En la búsqueda de mantener nuestros coches en óptimas condiciones, la elección del aceite adecuado es crucial para el buen funcionamiento del motor. El aceite no solo lubrica las piezas móviles, lo que reduce el desgaste y la fricción, sino que también ayuda a mantener la temperatura y a limpiar el mecanismo. No obstante, seleccionar el tipo correcto de aceite puede resultar un desafío para muchos propietarios de vehículos.
La clave para determinar qué aceite necesita un automóvil se encuentra en el manual del fabricante. Este documento proporciona directrices específicas, como el tipo de aceite recomendado para motores de gasolina o diésel y la frecuencia con la que se deben realizar los cambios de aceite. Ignorar estas especificaciones podría comprometer el rendimiento del motor y acortar su vida útil.
Para aquellos que tienen automóviles con motores híbridos, es importante notar que estos necesitan lubricantes especializados y de alto rendimiento en menor cantidad. Los investigadores han diseñado lubricantes específicamente formulados para estos vehículos, que suelen combinar motores de gasolina y eléctricos, tanto enchufables (PHEV) como no enchufables (HEV). Estos lubricantes, como los de la gama Hybrid de Master, ayudan a reducir el consumo de gasolina y las emisiones de CO2 mediante una tecnología denominada fuel economy.
En cuanto a los vehículos que utilizan gas licuado del petróleo (GLP) o AutoGas, estos también requieren lubricantes específicos. Los coches GLP, que son casi tan comunes como los diésel en la actualidad, presentan una mecánica distinta que hace imprescindible el uso de un lubricante adecuado. Los productos de la gama Leader, por ejemplo, están diseñados para ofrecer una mejor lubricación y resistencia a la oxidación, prolongando así la vida útil del motor.
Seguir las recomendaciones del fabricante
Otra consideración importante al elegir un aceite es la viscosidad, que influye en la capacidad del aceite para formar una película lubricante y reducir el desgaste entre las piezas del motor. La viscosidad varía con la temperatura: las altas temperaturas aumentan la fluidez del aceite, mientras que las bajas temperaturas la reducen. La Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) clasifica los aceites en diferentes grados de viscosidad, basados en cómo se comportan ante distintas temperaturas y esfuerzos mecánicos.
El manual del automóvil indica una nomenclatura SAE específica que describe el grado de viscosidad ideal para ese modelo. Por ejemplo, en una notación como “5W-30″, la primera cifra indica la viscosidad en frío, mientras que la segunda se refiere a la viscosidad en caliente.
Finalmente, es esencial comprender la normativa vigente y seguir las recomendaciones del fabricante para garantizar el mantenimiento adecuado del vehículo. La elección del aceite correcto no solo contribuye a la eficiencia y durabilidad del motor, sino que también garantiza una conducción más segura y reduce las emisiones de gases contaminantes.