El Ministerio de Defensa ultima un nuevo relevo de militares en Irak, en el marco de la misión de la OTAN de apoyo a las tropas iraquíes en su lucha contra los terroristas del Estado Islámico. En concreto, el departamento que lidera Margarita Robles prevé el envío de 130 efectivos de cara al próximo noviembre, quienes permanecerán en el este país de Oriente Próximo hasta mayo de 2025.
Por esta razón, Robles ha mantenido este martes un encuentro con personal del Grupo de Regulares de Melilla 52, la unidad que se encargará de llevar a cabo la misión. En este sentido, la ministra ha expresado el “orgullo” por la labor de los militares españoles en ese país y en la coalición contra el Daesh. A su vez, la responsable de Defensa ha destacado en dicho encuentro la “profesionalidad” de los soldados en el país asiático y “su contribución a la paz en la zona”.
”Los militares españoles están muy reconocidos no sólo por su profesionalidad sino también por su cercanía y trato personal”, ha dicho Robles tras asistir a un ejercicio simulado de la unidad dentro de su programa de adiestramiento para esta misión. La última vez que un grupo de soldados partió de misión a Irak desde Melilla fue en mayo de 2022, cuando aproximadamente 100 militares de la Unidad Force Protection (FP) y en torno a 30 del Elemento Nacional de Apoyo (NSE) marcharon hacia aquel país de Oriente Próximo para participar en labores de adiestramiento y apoyo al Ejército iraquí.
Apoyo a Irak
El principal propósito de la Misión de la OTAN en Irak (NMI, por sus siglas en inglés) es ayudar a fortalecer las fuerzas de seguridad iraquíes y las instituciones educativas militares del país. Para lograr esto, la operación busca capacitar y asesorar a funcionarios de defensa y seguridad del Ministerio de Defensa iraquí, la Oficina del Asesor de Seguridad Nacional y diversas escuelas e instituciones militares. Este enfoque no sólo pretende mejorar la formación y el conocimiento técnico de los militares iraquíes, sino también desarrollar estructuras de seguridad más sostenibles, transparentes y eficaces.
Una de las prioridades fundamentales de la NMI es contribuir a la lucha global contra el terrorismo, específicamente previniendo el resurgimiento del Estado Islámico. La misión aborda este desafío no a través de la participación directa en combate, sino mediante el fortalecimiento de las capacidades locales para hacer frente a estas amenazas de manera autónoma y profesional, garantizando así la seguridad y estabilidad de Irak a largo plazo
La misión incluye también actividades de formación en áreas críticas como la lucha contra la corrupción, el Estado de derecho y la protección de civiles, incluyendo a mujeres y niños en conflictos armados. Estos programas se centran tanto en aspectos militares como en los factores subyacentes que contribuyen a la inestabilidad y el terrorismo.
Gran número de actores internacionales
Una de las características clave de la NMI es su capacidad para coordinarse y cooperar con una variedad de actores internacionales presentes en Irak. La misión complementa los esfuerzos de la Coalición Mundial contra el Estado Islámico, la Unión Europea y Naciones Unidas, trabajando en conjunto para consolidar la estabilidad en toda la región. Esta cooperación permite que las actividades de la NMI estén alineadas con objetivos internacionales más amplios, evitando duplicidades y maximizando la eficiencia de los recursos disponibles.
De esta manera, el papel de la OTAN es no sólo el de un asesor y capacitador, sino también el de un facilitador que ayuda a integrar los diversos esfuerzos internacionales en una estrategia coherente y unificada. A través de esta coordinación, la misión asegura que su apoyo sea complementario y que las capacidades desarrolladas en Irak estén en línea con los estándares internacionales.