Un español que vive la Suiza se sorprende por la forma en la que tiran la basura allí: “Pagas un euro cada vez que usas una bolsa”

En el elevado coste de vida del país alpino participa también la forma en la que tienen de gestionar los residuos

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Un cubo de basura de una comunidad de vecinos en Suiza (@suiza.en.español/TikTok)
Un cubo de basura de una comunidad de vecinos en Suiza (@suiza.en.español/TikTok)

Suiza es un país muy atractivo para personas jóvenes que quieren salir de España y empezar una nueva vida en un país con altos salarios y fama por su elevado nivel de bienestar. Sin embargo, quienes hayan buscado algo de información al respecto, también conocen que el país helvético presenta también algunos contras a tener en cuenta, como lo difícil que es instalarse al principio, o lo cara que la vida puede ser entre sus fronteras.

Sobre esto último ha querido pronunciarse un joven español que vive en Suiza y se ha vuelto conocido por su canal @suiza.en.español, un espacio en el que se dedica a subir vídeos con información útil para la comunidad hispanohablante que vive en el país como a él. Consejos, oportunidades y críticas se entremezclan así, en ocasiones de forma tan sorprendente como en uno de sus últimas publicaciones, en esta ocasión, sobre la basura.

“En Suiza la basura te dará muchos problemas”, empieza diciendo el joven. Una afirmación que él mismo reconoce que puede ser confusa para quienes no conocen “un país muy especial en todos los aspectos”. Para demostrarlo, aporta tres claros ejemplos de lo diferente que es respecto al funcionamiento que tenemos en España.

Un euro por bolsa

“No puedes tirar la basura como en España, que la metes en la bolsa del Mercadona o la bolsa negra y la tiras al cubo y ya está”, dice el joven. “Aquí cada vez que tires una bolsa de basura vas a pagar aproximadamente un euro”. Una situación que se debe al precio del rollo que hay que comprar para ello, cuyo precio es de 25 euros, y en el que vienen entre 10 y 20 sacos. “Cada localidad tiene unos sacos específicos”, explica, de modo que solo puedes hacer eso de aquellos que correspondan al lugar en el que resides.

Además, estas bolsas no pueden ir a cualquier contenedor: “Las tendrás que tirar en el cubo de basura que tenga asignada tu comunidad”. Estos contenedores, de hecho, requieren de una llave para poder abrirse, algo que el joven demuestra con un vídeo en el que demuestra cómo, en efecto, hay un candado en cada cubo de basura, algo que le sorprendió mucho en su momento.

La policía registra la basura

El segundo aspecto que se señala en el vídeo es, más bien, una advertencia: “Que no se te ocurra tirar muebles o tirar cajas llenas de basura, de papeles o bolsa que no sean de la comunidad fuera o dentro del cubo”. La razón de esto es que, como bien explica él, “la policía abre las bolsas de basura y mira para ver si hay cartas con el nombre de alguien para multarle”.

Esto es algo que le ocurrió, sin ir más lejos, a un amigo suyo, que “tenía una barbería y decidió cerrarla”. Durante el vaciado del local, acabaron tirando toda la basura en una caja, “pero él tiró sin querer una carta dentro”. En vez de ir al vertedero, lo acabaron dejando al lado del cubo de basura. “A la semana llegó una multa de 300 francos”, termina revelando en el vídeo. Es decir, más de 320 euros.

Cobran por todo

El último punto que se trata en @suiza.en.español tiene que ver con los vertederos, o lo que aquí en España llamamos punto limpio. “La diferencia es que en España tu vas, tiras tu basura y colocas los electrodomésticos con los electrodomésticos, o el cartón con el cartón”. Algo que no se ve en Suiza, donde, para variar, hacer uso de este espacio requiere un pago económico. “En Suiza todo cuesta dinero... hasta tirar la basura”.

Sobre esto ha contado una última anécdota personal, que vivió cuando trataba de tirar un sofá. “Cuando llegué al vertedero había un camión-trituradora”. Habló con el hombre que estaba al cargo del vehículo y este le dijo que podía tirar el mueble ahí. “Cuando lo estoy echando, veo al tío que saca un papel y empieza con un boli a apuntar”, sigue contando. “Me estaba haciendo una factura”. Y es que finalmente, el joven tuvo que pagar 200 francos (214 euros) “por tirar un sofá que no valía para nada”. Algo que le pareció también quería compartir porque recuerda que cuando llegó todo le pareció “súper curioso”.

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