Frank Cuesta vive uno de sus peores días ante la posibilidad de perder su preciado santuario de Bangkok. El naturalista le da un hogar a los animales que acaban en Tailandia por diversas cuestiones y en sus 37 hectáreas, les ofrece la oportunidad de vivir en semi-libertad mientras él los cuida. Sin embargo, tres años después de abrir las puertas de ‘Libertad’, su exmujer y madre de sus hijos, Yuyee, le está reclamando el lugar.
El mismo fue quien compartió con sus seguidores cómo su expareja le había exigido que le abonara el valor del santuario y el pasado domingo explicó más detalles sobre todo lo ocurrido en la plataforma Kick: “El santuario ‘Libertad’, después de trabajar desde hace muchísimo tiempo, después de comprar una casa y un terreno, decidí comprar este sitio, dejando un dinero para la familia, a mi exmujer, Yuyee para que tuviera gastos. La casa y el terreno está a su nombre, y se hizo una reforma de unos 70.000 euros a principios de este año que pagué yo”.
Según indica el leonés, él ha sido el encargado de financiar todos los gastos de la familia, sobre todo, mientras que Yuyee se encontraba en la cárcel. “Desde que yo he tenido familia aquí en Tailandia he sido yo el que ha cubierto los gastos porque era la persona que hacía llegar más dinero, y en ese sentido siempre ha estado todo cubierto, los gastos de mis hijos han sido cubiertos por mí y solo por mí. Mi mujer ha ganado su dinero, pero ha sido suyo. El dinero que yo he producido ha sido para toda la familia. Ella tampoco ha trabajado mucho, pero así es como hemos funcionado y nunca ha habido problemas con el dinero”, indicaba a sus seguidores.
Y es que, gracias a su pasado como tenista y su faceta de presentador en los programas Frank de la jungla y Wild Frank, él siempre ha aportado más a la economía del hogar. Y ha indicado que desde que se separaron nunca hubo ningún problema, hasta ahora, que él ha vuelto a rehacer su vida con la política de extrema derecha Cristina Seguí: “Teníamos una relación bastante buena, y hace un tiempo la cosa empezó a cambiar, y nuestra relación también, no sé si por su nueva pareja, que yo no tengo nada contra ella, pero coincide en el tiempo con que la relación se enfriase hasta llegar al desacuerdo de que la casa se ponga a nombre de mis hijos”.
Según Frank Cuesta, sus hijos también se sienten decepcionados con su madre: “Al ver eso, pensé ‘hostias, a ver qué pasa con la tierra’. Mis hijos están bastante decepcionados con todo esto porque todo iba a estar en nombre suyo, desde el principio del acuerdo. He estado callado durante muchos años, y lo que quiero ahora es dejar claro que he cuidado a esta familia durante todo el tiempo en el que esta familia ha funcionado, y voy a seguir cuidando a mis hijos, que son lo más importante”.
Sin embargo, a pesar de que él tenía claro que esa tierra iba a ser para sus hijos, ella le ha dado un ultimátum y quiere que el acuerdo se solucione lo antes posible: “Se me ha dado un ultimátum de ‘lo tomas o lo dejas’, y yo obviamente no quiero perder este santuario, que sería una conmoción, no para mí, sino para muchos animales que habría que cazarlos, meterlos en cajas y llevarlos a centros de rescate. Los animales, en este sitio, ya tienen todo, y perder el santuario para mí sería un desastre ecológico personal, y no lo puedo dejar ir”.
El youtuber, al ser extranjero, no tiene tantas facilidades para acceder a un terreno en el país asiático; por ello, se encontraba a nombre de su expareja. Sin embargo, para él, el esfuerzo que ha invertido en el lugar vale la pena la lucha: “He construido este santuario con mis propias manos y es un trabajo todos los días, no a nivel físico, sino a nivel moral, porque hay que tenerla para estar aquí, y después de todo lo que hemos formado era un crimen perderlo”.
La solución a sus problemas económicos
Para poder solventar la situación, Cuesta ha planteado diferentes vías: “He dado opciones de todo tipo. He ofrecido 50.000 dólares y que el santuario estuviese dividido en cuatro partes, tres de mis hijos y una parte para su madre. He ofrecido un 40% para la madre y un 60% para mis hijos y tampoco. He ofrecido un 49% para la madre y un 51% para mis hijos, y tampoco. He ofrecido de todo”.
De hecho, este problema ha hecho que se encuentre en pie de guerra con Yuyee; y al airear el conflicto por redes sociales, muchos opinan que lo hace para que se le “echen encima”: “Se merece que se la echen encima, aunque no lo quiera. Pero lo que yo estoy recibiendo ahora mismo es algo tan sumamente amoral... es el karma. Yo mal nunca le voy a desear porque es la madre de mis hijos, pero la cosa ha cambiado muchísimo. Para mí, moralmente, lo ha perdido todo”.
Pero finalmente, han podido llegar a un acuerdo para solventar la situación. Este, deberá de pagarle 225.000 euros en cuatro cuotas: “Me dijo: ‘No quiero estar molestándote por el resto de tu vida. Has dicho que la tierra cuesta unos 15 millones, y te estoy pidiendo por unos 225.000 euros en cuatro veces, y cada vez que me pagues, la tierra se dividirá en una parte y se pondrá a nombre de Zorro’ (uno de sus hijos). Esto equivale a unos 50.000 euros digamos por cada una de las cuotas”.
“No es algo que yo quiera, ni que crea que sea justo, pero al final del día es por dinero, y con ese dinero podríamos haber comprado un apartamento en España para mis hijos y acabará perdiéndose. Lo pagaré. Se ha aprovechado de que no puedo tener la tierra en Tailandia, de la situación de que no puedo perder este santuario, de que sabe que no voy a dejar esto, y de que hago todo por mis hijos”, indica Fran Cuesta. Y además, aclara que todo se trata de un chantaje: “Yo me voy a morir, pero el santuario seguirá, y eso lo decidirán mis hijos, no otra gente. Mucha gente dirá que esto es un chantaje. Sí, pero es legal. Yo tengo que pagar el santuario que construí, recomprarlo a la persona en la que yo confiaba”.