La prestación por incapacidad permanente en España se concede a trabajadores que, después de recibir tratamiento médico y ser dados de alta, presentan reducciones anatómicas o funcionales graves que afectan su capacidad para trabajar. Durante el mes de julio, se otorgaron más de 968.200 prestaciones de este tipo, con un importe medio de 1.162 euros, según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Esta ayuda tiene como objetivo compensar la pérdida de ingresos provocada por esa imposibilidad de realizar ciertas tareas laborales. Para acceder a ella, no se exige una edad específica, pero sí es necesario haber contribuido a la Seguridad Social durante un tiempo determinado. No obstante, en casos de enfermedades profesionales o accidentes laborales, esta condición no se aplica.
Existen cuatro grados de incapacidad permanente: Incapacidad Permanente Parcial, Incapacidad Permanente Total, Incapacidad Permanente Absoluta y Gran Invalidez. La evaluación y revisión de estas incapacidades son realizadas por un Tribunal Médico del INSS, que elabora informes médicos que luego son utilizados por la Seguridad Social para decidir si se concede, mantiene o extingue la prestación.
Para las evaluaciones, es crucial que los solicitantes proporcionen toda la información y documentos necesarios al médico examinador. El proceso de evaluación incluye preguntas sobre el estado del paciente, una exploración física detallada y un cuestionario psicológico. Dependiendo de la dolencia, pueden realizarse pruebas específicas.
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Cómo comportarse ante un tribunal médico
Fidelitis es un bufete de abogados especialista en problemas de incapacidad laboral. En uno de sus vídeos más recientes de TikTok explican que “La legislación en España es de secuelas y limitaciones, no es de diagnósticos”, es decir, que lo que hay que revisar es cómo afectan las secuelas y limitaciones de las patologías del paciente a su capacidad pata trabajar. Dependiendo de esas consecuencias y restricciones, al enfermo le corresponderá un grado u otro de incapacidad.
“Lo que tienes que hacer es ser muy coherente entre lo que verbalizas (es decir, lo que comunicas sobre tu estado físico e incapacidad laboral) y lo que dicen los informes al respecto”, subraya el experto.
Por tanto, lo principal será que los informes reflejen esas secuelas y una vez se pase al tribunal, que el paciente explique como son esas restricciones y cómo afectan a su capacidad laboral.
Preguntas habituales del tribunal médico
Para evaluar una incapacidad por enfermedad o lesión, es esencial estar bien preparado para la consulta médica, presentando claramente la información y documentos necesarios. Durante la visita, el médico realizará preguntas sobre el estado del paciente y llevará a cabo una exploración física para evaluar la condición más allá de los informes presentados. Este proceso puede generar ansiedad en los pacientes, quienes temen enfrentar preguntas complicadas, ya que el médico se enfocará en cómo la dolencia afecta las actividades cotidianas del paciente, determinando si justifica la incapacidad. Estos son algunos ejemplos de preguntas:
- ¿Has venido solo a la evaluación?
- ¿Notas que has mejorado últimamente?
- ¿Qué puesto ocupas y cuáles son las tareas fundamentales de tu profesión?
- Explica las dificultades que tienes en el desempeño de tu trabajo
- ¿Muestras conformidad con lo que la mutua o tu especialista afirmas sobre tus dolencias?
- ¿Qué actividades realizas en tu rutina?
- ¿Cómo te afectan tus síntomas o secuelas?
- ¿Por qué etapas has pasado durante tu enfermedad o lesión?
- ¿Cómo te sientes actualmente?
- ¿Por qué crees que necesitas una incapacidad permanente?