El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es una referencia esencial en el mercado laboral español, ya que establece la cantidad mínima que un trabajador debe percibir por una jornada laboral completa, independientemente del tipo de contrato o del sector en el que se encuentre. En 2024, el SMI en España continúa siendo un tema central en el debate socioeconómico, reflejando las tensiones entre la necesidad de garantizar un nivel de vida digno para los trabajadores y las preocupaciones de competitividad y sostenibilidad para las empresas.
La evolución del SMI en España
El SMI ha experimentado un notable incremento en los últimos años en España, siguiendo una tendencia marcada por las políticas de los gobiernos que han buscado mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, reducir la pobreza laboral y avanzar hacia una mayor equidad social. Este aumento ha sido especialmente significativo desde 2019, cuando el Ejecutivo dirigido por Pedro Sánchez decidió acelerar la subida del salario mínimo para acercarlo al 60% del salario medio, una recomendación de la Carta Social Europea.
En 2023, este SMI se situaba en 1.080 euros al mes, representando 15.120 euros anuales computados para catorce pagas. Esta cifra fue el resultado de sucesivos incrementos que se habían producido desde 2018, cuando el SMI se encontraba en 735,90 euros al mes. Este salto cuantitativo reflejó un esfuerzo por recuperar el poder adquisitivo perdido durante la crisis económica de 2008 y sus secuelas.
El SMI en 2024
De esos 735,9 euros registrados en 2018 se ha registrado un aumento rápido (de un 54,1% acumulado) que ha alcanzado los 1.134 euros en 2024. La subida del SMI ha superado con creces al resto de los salarios y que ha contribuido a reducir el porcentaje de trabajadores que cobran sueldos bajos, aunque el efecto sobre la pobreza salarial se ha visto mermado por la inflación. Según la última encuesta de estructura salarial del INE, publicada esta semana, el salario medio creció un 12,2% entre 2018 y 2022, pero en el mismo periodo el SMI experimentó una evolución al alza del 35,9%. Esto ha producido un efecto de arrastre sobre los salarios más bajos y ha situado la desigualdad salarial a mínimos de la última década
Sin embargo, para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), el aumento del SMI puede suponer un reto. La subida de los costes laborales podría llevar a una reducción de la contratación o a un aumento de la informalidad laboral, según algunos expertos. No obstante, estudios realizados en España y en otros países europeos sugieren que los efectos negativos sobre el empleo tienden a ser limitados si el aumento del SMI se realiza de manera gradual y se acompaña de políticas que apoyen a las empresas, como subvenciones o reducciones fiscales.
Comparativa europea
En comparación con otros países de la Unión Europea, el SMI de España en 2024 sigue estando por encima de la media, aunque por debajo de economías más fuertes como Francia, Alemania y los Países Bajos. En Francia, por ejemplo, el salario mínimo en 2024 se sitúa en torno a 1.747 euros brutos mensuales, mientras que en Alemania alcanza los 1.987 euros. Esta disparidad refleja las diferencias económicas y de coste de vida entre los distintos países miembros, así como las políticas nacionales respecto al trabajo y la protección social.