Ni viven de las ‘paguitas’ ni colapsan los servicios públicos: los bulos contra los migrantes que más se creen los españoles

En ‘Infobae España’ desmentimos algunas de las desinformaciones más comunes contra la población extranjera

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Jóvenes migrantes llegan al puerto
Jóvenes migrantes llegan al puerto de La Restinga en la isla canaria de El Hierro. (Europa Press via AP)

En España crece la desinformación contra las personas inmigrantes. El aumento del número de llegadas irregulares al país (128.000 personas en 2023) ha venido acompañado de una percepción distorsionada de la población nacional sobre los efectos negativos que traen consigo. Estas personas suelen relacionarse con un aumento de la criminalidad, las desigualdades y la sobrecarga de los servicios públicos.

Pero la realidad se aleja mucho de estas ideas. Así lo reflejó el Informe Anual del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes (FISI). La organización, dependiente el Ministerio de Inclusión, expuso a principios del mes de julio las desinformaciones más comunes contra este colectivo, que resultan en un aumento de los discursos de odio y la xenofobia.

La población migrante no llega al 15% del total

El Eurobarómetro especial 464 Integración de los inmigrantes en la Unión Europea, de octubre de 2017, reveló que el 16% de los españoles pensaba que más del 25% de la población era extranjero, mientras que el 17% les situaba entre un 12 y un 24%. Un reciente estudio de la Fundación ISEAK muestra, tras realizar 3.200 encuestas, que los españoles piensan que un 27,8% de la población es inmigrante.

Sin embargo, la Estadística continua de Población más reciente del INE indica que, de las 48.592.909 personas que viven en España, 6.491.502 tenían nacionalidad extranjera (el 13,3%).

Los inmigrantes no colapsan la sanidad pública

El estudio de la Fundación ISEAK revela que el 61% de la población nativa en España considera que la inmigración aumenta el gasto público. Entre otras percepciones comunes destaca el colapso de la sanidad: un 46% lo atribuye a la población extranjera.

Para desmentir estos datos, el Foro para la Integración Social de los Inmigrantes alude a la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y del INE, publicada en el año 2017: de los 16 millones de consultas médicas realizadas ese año, solo el 11% corresponde a personas nacidas en el extranjero. Esto, además, no necesariamente significa que sean de nacionalidad extranjera, ya que pueden tener la nacionalidad española.

Tampoco acaparan las ayudas económicas, tal y como cree el 55% de los españoles: el Informe de Rentas Mínimas de Inserción (2021) del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 recoge que, de los de los 305.340 titulares de Rentas Mínimas en España, 79.805 tenían nacionalidad extranjera (el 26,1%). Por el contrario, la tasa de riesgo de pobreza es más alta para los inmigrantes, según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE: del 52,6%, para la población de nacionalidad extranjera nacional de tercer país y del 35,2% para la población nacional de Estados miembros de la Unión Europea, frente al 16,2% para la población española.

Los extranjeros no nos quitan el trabajo

Tal y como refleja el informe de FISI, “cuando en el Estudio nº 3190 del Centro de Investigaciones Sociológicas se preguntaba sobre los aspectos negativos de la inmigración, solo el 2% de las personas señalaba el ‘abaratamiento del mercado de trabajo’ y el 7,4% ‘más competitividad en el mercado de trabajo’. Sin embargo, al preguntarles qué les parecía que ‘a la hora de contratar a una persona, se prefiera contratar a un español antes que a un inmigrante’, el 53% lo consideraban ‘muy aceptable’ o ‘bastante aceptable’”. Ello se debe, según argumentan desde la Fundación ISEAK, a que “tradicionalmente existe la percepción de que los inmigrantes compiten por puestos de trabajo con la población nativa, reduciendo así sus salarios y las posibilidades de encontrar empleo”. En realidad, estas personas suelen acceder a trabajos que ya están peor remunerados y en los que los españoles no suponen más del 9% del total, según indica el informe de FISI.

Al mismo tiempo, existe la creencia de que el 40% de la población extranjera está desempleada. Lo cierto es que el INE registró en el último trimestre de 2023 una tasa de paro del 17,4% para la población extranjera.

Los extranjeros no cometen más delitos

Los datos de la Fundación ISEAK muestran que un 54% de la población piensa que la inmigración aumenta la delincuencia, una percepción que crece hasta el 71% entre las personas que se identifican con una ideología de derecha. En realidad, las estadísticas nacionales no se corresponden con esta percepción. De los más de 400.000 delitos registrados en 2022, la gran mayoría (316.300) fueron cometidos por españoles.

En 2019, la mayor parte de los condenados también eran nacionales (74,6%), frente a un 7,3% de delitos cometidos por personas del continente africano.

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