La aspiración del español medio a tener una casa en la playa dispara los precios hasta los 221.300 euros de media

El coste de una vivienda vacacional en provincias costeras varía desde los 328.646 euros de media en Baleares a los 160.000 euros en Lugo, donde cuesta prácticamente la mitad

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Playa de Formentor, en Mallorca (Shutterstock).
Playa de Formentor, en Mallorca (Shutterstock).

La subida de precio de la vivienda no ha frenado el apetito de los compradores por adquirir una segunda residencia en la que pasar sus vacaciones, y su lugar preferido para hacerlo son las localidades costeras. Con este fin, en el primer semestre de este año se compraron en España un 23,5% de viviendas vacacionales más que en el mismo periodo del año pasado.

Simone Colombelli, director de Hipotecas iAhorro, atribuye este incremento de la demanda de viviendas de segunda residencia a que las condiciones generales del mercado son mejores que el año pasado: “Los tipos de interés están a la baja y la inflación, que influye mucho en la economía de los españoles, también se está moderando”.

La escalada de las compras ha ido acompañada de un incremento paulatino de los precios. Así, en el primer semestre de 2022, el precio medio de una casa destinada a las vacaciones alcanzó los 186.300 euros de media en España. Un año más tarde subió hasta los 194.500 euros y en el primer semestre de 2024 alcanzó de media los 209.200 euros, tras aumentar un 7,56% en tan solo un año.

Casas más caras en la playa

El precio de las segundas residencias es más elevado cuando están ubicadas en zonas costeras. Entre enero y junio de 2022, las viviendas de vacaciones situadas en la costa se pagaron a 212.800 euros de media. El precio subió a los 216.357 euros en 2023 y este año ha alcanzado los 221.300 euros de media en el primer semestre, con una subida del 2,26%.

La diferencia de precios entre las provincias con playa y el resto se debe a que el 42% de los compradores de segundas residencias han optado por la costa frente al 36% que ha preferido la montaña, recoge el informe Perfil del demandante de segunda residencia, elaborado por Fotocasa Research.

“Es relevante la predilección por las zonas de costa a la hora de buscar una segunda residencia. Una demanda que este año ha aumentado en comparación con el anterior, en detrimento de las zonas de montaña”, señala María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

El apetito de los extranjeros por la vivienda española dispara los precios en las ciudades donde se concentra su demanda.

Pagar el doble por la vivienda

A pesar de que los precios son más caros en la costa, depende de la provincia en que se ubique esa vivienda su coste puede hasta duplicarse. Así, las casas costeras más caras en el primer semestre de este año fueron las de Baleares, Vizcaya y Barcelona, donde superaron los 300.000 euros.

Baleares encabezó el ranking con un precio medio de compra de 328.646 euros, y un aumento del 7,5% respecto a los 305.708 euros de media del mismo periodo de 2023. Colombelli achaca estos precios a que la oferta de vivienda en las Islas Baleares es muy limitada, “lo que hace que los precios de compra aumenten de forma considerable, sobre todo durante los meses de verano, cuando la demanda de vivienda turística o vacacional se dispara”.

Otra de las causas es que en Baleares la demanda de vivienda por parte de ciudadanos extranjeros es muy elevada. No obstante, a juicio del experto, aunque este factor “sí que puede tener cierta influencia porque es un destino muy demandado por británicos, alemanes y holandeses, también es un destino muy suculento para los españoles, que son los que compran un mayor porcentaje de viviendas en estas islas”.

Vizcaya es la segunda provincia costera más cara para adquirir una vivienda vacacional, con un precio medio entre enero y junio de este año de 312.892 euros, y una subida del 8,87% respecto a los 287.410 euros de media del año pasado. Barcelona ocupa el tercer lugar del ranking con un coste de 303.199 euros de media en el primer semestre de 2024, y un incremento interanual del 1,83% desde los 297.757 euros de media de 2023, según recoge iAhorro.

Playa de Ses Illetes, en Formentera (Getty Images)
Playa de Ses Illetes, en Formentera (Getty Images)

Formentera, la zona más cara

Dependiendo del municipio en el que se ubique la vivienda, esta puede disparar su precio medio hasta multiplicarlo por tres respecto a la media de la provincia a la que pertenezca. Este es el caso de Formentera donde el precio medio de una casa en la playa ronda los 931.863 euros, frente a los 328.646 euros que se pagan en Islas Baleares.

Otras localidades costeras con los precios más elevados son Santa Eulària des Riu, donde las viviendas alcanzan de media los 699.002 euros y Sant Antoni de Portmany, con 518.620 euros. A ellas se suman Marbella, donde las casas cuestan de media 502.112 euros, y Sitges con precios que rondan los 468.605 euros.

Ferran Font, director de estudios de pisos.com, atribuye estos precios a que el coste de la vivienda se encuentra “en plena tendencia alcista ante la falta de oferta y la creciente demanda. Esta situación, que se viene gestando desde años atrás, está especialmente presente en zonas costeras de alta demanda, donde cada vez es más complicado encontrar una residencia por debajo de los 300.000 euros”.

Lugo, Almería y Tenerife, las más baratas

Los que no disponen del presupuesto suficiente para adquirir una vivienda de vacaciones a esos precios tienen la opción de comprarla en las provincias costeras más baratas, que encabezan este año Lugo, Almería y Tenerife.

En Lugo, el coste medio de una vivienda es de 160.000 euros, prácticamente la mitad de lo que cuesta de media en Baleares. Además su precio ha bajado en el primer semestre de este año un 11,85% respecto a los 181.500 euros de media que se pagaron en el mismo periodo de 2023, según datos de iAhorro.

Almería tiene el segundo precio más barato, con una media de 171.478 euros en el primer semestre, periodo en que registró una caída del 11,55% respecto a los 193.871 euros de media anotados durante el primer semestre del año pasado. En tercer lugar, se sitúan las casas de Tenerife, con un precio medio este año de 174.713 euros y una caída del 6,53% respecto a los 186.915 euros registrados durante el mismo periodo de 2023.

Estos precios tan competitivos se deben a que en vivienda vacacional, “Lugo y Almería tienen mucha competencia cerca. En el caso de Lugo, dentro de la propia comunidad gallega, hay zonas de Pontevedra o A Coruña con mucha más demanda de segundas residencias, principalmente por el clima: la zona de las Rías Bajas, por ejemplo, tiene fama de que suele llover menos que en la costa de Lugo”, apunta Colombelli.

Vista del Puerto y de la catedral de Palma.
Vista del Puerto y de la catedral de Palma.

La competencia también es clara en el caso de Almería: ”Compite dentro de Andalucía con otras provincias como Huelva o Málaga, y en la zona de Levante tiene tanto a Murcia como a la Comunidad Valenciana, con mejor publicidad. Esto hace que los compradores de segunda residencia vacacional se decanten por otras opciones, aunque sean menos asequibles”, a juicio del director de Hipotecas del iAhorro.

Santa Cruz de Tenerife es este año la excepción, ya que “en general, las islas Canarias suelen ser muy demandadas para compra de vivienda, sobre todo por parte de los ciudadanos extranjeros”, explica Colombelli. Achaca su tercer puesto en el ranking de las provincias más baratas a que “quizás ha habido una bajada puntual de los precios por algún motivo que desconocemos, pero es realmente sorprendente que Santa Cruz de Tenerife esté entre las provincias costeras más baratas de España para comprar una vivienda”.

Compradores con más dinero

Otro hecho relevante este año ha sido el cambio que se ha producido en el perfil de comprador de casa vacacional cuyo poder adquisitivo ha aumentado, por lo que tiene menos dificultades para adquirir una vivienda a precios más elevados.

“Existe un cambio relevante en la percepción del comprador de segunda residencia, en el que se reduce el obstáculo del precio de adquisición”, reconoce María Matos. En 2024, el 66% de los compradores pertenecen a un nivel socioeconómico alto o medio-alto, en comparación con el 40% de hace dos años. “Esta transformación explica por qué el precio ha dejado de ser un problema para una mayor parte de los compradores”, indica la experta.

Antes, el 52% de los compradores eran de nivel socioeconómico medio, pero este perfil ha disminuido al 27% en 2024. Este cambio refleja “una mayor capacidad adquisitiva y un interés creciente en propiedades de mayor valor entre los compradores actuales”, explica Matos.

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