El expresidente de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont continúa en paradero desconocido, a falta de que las autoridades aporten una versión oficial. No obstante, el secretario general de JuntsxCat, Jordi Tull, ha asegurado este viernes que el líder independentista habría vuelto a fugarse de España y ya se encontraría en su residencia, en Waterloo (Bélgica), después de irrumpir este jueves en pleno centro de Barcelona y haber conseguido burlar, con aparente facilidad, el operativo policial que debería haber culminado en su detención.
Turull quiso echar este viernes más leña al fuego y ha asegurado en una entrevista para Rac1 que Puigdemont estaba en Barcelona, al menos, dos días antes de su irrupción. Y por consecuente, días antes del vídeo publicado en las redes en el que avisó de su retorno, siete años después de su primera fuga.
Las órdenes de detención contra Puigdemont
Puigdemont tiene vigente una orden de detención nacional, ratificada por el juez del tribunal Superior Pablo Llarena el pasado 1 de julio y por la que Puigdemont debería ser arrestado, pero siempre que se encuentre en territorio español. Esta orden solo tiene efecto dentro de las fronteras nacionales.
Durante estos siete años de exilio, el líder de Junts tuvo hasta tres euroordenes de detención contra él, también emitida por el juez Llarena. Formalmente conocida como Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE), es un mecanismo de cooperación judicial entre los Estados miembros de la Unión Europea, que debe ser aprobado por un tribunal de la UE, y por el que un Estado miembro puede arrestar a una persona buscada y trasladarla a otro Estado miembro.
Hasta hace unos días, Puigdemont se ha escudado en la inmunidad parlamentaria que tenía como eurodiputado para neutralizar las euroórdenes. Pero con el paso del tiempo, todas ellas se han ido desactivando, manteniéndose únicamente la orden emitida por el Supremo y a la espera de que un tribunal Europeo emita una resolución definitiva sobre su caso. Hay que recordar que Puigdemont ha sido detenido dos veces, una en Alemania y otra en Italia, aunque posteriormente quedó en libertad.
Pierde su vínculo con el Parlamento Europeo
En este contexto, no sería válida la detención de Puigdemont si ésta se consuma fuera de las fronteras españolas. Al menos, hasta que se emita otra euroorden, que por el momento no ha sido anunciada. Pero el escenario puede derrumbarse para Puigdemont ya que, desde la formación del nuevo Parlamento, donde ya no tiene ningún tipo de vínculo, el líder de Junts ya no cuenta con la inmunidad europea.
Las opciones que vuelven a abrirse pasan de nuevo por reactivar la orden de detención europea para pedir la colaboración de las autoridades belgas, donde Puigdemont ha permanecido en estos últimos años, si bien se trasladó al sur de Francia durante la campaña europea.
Al igual que la policía belga podría detenerle, también podría analizar si se le debe aplicar a Puigdemont la ley de amnistía, como así espera su abogado Gonzalo Boye. De producirse esto, la petición quedaría atascada, una vez más, en otro embrollo judicial.