En una aparición inesperada que sorprendió a los habitantes de Mallorca, la familia real española salió a las calles de Palma para disfrutar de un paseo vespertino este martes. La reina Letizia, acompañada por la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina emérita Sofía, recorrió la Plaza Mayor pese a las altas temperaturas que afectaban a gran parte del país. Esta salida destacó no solo por la presencia de la realeza, sino también por la primera vez que Leonor se dejó ver conduciendo en público.
El acontecimiento protagonizado por la heredera al trono se produjo cuando, tras el paseo familiar, Leonor tomó el volante de un Seat para regresar a Marivent. Con una sonrisa, la princesa manejó el coche acompañada de su hermana, la infanta Sofía, quien ocupó el asiento del copiloto. La reina Letizia y la reina emérita Sofía se sentaron en los asientos traseros, completando la imagen de una familia unida y cercana.
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El vehículo que condujo la princesa de Asturias es un Seat Ateca de color gris metalizado, un modelo urbano cuyo precio de venta oscila entre 31.370 y 43.900 euros. Este coche, ideal para la ciudad, destaca por sus siete airbags, llantas de aleación de 41 cm (16″), un cuadro de mandos digital cockpit de 8″, faros full LED, sensor de parking trasero y el sistema de arranque sin llaves KESSY. A pesar de ser una conductora novel, Leonor mostró una notable soltura al volante, lo que evidencia su reciente adquisición de habilidades de conducción.
La princesa cumplió la mayoría de edad el pasado 31 de octubre y, en un paso importante hacia su madurez, juró la Constitución ante las Cortes Generales. Posteriormente, se centró en obtener su carnet de conducir, una licencia que consiguió durante su estancia en la Academia General Militar de Zaragoza, la primera etapa de su formación castrense. Este logro es un hito en su transición a la edad adulta y en la preparación para sus futuras responsabilidades como reina de España.
La monarquía al volante
La familia real española ha demostrado desde siempre un notable interés por la conducción, un pasatiempo que ha sido parte de sus vidas desde la juventud. El rey Felipe VI, conocido por su afición a los coches, recibió a los dieciocho años un Seat Ibiza dorado, un regalo especial de su padre, el rey emérito Juan Carlos I. Este vehículo, que simboliza una etapa significativa en la vida del monarca, se conserva hoy en el museo de la firma, recordando sus primeros años al volante y su pasión por los automóviles.
Entre los primos de Leonor, Irene Urdangarin, hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, también se encuentra en pleno proceso de obtención de su carnet de conducir. Tras realizar voluntariado en Camboya, la joven ha regresado a España y se ha instalado en el Palacio de la Zarzuela, donde continúa con sus clases de conducción. Por otro lado, Victoria Federica, hija de la infanta Elena, ya ha conseguido su licencia y ha sido vista conduciendo un Audi Q3 35 TDi.