La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) ha expresado este jueves su rechazo a que los profesionales de Enfermería dispensen medicamentos sujetos a prescripción médica para tratar infecciones de orina en mujeres. Los sanitarios adquirieron de forma oficial esta nueva competencia el lunes, con la validación de la Guía para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las/los enfermeras/os para infecciones de tracto urinario inferior no complicada en mujeres adultas. Es la novena guía publicada por el Ministerio de Sanidad desde el año 2020, que dota a estos profesionales de capacidad para prescribir fármacos ante afecciones leves.
El Consejo General de Enfermería (CGE) celebró la noticia a inicios de semana como “un nuevo avance que mejorará y adelantará el tratamiento de la cistitis en aquellas mujeres que lo sufran”. Se trata de una de las consultas más comunes en la atención primaria y suele recibir un tratamiento empírico, es decir, se recetan medicamentos a raíz de los síntomas, sin necesidad de pruebas que confirmen el diagnóstico.
“Estas guías hacen justicia al desarrollo profesional que las enfermeras y enfermeros han experimentado, en los últimos años”, declaró el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya. “Las guías lo que permiten es agilizar la atención, descongestionar el sistema e incrementar la seguridad jurídica de las enfermeras. Todo ello beneficia al paciente y, en ningún caso, insistimos, implican menoscabo en la actuación esencial del médico”, añadió en un comunicado. “En ningún momento queremos ser médicos ni hemos cuestionado las competencias en materia de prescripción de estos profesionales”.
No lo ven así desde los colectivos de Medicina. SEMERGEN considera que la prescripción de fármacos es “un acto médico que requiere un alto grado de responsabilidad y formación”. La receta de medicamentos “es y debe seguir siendo responsabilidad exclusiva del profesional médico, siendo éste, en el momento actual, el único profesional que posee las competencias clínicas adecuadas para realizar esta función con calidad y seguridad”, defiende la organización.
“Los médicos reciben una formación exhaustiva en Farmacología, lo que les permite comprender de manera integral los efectos de los fármacos, sus interacciones y las posibles complicaciones. Sin embargo, un elevado porcentaje de los planes formativos de Enfermería no incluye la Farmacología”, añaden.
En el caso de las infecciones de orina, que ahora las enfermeras pueden tratar directamente, SEMERGES señala que “en un contexto global donde la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza creciente, el diagnóstico diferencial por parte del médico y la selección adecuada de antibióticos es crucial para evitar su uso innecesario”. La sociedad reconoce “el valioso trabajo” de los profesionales de enfermería pero muestra su preocupación por esta ampliación de las competencias “ya que podrían tener implicaciones en la seguridad del paciente y comprometer la calidad de la atención sanitaria, llevando a diagnósticos imprecisos y tratamientos inapropiados”.
Desde el CGE, aseguran no entender el mensaje enviado por SEMERGES este jueves, pues las guías de Sanidad han sido elaboradas por “representantes enfermeros, médicos y farmacéuticos”. Respecto a sus estudios, aseguran que los enfermeros también pasan por formación en Farmacología durante el grado universitario, “lo cual es esencial para proporcionar los conocimientos necesarios en farmacología general y entender cómo funcionan los medicamentos, cómo deben administrarse y cuáles son sus efectos terapéuticos y adversos”.
La prescripción enfermera, un camino de obstáculos
No es la primera vez que colectivos médicos alzan la voz en contra de las guías publicadas por el Ministerio de Sanidad. El pasado mes de enero, el Sindicato Médico Andaluz las consideró como “un fraude a la sociedad” que “pone en riesgo el futuro del sistema sanitario público”. El SMA señaló como un error el “pensar que el crecimiento profesional de la enfermería puede hacerse suplantando las competencias del médico”, algo que “menosprecia, más que ensalza, los valores propios de la enfermería”.
Desde el CGE, saben que el camino hacia la prescripción enfermera “está siendo largo y no exento de obstáculos”. La Secretaría de Estado de Sanidad ha defendido en varias ocasiones estos protocolos como una ayuda “para mejorar los resultados en salud” y “maximizar la accesibilidad de la población al sistema sanitario”. Los enfermeros ya tienen guías para la prescripción de medicamentos contra la diabetes, la anticoagulación, las quemaduras, la fiebre o las adicciones al tabaco, entre otros.
Para Pérez Raya, “se trata de que las enfermeras puedan actuar de forma segura en cualquiera de los hitos que integran el proceso de curación, valorando de acuerdo a las guías los siguientes pasos a dar dentro del equipo multidisciplinar, lo que redunda en una mayor agilidad y seguridad del proceso en beneficio del paciente. Es en este contexto en el que ha de entenderse la utilización de estas guías”.