Con las políticas climáticas actuales, se estima que las muertes relacionadas con el calor podrían triplicarse de cara 2100 en Europa, lo que dejará una media de 30 muertes por cada 100.000 personas. Así se desprende un estudio en la revista ‘The Lancet Public Health’, en el que se ha analizado el riesgo de mortalidad actual y futuro.
El informe relata que este aumento de la mortalidad será dispar en el Viejo Continente. Los más afectados por el cambio climático serán los países situados en las regiones del sur de Europa, donde aumentará la mortalidad relacionada con las muertes por calor. Las personas mayores corren un mayor riesgo de muerte por temperaturas extremas, y se prevé que el número de personas que llegan a la vejez aumente con el tiempo.
La mayoría de los estudios anteriores sobre las muertes por temperaturas cálidas y frías en Europa apenas contenían detalles a nivel local o eran evaluaciones en profundidad de países concretos, sobre todo de Europa Occidental. Este estudio es el primer análisis en profundidad de los riesgos sanitarios actuales y futuros de las temperaturas cálidas y frías en toda Europa que analiza el impacto previsto en las regiones dentro de los países.
El verano de 2023 fue especialmente cálido en regiones europeas como España donde las temperaturas medias en el territorio peninsular llegaron a los 23,4 °C, un valor que queda 1,3 °C por encima de la media de esta estación y que lo posicionó como el tercer verano más cálido desde que se tienen registros, según la AEMET. Un año antes, en 2022, tuvo lugar el verano más caluroso jamás registrado en Europa. Las tasas de mortalidad fueron inusualmente altas, con más de 60.000 muertes relacionadas con el calor en Europa.
Más de 120.000 muertes por calor a finales de siglo
Las muertes atribuidas al frío siguen siendo mucho más numerosas que las de calor -363.809 muertes al año fueron atribuidas al frío, mientras que alrededor 43.729 muertes lo fueron a las altas temperaturas. Pero, en un escenario de calentamiento global de 3º C ―una estimación máxima basada en las políticas climáticas actuales― el número de muertes relacionadas con el calor en Europa podría aumentar a 128.809 a finales de siglo.
“Nuestro análisis revela que la proporción de muertes por frío y calor cambiará drásticamente a lo largo de este siglo, con un aumento de las atribuidas al calor en todas las partes de Europa y un repunte en algunas zonas. Al mismo tiempo, las muertes relacionadas con el frío disminuirán ligeramente en general”, ha señalado el doctor Juan-Carlos Ciscar, del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.
“Nuestro estudio analiza más de 1.000 regiones de 30 países ―incluyendo los 27 Estados miembros de la UE, así como Noruega, Suiza y los Reino Unido―, lo que permite identificar los puntos calientes donde la población se verá más afectada en el futuro”, ha continuado.
Se realizaron estimaciones de las muertes actuales y futuras relacionadas con la temperatura para cuatro niveles de calentamiento global (1,5 °C, 2 °C, 3 °C y 4 °C) utilizando una combinación de 11 modelos climáticos diferentes.
España, Italia y Grecia, los más afectados
El estudio refleja que las muertes por frío son más elevadas en Europa Oriental y los países bálticos y más bajas en Europa Central y partes del Sur, con tasas que oscilan entre 25 y 300 muertes por cada 100.000 habitantes.
Las muertes relacionadas con el calor oscilan entre 0,6 y 47 muertes por cada 100.000 personas, con las tasas más bajas en el Reino Unido y los países escandinavos y las más altas en Croacia y las zonas más meridionales del continente.
A pesar de estas diferencias, los investigadores estiman que las muertes relacionadas con el calor aumentarán en todas las regiones de Europa en caso de que se diese el escenario de tres grados superior a la temperatura preindustrial. En concreto, España, Italia, Grecia y algunas zonas de Francia serán los países más afectados por el calentamiento y el envejecimiento de la población.
“Constatamos que las muertes en Europa por temperaturas cálidas y frías aumentarán sustancialmente, ya que se espera que se produzcan muchas más muertes relacionadas con el calor a medida que el clima se calienta y la población envejece, mientras que las muertes por frío disminuyen sólo ligeramente en comparación. Nuestro estudio también identifica puntos críticos en los que el riesgo de muerte por altas temperaturas aumentará drásticamente en la próxima década. Existe una necesidad crítica de desarrollar políticas más específicas para proteger estas zonas y a los miembros de la sociedad más expuestos al riesgo de temperaturas extremas”, ha detallado David García-León, también del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.
Los autores reconocen algunas limitaciones en su informe. Sus resultados se basan en datos de habitantes de zonas urbanas (que suelen sufrir más estrés térmico, sobre todo calor, que los de zonas rurales), lo que significa que las estimaciones pueden ser ligeramente exageradas. Los resultados tampoco tienen en cuenta el sexo, la etnia o los efectos sobre los lactantes (otro grupo vulnerable).
Noticia con información de Europa Press