La ‘nube’ en tiempos de sequía: los nuevos centros de datos amenazan los recursos hídricos en España

Gigantes tecnológicos como Amazon, Google o Microsoft se encuentran desarrollando centros de datos en España que necesitan enormes cantidades de agua para su refrigeración

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Un centro de datos de Google almacenando información (Google)
Un centro de datos de Google almacenando información (Google)

En los últimos dos años, España se ha convertido en un punto estratégico clave para la expansión de centros de datos en Europa. Auténticos gigantes tecnológicos como Amazon Web Services (AWS), Google Cloud o Microsoft Azure han anunciado la apertura de nuevos centros de datos en el territorio español, consolidando al país como un hub digital en la región europea. La ubicación clave, unida al clima político favorable y a la demanda creciente de este tipo de servicios, han generado que el país se convierta en un atractivo destino para la construcción de estos puntos.

Actualmente, y pese a que los países europeos con una mayor inversión en la llamada infraestructura ‘cloud’ son Alemania y Reino Unido, los países que han registrado una mayor tasa de crecimiento son España, Italia e Irlanda. No es casualidad que recientemente desembarcaran en España las principales compañías del sector: AWS, Google y Microsoft. La primera en hacerlo fue Google, que en 2022 anunció de manera oficial su región ‘cloud’ en Madrid. Su director general del momento, Isaac Hernández, aseguró que para la firma fue “un orgullo ser el primer hiperescalar que pone a disposición de las empresas españolas y de todo el mundo”.

Inversión histórica en Aragón

Tras Google vino Oracle, que en septiembre del mismo año inauguró su espacio de nube pública, a la que sumó en 2023 el despliegue de la infraestructura de su nube soberana europea, ambas en Madrid y activada de la mano de Telefónica. Acto seguido, AWS anunció la puesta en marcha de la Región AWS Europa en Aragón. El desembolso que realizará el gigante tecnológico en Aragón se estima cercano a los 15.700 millones de euros para los próximos años, traduciéndose en cerca de 6.800 puestos de trabajo en la región. Desde el Gobierno esperan que la inversión logre atraer negocios tecnológicos y digitales a la zona.

Noah Berger/AWS/Handout via REUTERS
Noah Berger/AWS/Handout via REUTERS

Además, en junio de 2024, hace apenas dos meses, Microsoft hizo un anuncio significativo que refuerza aún más la posición de España como un centro neurálgico para la tecnología en Europa. La compañía de Redmond reveló la puesta en marcha de su primera ‘región cloud’ de centros de datos en España, conocida como Spain Central, ubicada en la Comunidad de Madrid. Esta nueva región, compuesta por múltiples centros de datos, representa una inversión estratégica crucial para acelerar la digitalización en el país y apoyar el crecimiento de la economía digital.

Las administraciones locales, autonómicas y el Gobierno central ya han dado una efusiva bienvenida a estas grandes firmas, pero no todo el mundo se muestra tan abierto a la idea. En un contexto en el que el agua no abunda, debido a las sequías generalizadas durante los últimos años, son muchos los que dudan acerca del elevado consumo de estos centros tecnológicos. Pese a que la ‘nube’ nos suena a un lugar lejano, etéreo, y casi inexistente, no es el caso: “Lo que llamamos nube son las infraestructuras físicas de Internet, que se compone de centros de datos, cables y cables submarinos, dispositivos...” indica Aurora Gómez, miembro del colectivo ecologista ‘Tu nube seca mi río’.

El gasto de estos centros

Los centros de datos, como ya se ha mencionado, están formados por un conjunto de superordenadores permanentemente encendidos. En la ya llamada era del Big Data, se necesita que estos centros sean cada día más grandes, descentralizando a las empresas y generando nuevas plantas por todo el mundo. “Un centro de datos no es una nube, sino una nave”, explicaba a RTVE Ana Valdivia, profesora de Inteligencia Artificial, Gobernanza y Política en el Oxford Internet Institute. “Cuando tú tienes muchos ordenadores metidos en una sola habitación, la temperatura aumenta y para disipar ese calor, lo que se hace es poner aires acondicionados o refrigerar mediante el agua”, detalla.

Foto: REUTERS/Jon Nazca
Foto: REUTERS/Jon Nazca

Las grandes tecnológicas, a cuentas de reducir gastos, han optado por la segunda opción al ser mucho más económica. No se tienen aún datos exactos de cuánto líquido necesita una instalación, pero una investigación de la revista Nature de 2021 indicaba que un centro de datos de tamaño medio (15MW) consumía tanta agua como tres hospitales o dos campos de golf. A día de hoy, se estima que la capacidad de los tres centros aragoneses de Amazon alcance los 300 MW. El aumento en la demanda de agua para enfriar centros de datos podría agravar estas situaciones, poniendo en riesgo el acceso al agua para la agricultura, la industria y el consumo humano en un contexto de sequía, normalizado en varias regiones de la España rural.

La crítica se centra en el consumo hídrico de estos centros, que funcionan para sostener todas las plataformas digitales. Valdivia considera que las empresas deberían ofrecer “más información a la ciudadanía” para que entienda cómo opera esta ‘nube’. “No estamos en contra de los centros de datos, yo dependo de ellos porque mi trabajo es completamente digital, pero sí que tenemos que pensar en qué recursos digitales son necesarios y cuáles no”, señalaba a RTVE. Además, pone de ejemplo el uso de plataformas como TikTok. “¿Dejamos de enviar memes de gatitos porque esto consume mucha agua y mucha electricidad? Ahí hay un debate que como sociedad debemos solucionar”, plantea.

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