El nuevo radar de tramo de la DGT que ya funciona en una autovía de España: vigila más de seis kilómetros

La velocidad inadecuada es el tercer factor concurrente más habitual en los siniestros de tráfico, especialmente, en aquellos con víctimas mortales, según la DGT

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Imagen de archivo de un radar de tramo, en Madrid. (Eduardo Parra / Europa Press)
Imagen de archivo de un radar de tramo, en Madrid. (Eduardo Parra / Europa Press)

La velocidad inadecuada es el tercer factor concurrente más habitual en los siniestros de tráfico, especialmente, en aquellos con víctimas mortales, ha señalado en un informe la Dirección General de Tráfico. En 2023 con datos a 24 horas dentro del ámbito DGT, se registraron 211 siniestros mortales en los que este factor estuvo presente.

Mientras que en autovía el 63% de los turismos circulan a la velocidad permitida, en las autopistas este porcentaje baja al 51%. En el caso de las carreteras convencionales, las que mayores riesgos presentan, el cumplimiento del límite de velocidad establecido es del 43%, un nivel bajo, similar al que registra Bélgica (46%).

La DGT quiere poner fin a esta problemática y está incorporando nuevas tecnologías en sus sistemas de control de velocidad. Este mismo verano se ha activado un nuevo radar que captará la atención de los conductores. El dispositivo se encuentra en Saltacaballo, en la A-8 de Cantabria, y tiene una extensión de más de seis kilómetros. Su ubicación, entre el viaducto de Ontón y Castro Urdiales, lo convierte en uno de los más destacados y temidos por los automovilistas.

El radar de Saltacaballo no sólo sobresale por su extensión, sino también por la limitación de velocidad en el tramo controlado, donde se permite un máximo de 100 km/h, en contraste con otras autopistas que permiten 120 km/h. La DGT ha anunciado que, en las primeras semanas de funcionamiento, el radar enviará únicamente avisos a los conductores, informando sobre el nuevo sistema. Las sanciones comenzarán a aplicarse al final del verano.

Así gestiona Florentino Pérez (por 124 millones) túneles, semáforos, cámaras y algunos radares para regular el tráfico de Madrid.

Según explica Tráfico, los radares de tramo en realidad no son ‘radares’ propiamente dicho, como los cinemómetros. Se trata de un sistema de cámaras que graban de forma continua, se identifica la matrícula de cada vehículo a la entrada y a la salida del tramo. Un ordenador relaciona las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso y calcula la velocidad media del vehículo.

Cuando la velocidad media del recorrido está por debajo del límite, no hay infracción. Pero si la velocidad media del trayecto supera el límite, se tramita la denuncia de la infracción. En total, las carreteras españolas cuentan con alrededor de 2.460 radares, 1.877 son fijos y 583 móviles.

Los radares fijos

En el caso de los radares fijos de la DGT, estos dispositivos miden la velocidad en un punto fijo. Están estratégicamente ubicados en puntos clave de la red de carreteras, particularmente en aquellos tramos donde se ha identificado un mayor riesgo de accidentes debido al exceso de velocidad. Los radares se colocan en tramos rectos, entradas y salidas de túneles, y cerca de áreas urbanas, donde los límites de velocidad suelen ser más estrictos.

Una de las tácticas más comunes de los conductores para evitar ser captados por este tipo de dispositivos es el uso de detectores de radar, dispositivos que alertan al conductor de la proximidad de un radar fijo, permitiéndole reducir la velocidad antes de ser captado. Sin embargo, el uso de estos aparatos está prohibido en España, y su posesión o uso puede resultar en multas elevadas y la retirada de puntos del carnet de conducir.

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