Ni lavar verduras y comida, ni llenar la piscina, ni regar campos o huertos. La sequía que aumenta en España año a año deja su huella en todos los rincones de España. En un recorrido desde Cataluña, Alicante o Castilla y León, la población se ve obligada cada verano a cambiar sus hábitos ante los recortes de agua.
En lugares como la Riudecanyes, en Tarragona, Infobae España ha preguntado a la dueña del restaurante La Societat, Cristina Cano, quien ha explicado que en pueblo solo pueden utilizar el agua para lavar la ropa y la casa. Una situación muy complicada para la hostelería, que “no pueden lavar las verduras ni la comida”, ha explicado Cano. “El agua sale marrón, es una mierda” comenta enfadada y preocupada la dueña del bar: “Llevamos un mes así”.
La comunidad de Riudecanyes pide que el proyecto de la depuradora de agua y la balsa de almacenaje de agua de Reus se tramiten por la vía de emergencia. Sin depuradora, todas las aguas fecales, papeles y detergentes van a parar a los ríos responsables de llenar los embalses que hidratan la comarca.
En Hoyos del Espino, Ávila, la sequía ha generado grandes dificultades para garantizar el suministro de agua potable, por lo que desde el ayuntamiento han animado a los vecinos a hacer un uso responsable del agua mientras perdure esta situación: está prohibido usar el agua para el riego de los prados, así como mantener abiertos grifos, mangueras y aspersores. Además, los huertos y jardines solo pueden regarse de lunes a jueves de 22:00 a 7:00 horas y queda prohibido su riego viernes, sábado y domingo, ha comunicado el alcalde, Jesús González Venero, en un comunicado a sus vecinos.
En Teulada, Alicante, nuestro compañero Nel Gómez ha podido hablar con varios propietarios y trabajadores de hoteles y restaurantes. “No recuerdo un año tan seco como este” comentaba Paqui, la dueña de varios “hotelillos pequeñitos”. Además, Laura, una trabajadora de uno de los restaurantes, cuenta que “tenemos que comprar el triple de lo que compramos normalmente”. A eso se le suma el cuidado de los electrodomésticos, esenciales para garantizar el buen servicio. “Se nos rompió el lavavajillas por la sal” reconoce Laura, por lo que los platos se lavan a mano, a pesar de una Inspección de Sanidad que les podría obligar a usar el electrodoméstico de nuevo. “Saldrían más sucios que si los lavamos nosotros”, ha explicado Laura.
A su vez, en Fabero, León, el ayuntamiento ha emitido un comunicado donde se informa a los vecinos de la prohibición del uso del agua potable en los siguientes casos: riego de jardines, árboles, zonas verdes o deportivas, de ámbito público o privado, limpieza de calles, llenado de piscinas o fuentes de carácter público o privado, encendido de fuentes que no dispongan de cierre automático y el lavado con manguera de toda clase de vehículos.
Son solo algunos ejemplos de cómo la sequía impacta en la vida cotidiana de tantos ciudadanos españoles, que se ven obligados a cambiar sus rutinas y, en muchos casos, sus negocios, por las dificultades en el suministro de agua.
La clave: la gestión de recursos hídricos
Desde el inicio del año 2024, la sequía en España ha aumentado. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) pronostica un aumento de las temperaturas y una reducción de las precipitaciones para los países bañados por el mar Mediterráneo. En concreto, España lleva ya tres años con lluvias por debajo de la media, y cada año se alcanza una nueva temperatura récord.
Las Comunidades Autónomas más afectadas por la sequía son Cataluña, donde los embalses alimentados por los ríos Ter y Llobregat están al 15,8% de su capacidad, y Andalucía, donde la cuenca del río Guadalete-Barbate está al 14,6%.
La solución, según Greenpeace, ante la intensificación de la sequía en España es una gestión de los recursos hídricos que se anticipe y prevea las sequías, permitiendo mitigar sus efectos negativos, tanto ecológicos como socioeconómicos. “Se trata de un reto en el que todas las personas debemos trabajar conjuntamente, desde las personas hasta las compañías”. En definitiva, “prepararnos”, porque la sequía ha venido para quedarse, ha concluido Greenpeace.
Fases de emergencia por sequía
El Plan de Emergencia consta de tres fases. Emergencia I: se declara con unas reservas de 100 hm³ (16,3%). El consumo de agua se limita a 200 litros diarios por habitante. Emergencia II: se declara cuando las reservas lleguen a los 67 hm³ (10,95%). El consumo de agua se restringe a 180 litros diarios por habitante. Emergencia III: se declara con unas reservas de 33 hm³ (5,4%). El consumo se limita a 160 litros diarios por habitante.
Restricciones de agua en Cataluña
La Agencia Catalana de Agua (ACA) ha anunciado el 18 de junio de 2024 la vuelta al estado de alerta por sequía en el área metropolitana de Barcelona. La situación de alerta permitirá disponer de una dotación de agua por habitante y día de 250 litros.
A día de hoy, las reservas de agua catalana están al 32,14% de su capacidad, según datos de la ACA. Las regiones con mayor riesgo de sequía son las abastecidas por el embalse de Darnius- Boadella, en Girona y el embalse de Riudecanyes, en Tarragona.
Son alrededor de 25 pueblos en Cataluña los que se enfrentan al estado de Emergencia I. Aproximadamente son 25.000 habitantes los que se encuentran en situación de emergencia hídrica. Esto significa que deben reducir su consumo a una media de 200 litros de agua por habitante.
Las autoridades aún no limitan el agua para consumo humano, pero el uso de agua con fines recreativos e industriales se ha reducido a un 25%. Además, se ha prohibido en gran medida el riego con fines agrícolas.
Restricciones de agua en Andalucía
La Junta de Andalucía aprobó a principios de verano dos documentos: la Comisión de Gestión de Sequía y los Planes Especiales de Sequía. En el segundo caso, la cuenca que más preocupa es la que cubre el embalse de Guadalete-Barbate, que cubre seis reservas hidrológicas.
Según los últimos informes publicados en julio por la Consejería de Agricultura, los sistemas regulados del río Guadalete se encuentran en riesgo severo de escasez, con el 23% de agua total en sus embalses. Mientras que el sistema regulado del río Barbate está al límite de su capacidad, al 15%, a punto de entrar en estado de alerta grave.
A pesar de todo ello, parece que ha habido una mejoría gracias a las lluvias de mayo que han ayudado y llenado un poco los estanques. Gracias a la mejoría visible de las cuencas urbanas, se han relajado las restricciones de agua para el consumo urbano.