La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes a la Reestructuración Bancaria, mejor conocida por su acrónimo Sareb, ha lanzado una iniciativa que podría cambiar la urbanización de numerosos municipios en España. Esta entidad, creada en 2012 para gestionar los activos inmobiliarios de la banca rescatada, ha puesto a disposición de cerca de 600 pequeños municipios más de 7.900 terrenos en condiciones ventajosas. Estos suelos, distribuidos por todo el territorio nacional, están destinados a la creación de proyectos de interés público, una medida que se alinea con el mandato de la Sareb de contribuir a la sostenibilidad y utilidad social tras la conversión del Estado en accionista mayoritario en 2022.
Esta oferta incluye terrenos que podrían ser destinados a varios proyectos, que van desde la construcción de equipamientos públicos como centros de salud, parques infantiles y zonas verdes, hasta la creación de viviendas para familias vulnerables o trabajadores agrícolas temporales, dependiendo de las normativas locales. Esta iniciativa responde al interés creciente de los municipios en utilizar estos activos para satisfacer las necesidades de sus comunidades. Los solares a disposición constan de diferentes tipologías, que pueden aprovecharse para distintos tipos de proyectos, según indicó la sociedad.
Un impulso para proyectos públicos
Desde principios de 2024, la Sareb comenzó a contactar directamente con más de 520 ayuntamientos en 16 comunidades autónomas para ofrecerles la posibilidad de adquirir estos terrenos a precios inferiores a los del mercado. La respuesta ha sido positiva, lo que ha llevado a la ampliación del programa con otros 3.130 terrenos en 77 nuevos municipios, alcanzando así un total de más de 7.900 suelos disponibles. La Sareb ya ha mantenido reuniones con 90 ayuntamientos y ha logrado vender 15 terrenos.
Además, se han presentado ofertas para adquirir otros 25. Entre los municipios que ya han concretado compras se encuentran Benahadux (Almería), Canejan (Lérida), Cariñena (Zaragoza), Castellnou de Seana (Lérida), Gilet (Valencia), Santa Margarida i els Monjos (Barcelona), Sarral (Tarragona), Tremp (Lérida) y Vilagrassa (Lérida). Estos municipios planean utilizar los terrenos para diversos proyectos, incluyendo la construcción de parques, aparcamientos y, en algunos casos, pequeñas promociones de viviendas públicas. La rápida acogida de esta iniciativa ha impulsado a la Sareb a continuar con su estrategia de colaboración con las administraciones locales, demostrando el impacto positivo que puede tener en el desarrollo de infraestructuras públicas en municipios con recursos limitados.
El papel de la Sareb en la gestión de suelo
La Sareb ha demostrado una larga trayectoria en la gestión de suelos, clasificándolos en función de su ubicación y demanda. En ciudades con alta demanda, ha promovido proyectos inmobiliarios a través de su promotora Árqura Homes, cuyo objetivo es maximizar el valor del suelo y, al mismo tiempo, generar ingresos para reducir la deuda pública. Estos proyectos no solo benefician a los contribuyentes, sino que también aumentan la oferta de viviendas en zonas urbanas.
En paralelo, la Sareb ha puesto en marcha el Proyecto Viena, que busca la construcción de más de 10.600 viviendas destinadas al alquiler asequible en municipios con demanda. Esta iniciativa, aprobada por el Consejo de Administración en julio de 2024, comenzará su primera fase en otoño, licitando 50 terrenos donde se espera construir unas 3.770 viviendas. Los suelos seleccionados se encuentran en 39 municipios de más de 10.000 habitantes, con una inversión prevista de más de 460 millones de euros. A este proyecto, aprobado por el Consejo de Administración de la sociedad a finales del pasado julio, la Sareb ha dedicado varios suelos en zonas cercanas a capitales en Cataluña y Madrid.
Impacto en el desarrollo local a largo plazo
La distribución de estos suelos no es accidental, sino un reflejo de la cartera de activos heredada por la Sareb de las 24 cajas de ahorro que recibieron ayudas públicas durante la crisis financiera. La mayoría de estos terrenos se encuentran en el arco Mediterráneo, que abarca desde Cataluña hasta Andalucía Oriental, con una presencia significativa también en Galicia, Castilla y León, y Castilla-La Mancha.