Durante el mes de agosto, cuando muchos disfrutan de sus vacaciones, es también una época propicia para que los estafadores intenten aprovecharse de la distracción de las personas. Uno de los fraudes más comunes que ha estado afectando a los clientes bancarios en los últimos años es la estafa del falso gestor. Esta modalidad delictiva, que cada año cobra más víctimas, se caracteriza por la suplantación de identidad de un gestor bancario con el fin de robar información sensible de las cuentas de los usuarios.
La estafa del falso gestor comienza, generalmente, con una llamada telefónica. Los delincuentes se hacen pasar por gestores de una entidad bancaria y contactan a la víctima alegando una emergencia relacionada con su cuenta. Entre las excusas más comunes está la supuesta detección de un cargo sospechoso o una retirada inusual de dinero. Este falso gestor, con un tono de urgencia, solicita a la víctima información confidencial, como contraseñas o claves de seguridad, bajo el pretexto de “resolver” el problema de inmediato.
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Aunque la llamada telefónica es el método más frecuente, los estafadores también recurren a otros canales para llevar a cabo su engaño, como correos electrónicos y mensajes SMS. A través de estos medios, envían comunicaciones que imitan de manera convincente las notificaciones oficiales del banco, incitando al receptor a hacer clic en enlaces maliciosos o a compartir datos personales bajo alguna justificación engañosa.
Además, los estafadores han desarrollado técnicas sofisticadas de ingeniería social para hacer que la llamada o el mensaje parezcan más auténticos. En algunos casos, logran que el número de teléfono desde el que contactan a la víctima coincida con el número oficial del banco, lo que puede confundir a aquellos que intentan verificar la autenticidad de la llamada.
Medidas de prevención
Ante el aumento de esta clase de estafa, entidades bancarias como CaixaBank han intensificado sus esfuerzos para alertar a sus clientes sobre este tipo de fraudes. A través de correos electrónicos, mensajes SMS y notificaciones en sus aplicaciones móviles, los bancos recuerdan a sus usuarios que nunca solicitarán información sensible, como contraseñas o claves secretas, a través de canales no seguros como llamadas telefónicas, correos electrónicos o mensajes de texto.
Los bancos enfatizan que, si se recibe una comunicación sospechosa, lo mejor es desconfiar inmediatamente. La recomendación es colgar la llamada o ignorar el mensaje, sin importar cuán convincente pueda parecer. Posteriormente, los clientes deben ponerse en contacto con su banco utilizando los canales oficiales para verificar si realmente existe algún problema con su cuenta. Este procedimiento ayuda a proteger los datos personales y financieros de los clientes, evitando que caigan en manos de delincuentes.
Los estafadores que se dedican a la estafa del falso gestor emplean técnicas avanzadas de ingeniería social para ganarse la confianza de las víctimas. Una de las tácticas más efectivas que utilizan es la falsificación de números de teléfono. Gracias a herramientas tecnológicas, los delincuentes pueden hacer que el número que aparece en la pantalla del teléfono de la víctima sea el mismo que el de la entidad bancaria. Este detalle, aparentemente insignificante, puede ser suficiente para que la persona confíe en la veracidad de la llamada y siga las instrucciones del estafador.
Otra técnica común es el uso de un tono de urgencia en la comunicación. Los estafadores crean un ambiente de presión psicológica al hacer que la víctima sienta que debe actuar rápidamente para proteger su dinero. Este sentido de urgencia disminuye la capacidad crítica de la persona, llevándola a compartir información sensible sin tomarse el tiempo para reflexionar o verificar la autenticidad de la solicitud.