Muchas ciberestafas comienzan con un delito de suplantación de identidad, en el que una persona anónima se hace pasar por un ser querido, ya sea un amigo cercano o un familiar, con el objetivo de ganarse la confianza de la víctima. Una usuaria de X (antiguo Twitter) ha denunciado una nueva estafa en la que la víctima fue su suegra, y el supuesto estafador “su hijo”. El delincuente consiguió estafarle más de 30.000 euros.
La mujer afectada recibió un WhatsApp de un teléfono desconocido que empieza: “hola mamá, este es mi nuevo tlf”. Castro ha adelantado que tuvieron la mala suerte de que el suplantado llevaba semanas con el teléfono un poco estropeado, diciendo que tenía que cambiarlo. “Así que ella enseguida se lo creyó”, ha asegurado.
Los mensajes comienzan con un tono familiar y cercano, con el objetivo de asegurarse que la víctima se crea que de verdad es su hijo. Es ahí cuando el supuesto hijo le comienza a pedir ayuda, argumentando que tiene que pagar unos recibos pero no consigue entrar en la aplicación del banco. En concreto, le pide más de 3.800 euros que supuestamente le acabaría devolviendo a su madre.
Es importante destacar que, como en la mayoría de estafas, el estafador hace ver que el tiempo juega en contra, metiendo prisa a la víctima para que no tenga tiempo para pensar. En este caso, el estafador explica que de no hacerlo “le van a cobrar bastantes intereses”.
Hasta cinco transferencias a cinco destinos distintos
Lo primero que intenta el estafador es que ella misma haga la trasferencia online, pero como ella no sabe, le dicen que le va a llamar “un gestor del BBVA para explicárselo”, ha detallado, aunque el supuesto gestor está compinchado. Aún así, no logran que realice la transferencia y acude personalmente a las oficinas del banco, en este caso Caixa Popular. Desde ahí, a petición del supuesto hijo, la mujer realiza dos transferencias a dos cuentas distintas, según apunta Castro, ambas atribuidas al nombre de “María José Fernández”.
De nuevo, el estafador le explica que tiene otra deuda pendiente y le vuelve a pedir otra transferencia, pero esta vez es de 10.300 euros. La mujer, que explica que no tenía tal cantidad, comienza a sacar dinero también de la cuenta de su hijo, de la que ella es autorizada.
Castro ha denunciado la negligencia del banco en todo este proceso. Según critica, el trabajador que le atendió a su suegra no le pidió ningún tipo de confirmación, ni consultó a un superior a la hora de autorizar las transferencias. “El trabajador de Caixa Popular es el único que puede ver en directo que las tres cuentas son de tres bancos diferentes. Y tiene dudas, pero no dice ni hace nada”, ha afirmado, y añade que ni siquiera le comentó que existen estafas de suplantación de identidad con el mismo modus operandi.
Y de nuevo vuelve a pedirle una cuarta transferencia. Y una quinta. Así hasta sacarle más de 30.000 euros. Castro denuncia que el trabajador dio permiso para autorizar una sexta transferencia a un sexto destino distinto. Pero ya no quedaba dinero.
La familia denuncia la negligencia del trabajador
Los familiares acudieron a una comisaría para denunciar esta situación, al percatarse de que la mujer había sido víctima de una estafa y que el trabajador autorizó sin ningún tipo de protocolo de seguridad anti fraude ―todos los bancos tienen― las cinco transferencias con carácter inmediato, por lo que es prácticamente imposible que ese dinero vuelva de vuelta.
Castro afirma que las autoridades le explicaron que las cinco cuentas destino probablemente sean cuentas mula. “Pagan a personas por abrirse cuentas en bancos a cambio de X dinero. Cuando la cuenta es señalada como fraudulenta, le llega una multa al titular pero el dinero hace mucho tiempo que salió fuera de España”.