Alain Delon y Tom Ripley: cómo los primeros pasos de una estrella consiguieron dar vida a uno de los criminales más famosos del cine

Este domingo se ha dado a conocer la triste noticia de que el aclamado actor francés Alain Delon ha fallecido a los 88 años en su residencia en Douchy. Han sido sus tres hijos, Alain Fabien, Anouchka y Anthony Delon, quienes han emitido un comunicado expresando su profundo pesar por la pérdida de su padre.

Su carrera ha dejado grandes títulos como “El gatopardo” (1963), “El silencio de un hombre”(1967) y “La piscina” (1969), pero quizás uno de los más reconocidos, y que fue uno de los primeros, fue su interpretación en “A pleno sol” (1960) del estafador y asesino Tom Ripley, que con el tiempo se ha consagrado como uno de los mejores personajes de la gran y pequeña pantalla.

La carrera de Delon dio comienzo a finales de la década de los 50 con pequeños papeles en películas francesas, para más tarde protagonizar dos comedias que cimentaron su fama en el país. Sin embargo, no fue hasta 1960 cuando se dio conocer en el resto del mundo.

El director René Clément estaba en ese momento buscando actores para protagonizar su próxima película ‘A pleno sol’, basada en la novela ‘El Talento de Mr Ripley’ escrita en 1955 por Patricia Highsmith y parte de una serie de cuatro libros protagonizados por el mismo personaje. La historia gira en torno a Tom Ripley, un hombre que se dedica a las falsificaciones. Un día es contactado por el magnate Herbert Greenleaf, que le pide que viaje a Italia para convencer a su hijo de que vuelva a Estados Unidos.

Una vez allí, Ripley comienza una amistad con Richard Greenleaf y su novia, Marge Sherwood, valiéndose de mentiras y artimañas. Sin embargo, cuando Dickie empieza a cansarse de su compañía y de su dependencia, los sentimientos de Ripley se desmoronan al ver cómo puede desaparecer el nuevo estilo de vida al que se ha acostumbrado, por lo que acabará asesinando a Greenleaf para suplantar su identidad.

En un principio el papel de Ripley iba a ser interpretado por el actor Jacques Charrier y sería Delon el que diera vida a Dickie. Sin embargo, tras leer el guion, Delon se dirigió a la casa del director, donde también estaban los hermanos Hakim, productores de la película, para pedir que se le diera el papel protagonista.

El actor contó en una entrevista que la reacción de los productores “fue horrible”. Entre gritos, le dijeron que como se atrevía a pedir algo así, cuando solo era “un pequeño idiota”. La discusión se alargó hasta la madrugada y no parecía que fuera a tener un final feliz para el actor, pero tras un largo silencio, apareció la mujer del Clément y dio la razón a Delon. Tras un discurso de casi dos horas consiguió convencerles de que interpretara a Ripley.

Delon consiguió de esta manera catapultar su fama al ámbito internacional, creando una leyenda del cine como es Ripley. En esta primera adaptación, el actor de tan solo 24 años, consiguió crear un antihéroe existencialista, elegante con su traje de lino y que pasa sin esfuerzo de un crimen al siguiente, sin ningún tipo de perturbación, pero obviando uno de los puntos más importantes de la novela: el subtexto homosexual que presenta la historia entre los dos protagonistas.

A día de hoy sigue se mantiene como una interpretación muy sólida, con la única crítica de que Delon era demasiado guapo para hacer de Ripley. En la novela el personaje es descrito como una persona con un rostro poco notable, lo que le ayuda a pasar desapercibido, lo que chocaba con la belleza natural del actor.

Sin embargo, no tiene ni punto de comparación con las críticas que recibió la siguiente adaptación del personaje. En 1977 Wim Wenders dirigió la película ‘El amigo americano’, adaptando en este caso la novela ‘El juego de Ripley’ (1974), que narra como el personaje, ahora de mediana edad, trabaja como falsificador de arte y convence a un enmarcador de cuadros moribundo llamado Zimmermann para que lo ayude a cometer un asesinato.

Wenders sorprendió a todos los críticos, incluida la propia Highsmith, al elegir como actor protagonista a Dennis Hopper y mostrar una versión completamente americanizada de Ripley, siempre con su sombrero vaquero, canalizando la misma energía anárquica que llevó el actor a su película de motociclistas, ‘Easy Rider’ (1969).

En 1999 Hollywood decidió probar suerte con el personaje de Ripley y fue Anthony Minghella el encargado de adaptar de nuevo la primera novela de Highsmith, esta vez para el público estadounidense. La fórmula usada fue bastante sencilla: Una historia con un éxito asegurado y un reparto de grandes estrellas para llevarla a cabo. Esta vez fue Matt Damon el encargado de dar vida a Ripley.

Sin embargo, aunque el actor ofrece una gran interpretación, se ve eclipsada por el resto del reparto formado por Gwyneth Paltrow, Philip Seymour Hoffman, Cate Blanchett y Jude Law en uno de sus mejores papeles, con el que consiguió una nominación al Óscar por su interpretación de Dickie. Una película que uso un estilo muy parecido a la primera adaptación, grabando en los mismos escenarios y un uso del color cálido y veraniego.

Tras este gran éxito, se hicieron dos intentos más en Estados Unidos que se quedaron un poco a medio camino. El primero fue el ‘Juego de Ripley’ (2002) donde John Malkovich hace una interpretación muy infravalorada del personaje pasando por las mismas peripecias narradas en el filme de Wim Wenders. ‘Ripley bajo tierra’ (2005) es la más desconocida de esta lista, en la que solamente destacan ser la primera adaptación de la segunda novela de la saga de Highsmith y que en ella aparece Willem Dafoe, aunque no interprete a Ripley.

Ya la última adaptación del personaje ha llegado este mismo año y por primera vez en formato serie, creada por el guionista y director Steven Zaillian. Netflix ha sido la encargada de producir los ocho capítulos en los que se vuelven a contar la historia de ‘El talento de Mr. Ripley’, en la que el protagonista esta vez es interpretado por Andrew Scott, que ofrece una interpretación inquietante y perturbada del personaje.

Esta es la primera vez que la historia permite contar todos los detalles gracias a su duración, mostrando las escenas de asesinato en tiempo real y sin casi diálogos ni música, y en la que el estilo se ha alejado de las versiones anteriores. De una iluminación cálida se pasa a un estético blanco y negro que recuerda al cine noir de los años 60.