El horror del secuestro de una mujer, retenida durante unos dos meses en una buhardilla de Salamanca, ha conmocionado a la ciudad. Algunos detalles escabrosos del suceso se han descubiertos tras el rescate, cuando la policía entró en la vivienda tras el aviso de los vecinos. Estos habían escuchado gritos provenientes de la vivienda, y al penetrar los agentes en una habitación pequeña al final de unas escaleras descubrieron a la mujer.
El estado de la habitación a la que accedieron los agentes era lamentable: la iluminación era escasa, el espacio muy reducido, y en su interior descubrieron un cubo en el que la mujer había tenido que orinar y defecar durante su encierro. Encontraron, en este escenario, a dos personas. La mujer, atada a la cama de pies y manos, y su pareja, un hombre de 29 años, que se encontraba agarrándola por las muñecas.
Un relato escalofriante
Tras detener al hombre y a su madre, pues esta se encontraba en la casa y era consciente de la situación, la historia de lo que ha vivido la mujer durante los dos últimos meses ha trascendido a los medios.
Encerrada, sin agua y reiteradamente humillada, la secuestrada vivió también otras situaciones que hacían aún más duro su encierro. Se ha conocido que, además de estas privaciones, tanto el hombre como la mujer no querían darle de comer, puesto que la anciana no quería limpiar muchas veces el cubo que hacía las veces de retrete.
Otro dato que ha llamado mucho la atención es que la mujer secuestrada había presentado una denuncia por violencia de género, que más adelante decidió retirar una vez ya había informado a los cuerpos de seguridad. De hecho, durante un tiempo obtuvo a su favor una orden de alejamiento contra el hombre. Pese a su marcha atrás, en cierto momento intentó cortar la relación con él de forma definitiva, tras lo cual el hombre decidió retenerla en la buhardilla contra su voluntad.
Desaparecida durante dos meses
En esa buhardilla estuvo durante unos dos meses, siendo víctima de todo tipo de agresiones físicas y hasta de un corte de pelo con fines vejatorios. La familia, con la que a hablado la cadena de televisión Antena 3, aseguraron que durante ese tiempo no tuvieron noticias de ella, y no fue hasta el sábado 10 de agosto cuando sucedieron los hechos que desembocaron en su liberación.
Los vecinos comenzaron a oír gritos de una mujer que pedía ayuda desde la casa, lo que les alarmó e hizo que acabaran llamando a la policía. En ese mismo momento también se encontraba en el domicilio el hermano de la víctima, que se había presentado en la casa acusando a la pareja de esta de tenerla encerrada en el piso.
Cuando los agentes lograron encontraron a la joven, pese a que la anciana había insistido en que se encontraba sola en la vivienda, decidieron llevar a la víctima al Hospital Clínico de Salamanca por las lesiones que esta presentaba. También detuvieron en el acto tanto al hombre como a la madre, que fueron puestos a disposición del Juzgado en funciones de Guardia de Salamanca y se les envió a prisión.