Un jubilado sufre la estafa del retrovisor roto que ya es común en Europa: le quitaron 560 euros por una infracción que no cometió

Los estafadores suelen utilizar un tono de autoridad y urgencia para persuadir a la víctima de que entregue una determinada suma de dinero en efectivo

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(Getty Images)
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Jean-Michel Minot, un jubilado de 80 años que vive en la tranquila localidad de La Crèche, en la región francesa de Deux-Sèvres, nunca imaginó que una simple compra en el supermercado podría terminar en un costoso engaño. El pasado 11 de agosto, según recoge France3, Minot fue víctima de una conocida estafa, comúnmente dirigida a personas mayores, que se ha extendido por varias regiones de Europa: la estafa del retrovisor roto. Ese día, mientras regresaba a su hogar tras realizar sus compras, un hombre desconocido lo abordó frente a su garaje, acusándolo de haber dañado su coche.

El estafador, con un tono autoritario, afirmó que Minot había roto el retrovisor de su automóvil. Confundido y sin percatarse del ardid, el jubilado fue persuadido para hacer un supuesto “informe oral” del accidente, en lugar del habitual reporte en papel. En una demostración de confianza e ingenuidad, la víctima permitió que el estafador contactara a su aseguradora desde su propio teléfono. Sin embargo, en lugar de comunicarse con su empresa de seguros, el estafador llamó a un cómplice que se hizo pasar por un agente de seguros. Este cómplice convenció a Minot de retirar 560 euros en efectivo, asegurándole que sería reembolsado más tarde debido a su impecable historial sin accidentes en el último año.

Minot, confiando plenamente en las palabras del supuesto agente de seguros, retiró el dinero y se lo entregó al estafador. Sólo horas después, cuando habló con su vecina, comprendió que había sido víctima de una estafa. Al día siguiente, al intentar contactar de nuevo a su aseguradora, se dio cuenta de que no tenía el nombre ni el número de teléfono de la persona que supuestamente lo había ayudado, confirmando así el fraude.

Una estafa de moda

La estafa del retrovisor roto es un esquema delictivo que ha ganado notoriedad en varios países europeos, aprovechándose principalmente de personas mayores o vulnerables. El modus operandi de los estafadores sigue un patrón bien definido: eligen a su víctima, generalmente una persona mayor, a quien abordan en un lugar público como un supermercado o un estacionamiento.

La Policía Nacional difunde un nuevo vídeo con consejos para el ciudadano, esta vez frente a las estafas.

El estafador se acerca a la víctima alegando que, debido a un descuido, ha dañado el espejo de su coche. Para hacer la situación más creíble, a menudo el estafador muestra un retrovisor ya roto. Aprovechando la confusión y la buena fe de la víctima, el estafador sugiere resolver el problema de manera rápida y sin complicaciones, a través de un acuerdo amistoso, evitando así cualquier implicación con las aseguradoras.

La presión psicológica es un elemento clave en esta estafa. Los estafadores suelen utilizar un tono de autoridad y urgencia para persuadir a la víctima de que entregue una determinada suma de dinero en efectivo o realice una transferencia inmediata como compensación por el “daño” causado. En algunos casos, incluso simulan contactar a la aseguradora de la víctima para realizar un informe “oral”, lo cual es falso, ya que la llamada es hecha en realidad a un cómplice que se hace pasar por un agente de seguros.

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