora la postura actual del país? ¿Es adecuada o se queda corta?

Respuesta: Bueno, la diplomacia es una disciplina muy exquisita y hay momentos en que quienes la ejercen quieren decir cosas que no se dicen. El mismo ministro Albares ha confesado que ha conversado con María Corina, con Edmundo; pero también, como le corresponde por ser miembro de un gobierno, con los representantes del régimen de Maduro. Él dice que no van a reconocer ningún resultado hasta que no se presenten las actas. Bueno, las actas ya fueron presentadas por María Corina y son perfectamente verificables. Son actas que los héroes del 28 de julio pudieron recabar. Nosotros vamos a seguir insistiendo para que el Gobierno de España se ponga a la cabeza en Europa del reconocimiento del gobierno legítimo de Venezuela, que lo encarna Edmundo González Urrutia.

Con relación al tema de si es dictadura o no, me imagino que al canciller [ministro] se le plantean algunas barreras y escrúpulos comunicacionales por su condición de canciller, pero esta es una hora en la que no hay que tener titubeo al momento de caracterizar un régimen oprobioso como el que está sojuzgando al pueblo de Venezuela. En un país donde no haya separación de poderes, hay dictadura, y en Venezuela no hay separación de poderes. El poder legislativo es un aparato que controla Jorge Rodríguez. Son capaces allí de anunciar leyes para controlar a las organizaciones no gubernamentales, para calificar de traidor a la patria al que simplemente disienta de la opinión de Maduro.

Alguien que se ufane de decir que va a abrir nuevas cárceles, que tiene más de 2.500 venezolanos detenidos desde el pasado 29 de julio por quejarse por el fraude que está haciendo Maduro, alguien que tiene encarcelado a 150 niños, acusados de terrorismo... Eso no es un demócrata, eso es un dictador. Y alguien que sea capaz de pretender burlar la sobre la voluntad soberana de millones de venezolanos como lo está haciendo Maduro con el mayor descaro... Eso es propio de un dictador, no de alguien que tenga catadura democrática.

Protestas contra Maduro en Caracas.
Protestas contra Maduro en Caracas. (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

P: La postura que mantiene ahora mismo España no difiere mucho de la de otros Estados. La Unión Europea no reconoce los resultados de Maduro como la voluntad del pueblo venezolano, pero tampoco se ha apresurado a reconocer a Edmundo como presidente. Lo mismo hacen desde la ONU, que se limita a pedir transparencia. ¿Es esta reclamación suficiente o esperan el reconocimiento de González?

R: Se están cumpliendo etapas. Ciertamente las instituciones como la ONU, la OEA, la Unión Europea, parten de no avalar la proclamación írrita que hizo Maduro. Eso es relevante y muy importante para la lucha que estamos dando los venezolanos. Ahora viene una nueva fase, que es la del reconocimiento [de Edmundo González], porque seguir con el estribillo de pedir las actas es como prestarse al juego de Maduro, que siente que se le agotó el tiempo y trata de comprar más burlándose de la comunidad internacional.

La soledad de Maduro lo hunde en un abismo porque él mismo se ha venido aislando. Ya no tiene ni siquiera la comprensión de sus aliados históricos, como es el caso de Lula, de Brasil, el caso de Petro, de Colombia. El propio presidente López Obrador, de México, se inhibió de reconocer esa esa proclamación, porque sería convalidar un delito tan grande como este que ha cometido Maduro. Hacer el papelón que están haciendo, por ejemplo, sus incondicionales socios de Nicaragua y de Cuba, que es lo que le queda a Maduro. Y lo de Rusia, Putin o Irán o Corea del Norte. Allí se refugia Nicolás Maduro.

P: Piden el reconocimiento de las actas presentadas por María Corina. Ya hubo un reconocimiento a la oposición desde fuera en otros momentos. La Unión Europea, por ejemplo, reconoció a Juan Guaidó como presidente interino en 2020. ¿Qué ha cambiado ahora? ¿Podría suponer una diferencia este reconocimiento?

R: Totalmente, porque Juan Guaidó asumió la figura de presidente interino con base al artículo 33 de la Constitución Nacional. Había un vacío de poder y por eso lo avalaron los diputados que mayoritariamente integraban la Asamblea Nacional, elegida en el año 2015. En estas circunstancias, a Edmundo González lo embiste el pueblo, casi ocho millones de venezolanos y no 180 diputados. A diferencia de Maduro en 2019, Edmundo González tiene legitimidad de origen, esa es la gran diferencia.

“El silencio de Zapatero hace mucho ruido”

El expresidente del Gobierno, José
El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una imagen de archivo (Alberto Ortega/Europa Press)

R: No solo allí, hay personas en la izquierda, tanto en España como fuera, a los que les cuesta criticar el gobierno de Maduro. ¿Entiende estas posturas?

R: Lo que está haciendo Maduro es injustificable e inexplicable y el que se eche al hombro ese fardo pesado, que asuma su responsabilidad. Creo que Maduro no le da rédito a nadie y lo ha dicho muy bien el presidente Boric de Chile, que es un hombre de izquierda: Maduro es la antítesis de lo que ellos definen como izquierda.

P: Aún así, siguen llegando esos comentarios de apoyo. En España, por ejemplo, representantes de Unidas Podemos han hablado claramente a favor del gobierno de Maduro.

R: Bueno, eso es una relación muy oscura que tendrían que aclarar los que se atreven a defender lo indefendible. Esta no es una lucha ideológica, porque para mí los derechos humanos están por encima de la ideología. Y Maduro es un perpetrador de crímenes de lesa humanidad.

P: Aunque muchos han hablado, otros han preferido el silencio. José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de España y observador internacional en los comicios venezolanos, todavía no se ha pronunciado sobre lo que vio el pasado mes. ¿Cómo valora este mutis?

R: El silencio de Zapatero hace mucho ruido. Primero, porque es un expresidente de un país democrático, que además tiene una relación histórica con Venezuela. Y en segundo lugar, bien se sabe que el régimen de Maduro limitó el ingreso de los observadores internacionales. Fueron pocos los que tuvieron la oportunidad de estar allí presentes, entre ellos el presidente Zapatero. Y cuando uno revisa las actuaciones de los que fungieron como observadores en Venezuela nos encontramos que todos han dado una opinión. El único que no ha hablado es Zapatero y él tiene que saber lo que pasó en Venezuela. Él sabe lo que todo el mundo conoce, que hubo una participación masiva en medio de grandes arbitrariedades y que, sin embargo, la oposición ganó. Y por eso todo el mundo está pendiente de que él diga, por lo menos, “esta boca es mía”.

“Este régimen no tiene votos, pero tiene fusiles”

Antonio Ledezma, durante una manifestación
Antonio Ledezma, durante una manifestación contra el gobierno de Nicolás Maduro en Madrid (Imagen cedida a Infobae España)

P. La ONU da cuenta de más de 2.400 detenciones desde el 29 de julio, algunas de ellas ya catalogadas como desapariciones forzosas. Incluso se habla de brutalidad policial. ¿Cómo se reciben estas noticias desde España?

R: Como un capítulo más de la historia cruenta que protagoniza Nicolás Maduro. En mi país en este momento las garantías constitucionales están suspendidas de hecho. Todo el mundo tiene en riesgo su vida, comenzando por Edmundo y María Corina. Cualquier persona es tachada de sospechosa simplemente por tener en su teléfono una imagen de Edmundo González o alguna alusión a la victoria y al trabajo realizado por María Corina Machado. Que los venezolanos salgan a protestar es un desafío a todos estos riesgos implícitos en un régimen que no tiene empacho a la hora de quitarle la vida a una muchacha, a un muchachito de 15-16 años o llevarse por delante a una familia completa. La cacería es brutal y ante eso, nosotros lo que pedimos es que el mundo no guarde silencio, que no mire para los lados. Algo se tiene que hacer. Porque lo otro sería dejar que se establezca el mal ejemplo de que la suerte de los países no depende de elecciones, sino de fraudes. Están en juego los valores y principios de la democracia en América y en cualquier parte del mundo.

El presidente de Venezuela, Nicolás
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. EFE/ Miguel Gutiérrez

P: Edmundo González ha sido citado ya dos veces a declarar por delitos de conspiración, entre otras acusaciones. ¿Qué busca conseguir el gobierno de Maduro con esta estrategia?

R: Ganar tiempo y descalificar al presidente electo, porque este señor se atreve a citar nada más y nada menos que al presidente electo de Venezuela. No se sabe en calidad de qué lo cita, si de testigo o de imputado. Pero además, esa es otra institución que está desprestigiada en Venezuela. Este señor [Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela], se hace llamar el “poeta de la Revolución” y la gente lo llama coloquialmente el “poeta de la tortura”, porque él es el que se presta a montar expedientes para que vayan a perseguir a gente inocente. Este señor tendrá que dar la cara algún día a la Corte Penal Internacional, porque él es el cómplice necesario en esta coyuntura de Maduro para cometer crímenes de lesa humanidad.

P: Han llamado a la población exiliada en España a concentrarse en Madrid este miércoles. ¿Cuáles son los próximos pasos a tomar desde la oposición, tanto dentro como fuera del país?

R: Adentro, resistir con esas treguas tácticas que ha indicado muy bien María Corina y Edmundo. Cuando la gente reclama manifestaciones multitudinarias, hay que responderle que la gran manifestación multitudinaria se produjo el 28 de julio. ¿Qué manifestación más contundente y clara que 8 millones de venezolanos apoyando la opción de Edmundo González Urrutia? La gente ha acompañado a María Corina en cada una de las convocatorias que se han realizado y estoy seguro que para este miércoles vamos a tener también la presencia de mujeres y hombres que asumen el riesgo de ir a esta cita, conscientes de que pueden ser blanco de la cachiporra. Porque este régimen no tiene actas, no tiene votos, pero tiene fusiles, balas, cachiporras, herramientas persecutorias para hostigar a los ciudadanos.

Afuera nos corresponde a nosotros acompañar a los venezolanos que están luchando adentro, porque ellos allá son los que están poniendo el pecho. El acompañamiento desde fuera es importante: que no nos rindamos, que no permitamos que se normalice esta tragedia. Donde hay un venezolano, desde Tailandia hasta Estados Unidos o Islandia, tiene que tronar esa voz, hacerse escuchar, para que se produzca un eco de solidaridad a la gente que está resistiendo adentro.

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