La última vez que Giuseppina Bardelli, una mujer de 89 años llamada Pinuccia por sus seres queridos, fue vista, fue el 21 de agosto. Fue en el bosque de Maccagno, en el norte de Italia, con su hijo de 57 años. Habían ido a buscar setas en la zona y se separaron un momento al ir por caminos distintos. Cuando él regresó y fue en busca de su madre, no encontró ni rastro de ella.
A partir de ahí se inició una búsqueda que ha durado cuatro días, cada uno con menos esperanzas de encontrarla sana y salva que el anterior. Sin embargo, finalmente Giuseppina ha sido encontrada viva, después de sobrevivir cuatro días en el bosque estando herida y completamente sola.
Cómo sobrevivió la anciana
Los hechos ocurrieron en la provincia italiana de Varese, y es gracias al testimonio de la protagonista y sus familiares a los medios de la zona por lo que conocemos exactamente qué ocurrió en esas casi 100 horas en las que la mujer de 89 años estuvo desaparecida en mitad del bosque.
Pinuccia se había mareado y caído en el camino entre los helechos, dándose un golpe que le produjo varias lesiones, entre ellas unas cuantas costillas rotas y un pulmón ligeramente perforado, que le impidieron moverse con libertad y también la desorientaron. Por suerte, había pasado mucho tiempo en la montaña cuando era joven, y no en vano estuvo en el Club Alpino Italiano, con el que hizo muchas excursiones. Esta experiencia le sirvió para poder aguantar hasta ser rescatada.
Y es que, para sobrevivir, Giuseppina aprovechó el agua de la lluvia tras el paso de una tormenta para beber en los charcos que se iban formando cerca de ella, mientras que para protegerse del frío que hacía por las noches cortaba algunas hojas de la vegetación cercana y se cubría con ellas. Era también en esos momentos cuando sacaba su rosario y se ponía a rezar, algo que, según ha explicado, le resultó de gran ayuda.
Una repercusión local, regional y nacional
Cuando el hijo se dio cuenta de que su madre había desaparecido sin dejar rastro, dio la voz de alarma a las autoridades y se inició un operativo de búsqueda inmediatamente. La noticia sacudió a los habitantes de la zona, pero también a la región y al país, que siguió atentamente la búsqueda durante las jornadas que duró.
Tal fue la implicación que muchos residentes de localidades cercanas colaboraron con los distintos equipos de rescate: Voluntarios de Protección Civil, Salvamento Alpino, Bomberos, Socorristas de la Cruz Roja y Unidades Caninas. “Nada quedó al azar, ni un metro de aquella hermosa y frondosa zona, ni siquiera un barranco, ni siquiera una arboleda de altísimos árboles alegres y ningún salto de roca o sendero quedó sin explorar”, explican en un comunicado desde la Comunidad de Montaña de los Valles de Verbano.
Drones, helicópteros y grupos de rescate rastreando todo el bosque, hasta que finalmente, cuando las posibilidades de encontrarla aún con vida eran escasas, si no nulas, un grupo de voluntarios oyó la voz de la mujer pidiendo ayuda alrededor de las 5 de la mañana. “Gracias ‘abuela’ por haber resistido tan tenazmente en el bosque durante todo ese tiempo y así darle sentido a nuestra misión”, se despide la Comunidad.
Se hizo amiga de un zorro
El vástago de Pinuccia también ha ofrecido declaraciones a los medios tras conocerse el rescate y la hospitalización de su madre. “Fue una emoción indescriptible. Cuando vi a los carabinieri correr hacia mí, me di cuenta de que algo había sucedido. Y cuando me dijeron que estaba viva, la alegría fue inmensa”.
A estas palabras hay que añadirles otra declaración ofrecida al medio Corriere della Sera, en la que el hijo narra cómo Giuseppina recibió por las noches la “visita de un zorro”. “Se habían hecho casi amigos”, cuenta él, “mi madre le dijo ‘no me hagas nada, estoy bien, serena’”.