La Universidad Politécnica de Madrid acaba de licitar un misterioso contrato que presenta muchos interrogantes y pocas respuestas. Se trata del “suministro de un sistema de comunicaciones cifradas con el exterior de la Zona de Acceso Restringido” que hay en esta universidad. Un contrato que ha tenido que ser supervisado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y que ha sido adjudicado a dedo (es decir, por el sistema de negociado sin publicidad) a la empresa Epicom por 158.000 euros. Epicom era la filial militar de la compañía Duro Felguera y está participada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
La SEPI tiene el 40% de Epicom. El 60% restante fue adquirido en septiembre de 2023 a Duro Felguera (que pasaba por graves problemas económicos) por Indra y el Grupo Oesía (compraron el 30% de las acciones cada uno). El objetivo es que no cayera en manos extranjeras. Epicom está considerada una empresa estratégica para la Seguridad Nacional. Es la encargada, por ejemplo, de encriptar los teléfonos a los servicios secretos españoles y es uno de los proveedores clave del Ministerio de Defensa y de las Fuerzas Armadas. Ofrece productos que no tienen competencia en España y es esencial a la hora de poder combatir los ciberataques que reciben Administraciones y organismos públicos y privados.
¿Qué hace la Universidad Politécnica de Madrid licitando un contrato de este tipo y adjudicándoselo obligatoriamente a esta empresa? “La Universidad Politécnica tiene una larga trayectoria en el campo de la I+D+i en el que se trabaja con información clasificada. Dado el aumento en la actividad en este campo, sobre todo debido al fuerte incremento en desarrollo de tecnologías para la seguridad y la defensa tanto a nivel nacional como de la Unión Europea y la OTAN, se hace necesario aumentar la actual instalación de la Zona de Acceso Restringido (en adelante ZAR), que la universidad tiene actualmente en uso”, reza el pliego de condiciones. Infobae España ha intentado, sin éxito, obtener más información sobre el trabajo que se realiza en esta zona ZAR, pero el secretismo es absoluto.
Lo que está haciendo la universidad es construir un segunda zona restringida (ZAR) en otra ubicación distinta a la primera. Para acceder a ambas hacen falta unas acreditaciones especiales. Y para poder interconectar el trabajo que se va a desarrollar en las dos instalaciones se “necesitan unos protocolos seguros aprobados por el Centro Nacional de Inteligencia”. Pero no solo eso, las dos ZAR, aunque están muy protegidas, no son centros estancos. Están conectados al mundo exterior a través de Internet. Para evitar que sean vulnerables y no reciban ciberataques hay que utilizar cifradores acreditados también por el CNI.
Ubicación secreta
“Por lo tanto, para interactuar con el mundo exterior, interconectar las dos ZAR físicas que tiene la Universidad Politécnica de Madrid, y conectarse con otros centros y empresas con los que se trabaja con información clasificada es necesaria la adquisición de dos cifradores EP430TX, un centro de gestión EP543X, la licencia para el centro de gestión EP543IC y ocho cifradores EP960″, reza el pliego de condiciones.
Un sistema especial que solo puede suministrar Epicom, que costará 158.000 euros y que están avalados por el Centro Criptológico Nacional, que depende del CNI. Según ha podido saber este diario, un número muy limitado de empleados trabajan en la ZAR de la Politécnica, solo ocho personas.
La universidad motiva la licitación de este contrato, necesario tras la creación de otra ZAR, debido “al fuerte incremento en desarrollo de tecnologías para la seguridad y la defensa que se están potenciando tanto a nivel nacional como de la Unión Europea y de la OTAN, y su impacto en la I+D+i que se sustancia en una creciente política de inversión en este capítulo”.
Por eso, es imprescindible “aumentar la capacidad de la ZAR que la Politécnica tiene actualmente en uso”. La discreción es tan importante que no se hace pública la ubicación del antiguo y del nuevo ZAR por motivos de seguridad.