De todos los efectos contemplados con el cambio climático y el calentamiento global, la subida del nivel del mar es uno de los más preocupantes. Esto se debe a que no solo provocará un cambio en los ecosistemas marinos y terrestres de muchas zonas, sino que además afectará a muchas zonas de costa que retrocederán decenas de metros o incluso desaparecerán bajo el avance del agua marina.
En el caso de la Comunidad Valenciana, hay que destacar la gran extensión de playas que tiene a lo largo de su litoral. Casi 360 kilómetros de extensión, en suma, de los cuales tres cuartas partes se encuentran urbanizados -ninguna otra autonomía tiene una proporción mayor-. Esta intervención humana en el paisaje ha potenciado la erosión de las costas valencianas, lo que en último término ha aumentado las consecuencias de los diferentes eventos metereológicos que se han producido en los últimos años, como las olas de calor, las inundaciones, o la subida del nivel del mar, que a su vez han sido motivo de una mayor desgaste del terreno.
Las zonas más afectadas de la comunidad
En España, las zonas más afectadas en el futuro a corto plazo se han ubicado en el sur de Andalucía, la provincia de Barcelona y las playas de Valencia. El golfo de esta zona será una de las zonas más afectadas, según el análisis publicado por Greenpeace este mismo verano, Crisis a toda costa 2024. Es en este mismo informe donde se señala que este territorio verá como la línea marina asciende hasta 12 centímetros, cifra que puede parecer ínfima, pero que debido a las características del litoral valenciano supondrá una pérdida de 12 metros de ancho de las playas para 2030.
Los puntos más afectados en los próximos seis años serán:
- Castellón: Moncofa, El Grao de Castellón, Nules, Xilxes, Els Estanys d’Almenara.
- Valencia: Marjal dels Moros, Puçol, El Saler, L’Albufera, El Perellonet, El Perelló, Tavernes de Valldigna, Gandía.
- Alicante: Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, Santa Pola, Torrevieja
Tal y como señalan los datos ofrecidos por esta asociación, recogidos directamente de un informe técnico del Ministerio de Fomento y el Ministerio de agricultura, alimentación y medio ambiente, esta pérdida podría quedarse en nada si lo comparamos con lo que ocurrirá más adelante. Greenpeace ofrece también una previsión de cara a 2050, donde la subida del nivel del mar habrá alcanzado los 32 centímetros, con retrocesos de los arenales de las playas que irán desde los 21 metros en el puerto de Sagunto hasta los 58 en la playa de Nules.
Los riesgos más allá de la elevación del agua
“El visor de impactos y escenarios del cambio climático en la costa valenciana muestra que las playas centrales de la costa de Castelló y las playas de Valencia son las más vulnerables a los tres factores principales que afectan la estabilidad de la costa”, explica la organización: “La erosión, la subida del mar y los eventos meteorológicos”. Una situación que ya se ha podido evidenciar en playas como la de Pinedo o la de Salero, donde el retroceso ya ha superado con creces los 30 metros.
Por su parte, en Alicante también se ha detectado un potencial peligro de inundación en muchas zonas, como Guardamar, Santa Pola, El Pinet de Elche, la Playa de San Juan y de Muchavista, así como Les Marines y Les Deveses, por la zona de Dénia. En total, una extensión de 166 kilómetros de litoral se hallará en riesgo de inundaciones en situaciones atmosféricas extremas, cada vez más frecuentes, otro aspecto que se incluye entre “los principales desafíos en las políticas de adaptación al cambio climático”.
Los daños no solo serán para su población, sino que también afectarán de forma muy negativa a la biodiversidad -por ejemplo, inundándose zonas de especial protección- y a la economía de dichos territorios, cuya recaudación depende en gran medida del turismo. El retroceso de las playas, así como el deterioro de ese famoso “clima mediterráneo” por fenómenos meteorológicos adversos y la pérdida de kilómetros de costa, supondrá un gran reto para la administración valenciana en este sector.