Pedro Sánchez y Begoña Gómez han decidido tomarse un respiro tras varios meses estando en el centro de los focos. El destino que el presidente del Gobierno y su mujer han elegido para pasar unos días de descanso junto a su familia ha sido el Palacio de La Mareta, ubicado en la isla de Lanzarote.
Las imágenes recogidas desde el exterior del palacio demuestran que el dirigente y su familia se trasladaron desde el aeropuerto de la isla canaria hasta el complejo en una furgoneta con los cristales tintados, con la idea de pasar desapercibidos. Allí tendrán una estancia breve, pero que les servirá para desconectar y renovar energías. Todo indica que están aprovechando al máximo su estancia en la localidad, pues en los últimos días apenas se han conocido detalles sobre Sánchez, quien ha posteado algún que otro mensaje de felicitación en sus redes sociales para felicitar a los atletas olímpicos que representaron a España en los Juegos Olímpicos de París.
El Palacio de La Mareta es una residencia de lujo cuya localización exacta se encuentra en la localidad de Teguise y pertenece al Patrimonio Nacional, puesto que el rey Emérito Juan Carlos I cedió esta mansión al tiempo que lo recibía como regalo del Rey de Jordania.
No es la primera vez que el presidente de Gobierno se traslada a estas instalaciones para disfrutar de sus vacaciones. En años anteriores, también ha optado por este destino para la temporada estival, así como en Navidad.
Más de 30.000 metros cuadrados
La Mareta fue mandada a construir por el rey Hussein de Jornada a finales de los años 70. El encargado de su diseño y decoración fue el artista lanzaroteño César Manrique, quien supo caracterizarla con un estilo y una arquitectura típicamente canarios. El matiz fue la reinterpretación que hizo de esta corriente, pues el palacio presenta paredes blancas y techos planos, con remates de chimenea adornados con decoraciones en forma de cúpula. Por otro lado, también existen algunas referencias a la arquitectura colonial, que se evidencia en los balcones y los miradores de madera de la residencia.
En su interior alberga diez bungalows y tiene acceso exclusivo al mar. Además, cuenta con dos piscinas, jardín con lago y hasta un helipuerto. El conjunto está formado por edificaciones de una y dos plantas de altura con una superficie construida total de 1.900 metros cuadrados. Cada una de las edificaciones se unen con otras mediante espacios ajardinados que totalizan una superficie de 9.850 metros cuadrados.
El característico nombre de este palacete se debe a la “preexistencia de un aljibe excavado en el suelo, construcción tradicional conocida en la isla con ese nombre. Ocupa una extensión de terreno de 30.900 metros cuadrados y se encuentra junto al litoral con una orientación sur”, según indica la ficha técnica del Ministerio de Turismo.
Si bien es cierto que el rey jordano mandó a construirla, lo cierto es que nunca se hospedó allí. En 1989, cedió la residencia a Juan Carlos I y, desde 2015, se destina al servicio de los intereses turísticos de España por deseo del rey Felipe VI. Por dichas instalaciones, cuyo mantenimiento en 2021 costaba unos 10.000 euros al mes según ABC, han pasado numerosas personalidades y líderes políticos que han estado de visita en España.