Este miércoles 21 de agosto una noticia copó los titulares de los principales medios franceses. Un adolescente de 18 años habría decidió entrar presuntamente en una vivienda privada de Toulouse (Francia) con sus amigos para disfrutar de su piscina, aunque sin autorización. El joven se sumergió, pero una mala caída le provocó una rotura de todas las vertebras y quedó tetrapléjico. A este catastrófico resultado contribuyó de manera decisiva el hecho de que se lanzase en una zona que no era muy honda.
Los hechos ocurrieron hace ya dos años, en 2022, y tal y como informó la televisión gala BFMTV, ahora es cuando el perjudicado habría decidido interponer una denuncia, la cual habría sido presentada el pasado mes de julio, contra los copropietarios de la vivienda. El motivo: negligencia. La historia fue replicada por periódicos como Sudouest y comentada en el prime time de la mañana en TF1, el principal canal de televisión de información en Francia.
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Sin embargo, la televisión France 3 Occitaine se ha puesto en contacto con el abogado del perjudicado, confirmando únicamente una parte de la historia. En este sentido, el letrado confirma que el 6 de agosto de 2022 su cliente se quedó tetrapléjico tras zambullirse en la parte con menos profundidad de la piscina. Eso sí, no interpuso una demanda por negligencia.
Según sus palabras, el único movimiento jurídico que tuvo lugar fue el envío de correos por su parte a la gerencia de la propiedad (Crédit Agricole Immobilier, CAI) pidiendo información en lo referente a las condiciones y mantenimiento de la piscina. La ausencia de demanda también ha sido confirmada por CAI.
Dado que la víctima tiene un seguro personal de accidentes, esta información es valiosa desde el punto de vista jurídico para iniciar un procedimiento de responsabilidad civil que le permita conseguir una indemnización que le asegure los cuidados necesarios para el resto de su vida. “No reprocha a los copropietarios ninguna infracción”, señalan desde France 3.
Asimismo, el abogado niega que su cliente entrase a la piscina sin autorización de los copropietarios. Presuntamente, uno de los tres amigos que lo acompañaban sería uno de los 67 copropietarios o uno de los inquilinos de la urbanización. No obstante, esta información no ha sido ratificada todavía.
“No es culpa nuestra”
Alexandra, una de las copropietarias, fue la que aseguró en BFMTV el pasado 19 de agosto que había decidido demandarles. Asimismo, indicó que ella había cumplido“su parte del trato al ir a ver a estos jóvenes, hablar con ellos y pedirles que abandonen el local” en declaraciones al citado medio. “La situación es dramática”, insistió Alexandra sobre el estado de salud del adolescente, pero “no es culpa nuestra”, añadió.
“En la pared de entrada encontramos nuestro panel de profundidad de la piscina que indica muy claramente la profundidad de 1m08, así como la de 2m20 para el fondo de la piscina”, advirtió.
Casos similares
En 2022, un noruego de 19 años quedó tetrapléjico al tirarse de cabeza en una piscina de Magaluf (Mallorca). A pesar de las indicaciones de profundidad de la piscina, un metro, el adolescente decidió tirarse para hacer “un reto vira de Tiktok”.
Además, a principios de verano, los agentes de policía de Tudela (Navarra) detuvieron a cinco jóvenes por colarse y bañarse en las piscinas municipales del complejo Ribotas.
Tetraplejía: ¿tiene cura?
Hace 12 años, un accidente de bicicleta dejó tetrapléjico a Gert-Jan Oskam. El 25 de mayo de 2023, gracias a una tecnología cerebral de última generación, el hombre logró ponerse de pie y caminar, gracias a un dispositivo que creó un “puente digital” entre su cerebro y los nervios debajo de su lesión.
Gert-Jan fue sometido a operaciones en las que se le colocaron dos implantes: uno en la médula espinal, y otro más complejo, una interfaz o conector entre el cerebro humano y una computadora que, mediante 64 electrodos, recoge estímulos cerebrales y los traduce en datos digitales tras una fase de aprendizaje tanto del humano como de la máquina, gracias a la inteligencia artificial.
Cuando Oskam piensa en caminar, los implantes del cráneo detectan la actividad eléctrica del cerebro. Esta señal es transmitida y descodificada por una computadora que Oskam lleva en una mochila y que transmite la información al generador de pulso de la médula espinal.
Después de unas 40 sesiones de rehabilitación utilizando la interfaz cerebro-columna vertebral, Oskam recuperó la capacidad de mover voluntariamente las piernas y los pies.