Un trabajador se queda sin empleo por un error informático: estaba “muerto”, según los datos de la administración pública

Este hombre residente en París se encontró ante una kafkiana situación al descubrir que, según los registros, llevaba muerto desde 2016

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Un hombre perdió su trabajo por aparecer muerto ante la administración pública (Freepik)
Un hombre perdió su trabajo por aparecer muerto ante la administración pública (Freepik)

Un insólito incidente ha puesto en jaque la vida de un hombre de 54 años residente en Senlis, una localidad del departamento de Oise, al norte de París. Este trabajador, empleado como agente de seguridad, se encontró envuelto en una absurda y preocupante situación cuando descubrió, a través de un trámite rutinario, que según los registros de la administración pública, llevaba muerto desde 2016. La confusión, fruto de un error informático, no solo le trajo un gran desconcierto, sino que también le costó su empleo.

La odisea de este hombre comenzó cuando intentó renovar su tarjeta profesional, un requisito obligatorio en Francia para aquellos que trabajan en el sector de la seguridad. Al solicitar la renovación de su tarjeta ante el Consejo Nacional de Actividades Privadas de Seguridad (CNAPS), recibió una respuesta inesperada y alarmante: no podía renovar su tarjeta porque, según los registros oficiales, había fallecido en 2016.

“Me sorprendió mucho descubrir que estaba muerto”, declaró el hombre al diario Le Parisien, que fue el primero en dar a conocer el caso. A pesar de la evidente contradicción de que alguien dado por muerto estuviera solicitando la renovación de su credencial, la administración no pudo corregir inmediatamente el error, dejando al afectado en un limbo burocrático.

Consecuencias laborales: un despido inesperado

El impacto del error administrativo no se limitó solo a los trámites burocráticos. La empresa de seguridad para la que trabajaba, al ser informada de que su empleado no podía renovar la tarjeta profesional necesaria para desempeñar su labor, tomó la drástica decisión de despedirlo. La razón fue simple: según la normativa francesa, es ilegal emplear a un agente de seguridad sin la tarjeta profesional en vigor. La empresa argumentó que, aunque sabía que la situación era consecuencia de un error administrativo, no podían hacer nada hasta que se resolviera el problema y el trabajador obtuviera la documentación necesaria.

La ironía de la situación es evidente: un error informático que lo declaraba muerto condujo a la pérdida de su empleo, una serie de eventos que parecen sacados de un relato kafkiano. Para resolver este absurdo, el trabajador tuvo que embarcarse en un complejo y frustrante viaje burocrático. Aunque el origen del problema era un simple error de sistema, corregirlo no fue tarea fácil. El proceso de “resucitar” ante la administración requirió que el afectado presentara varias pruebas de vida, algo que, en principio, debería ser obvio, pero que se complicó debido a la rigidez de los procedimientos administrativos.

Según las últimas informaciones, la prefectura local ha intervenido y se espera que el trabajador reciba pronto una nueva tarjeta profesional, lo que le permitirá volver a su puesto de trabajo. El empleador ha asegurado que, en cuanto el trabajador obtenga la documentación en regla, será reincorporado a su puesto. Este caso pone en evidencia las graves consecuencias que pueden tener los errores administrativos, especialmente cuando se combinan con la burocracia inflexible. Un fallo informático que podría parecer insignificante provocó no solo un gran trastorno en la vida personal y profesional del afectado, sino que también expuso la vulnerabilidad de los sistemas administrativos a errores humanos o tecnológicos.

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