“Mucha gente la caga el día del examen”: los consejos de un profesor experto para afrontar unas oposiciones

David Fuentes, creador de la academia ‘Formación Ninja’, se dedica a preparar a miles de personas cada año de cara a lograr una plaza en un cargo público

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David Fuentes, fundador y director
David Fuentes, fundador y director de la academia para opositores 'Formación Ninja'. (@davidfuentesninja/Instagram)

Son buenos años para opositar. El Gobierno ha anunciado este mismo verano la aprobación de 40.146 nuevas plazas de empleo público para este 2024, una cifra nunca antes tan elevada, un 1,74% más alta que en 2023 -que atesoraba el anterior récord- y un 74,1% más que en 2018. Unos datos que asombran, pero que no terminan de convencer a una parte de los agentes sociales, que ven cómo los puestos ofertados no terminan de centrarse en abordar el envejecimiento de las plantillas o la modernización de los servicios públicos.

Pero una cosa no quita la otra, y lo cierto es que mucha gente que hasta ahora había visto cómo no podía acceder al funcionariado porque no se lanzaba o ejecutaba ninguna convocatoria, tiene ahora la oportunidad de prepararse a unas oposiciones y lograr, al fin, el trabajo de sus sueños o de sus vidas. “Está habiendo muchísima jubilación de los baby boomers. Ahora se van a jubilar y la Administración tiene que actuar con previsión”, analiza David Fuentes, que vaticina cómo en la próxima década hasta un 60% de la administración pública afrontará un relevo generacional, lo que creará muchas más vacantes de lo habitual.

Un opositor ‘profesional’

David es el creador de Formación Ninja, una academia de oposiciones online que ayuda a preparar a los aspirantes de más de 30 oposiciones. Una idea que nació de la propia experiencia de su fundador, que realizó unas oposiciones para ser Bombero de la Comunidad de Madrid en 2018, en las que el examen teórico tiene mucho peso. “Aprendí a estudiar”, resume en relación a esa época. Y es que, si bien él fue un “estudiante bastante normal”, con una media de seis en el Bachillerato, descubrir una serie de técnicas de estudio le permitió quedar como la quinta nota más alta de los 2.000 exámenes presentados.

“Esto de las técnicas me cambió la vida”, reconoce. “Yo pensaba que era tonto, que era mediocre estudiando, simplemente porque no sabía memorizar ni estudiar. En la oposición vi el potencial que tenía esto y empecé a enseñárselo a opositores”. Comenzó a dar clases con esta novedosa metodología, hasta que finalmente decidió crear su propia academia, que ha ido creciendo exponencialmente -tienen ahora a unos 3.000 alumnos- desde que la creó hace cinco años por sus excelentes resultados. En oposiciones como la de Bomberos de Valladolid, el 70% de los aprobados habían ido a sus clases. Sin embargo, luego matiza: “Lo normal, en oposiciones más grandes, es que rondemos el 10, el 15% o el 20%”.

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La importancia del autocuidado

Son también de Formación Ninja algunos de los opositores que contestan a nuestras preguntas. Cuestionado sobre lo más difícil del proceso, Alicia tienen claro que se trata de la “incertidumbre” de “no saber durante cuánto tiempo tienes que posponer tu vida”. “No sabes en qué momento acabará vivir en ‘pause’”, algo que puede ser duro. Cristina opina que, precisamente por eso, “es muy fácil venirse abajo”. “Hay que estar muy concienciado de que es una carrera de fondo”, asegura, mientras que Antonio responde que la clave está en, a pesar de todo, “mantener la constancia y la intensidad”.

“Como no te cuides a ti mismo, olvídate”, afirma David. “Cuando la gente aterriza en oposiciones, la mayoría de la gente lo deja en los primeros tres meses”. Hablamos de un 50 o un 60% de los matriculados. “Aterrizaban aquí pensando que iba a ser muy fácil y no lo es, o se han quemado”. Personas que, en algunos casos, estudian 25 días seguidos “y el 26 han dicho ‘no puedo más’”. “Les insistimos mucho en que deben obligarse a descansar, mínimo, un día a la semana”, apunta el fundador de la academia.

También incide en la importancia de respetar el horario de sueño: “Cuando tú descansas mal un día y al día siguiente estudias, la sensación de estudiar mal es asquerosa. Es muy frustrante porque tú estás echando horas y horas y estás ahí sentado delante de los apuntes, pero no te entran los datos”. Un círculo vicioso que, tarde o temprano, hay que aprender a cortar de raíz, porque puede conducir a que uno se obsesione con estudiar más y prolongue la carencia de horas de sueño. “Aquí el entorno y las parejas de los opositores tienen el cielo ganado porque son clave”, ríe David, que se recuerda obsesionándose con estudiar incluso cuando iba al cine con su pareja y sacaba el móvil para repasar mientras proyectaban la película.

El 100% por profundidad o velocidad

Este último elemento es muy importante, porque los opositores saben de sobra que lo que marca la dificultad de unas pruebas no es tanto la cantidad de temario o la variedad de las pruebas. “Es el nivel de los opositores”, concreta el experto, que ve una gran diferencia, por ejemplo, en las personas que se han sacado una carrera y ya tienen adquiridos “ciertos hábitos de estudio” que hacen que la competencia sea mayor. Para los opositores a los que forma, estos hábitos son también claves.

Para Mati, por ejemplo, lo que marca la diferencia es “que el tiempo que le dediques sea tiempo efectivo de verdad”. Las condiciones ideales nunca se terminarán de producir del todo, ya que a veces no disponemos de toda la libertad que nos gustaría para estudiar, “pero una buena organización y planificación adaptada a las situaciones de cada uno te pueden permitir luchar y competir tu plaza”.

Cristina, por su parte, señala que “la forma de estudiar” es muy importante, siempre y cuando sea la que “va contigo al 100%”. “De nada sirve dedicarle 8 horas diarias al estudio si no te conoces como estudiante. Cuando das ese paso, usando la mitad de horas de estudio, puedes sacar el triple de provecho que otros opositores”. Un caso concreto: las oposiciones se pueden estudiar de varias formas, como por capas o por velocidad, dos métodos que, según el aspirante, pueden venir mejor o peor, y cuyas diferencias nos explica David.

“En un sistema de capas con la primera vuelta ponte que tardas un mes. Todas las vueltas van a ser en 12 meses, entonces vamos a dar 12 vueltas al temario en un año”, calcula. “La primera vuelta se memoriza un 10% del temario: los datos más preguntables, los datos mas frecuentes o los datos mas llamativos”. Un estudio más superficial, en definitiva, en el que, no obstante, “cada vuelta es un poco más profunda”. Es a medida de volver cada vez a un mismo tema cómo se va progresando por esa profundidad.

“En el sistema de vueltas, lo que lo que haces es progresar por velocidad”, continúa. “En la primera vuelta ponte que tardas cinco meses”, comenta. Pero ahí te memorizas el 80% del temario. En segunda vuelta, en vez de cinco meses, vas a tardar tres, también memorizándote prácticamente todo el temario. Tercera vuelta: en vez de tres meses vas a memorizarla en un mes y medio. Luego, en un mes. Luego, en tres semanas. Dos semanas. Vas mejorando o vas evolucionando por velocidad, no por profundidad. El objetivo al final es que todos se acaben memorizando el 100% del temario o con el 100% de eficiencia”.

Qué hacer el día del examen

Esta clase de trabajo puede durar varios años, sobre todo en el caso de aquellas convocatorias en las que escasean las plazas o la competencia es máxima. De hecho, David también considera que “la cabeza es clave” no solo durante el estudio, sino quizá todavía más de cara al día del examen. “Mucha gente la caga ese día. Si tú vas con un nivel de un ocho, nosotros lo que les decimos es que la gestión de los nervios no te va a dar un 8,5, pero sacarás un ocho”. En cambio, mucha gente “que no trabaja esa parte va con un nivel de un ocho y saca un seis. ¿Por qué? Porque ese día se ha puesto nervioso.

Es por esto que en Formación Ninja también realizan un trabajo específico para este apartado. “En mi convocatoria para mi examen yo tenía un protocolo de las últimas dos semanas”, cuenta David. “Tenía escrito en un folio todo lo que tenía que hacer durante los últimas dos semanas”. Para el último día, por ejemplo, apuntó lo que haría “desde primera hora hasta la última hora”: qué desayunaría, qué café tomaría, con cuánta antelación llegaría a la sala en la que se examinaría.

Eso se extendía, incluso, a la forma de llegar a la prueba. “Algo que les recomendamos es que tengan dos o tres vías de acceso al sitio de examen”. Es decir, que además de conocer el trayecto en metro o tener el tanque de gasolina del coche lleno, avisen también a algún familiar con antelación para que les llevara si surgiera un imprevisto. Y, claro, mejor llegar con antelación. “Si llegas a un minuto de que abran, de que te llamen, pues eso es un error gigantesco porque vas a llegar nervioso, con prisas. Sería un error muy amateur”.

Otros consejos para ese momento es, también, utilizar herramientas que estimulen su motivación y, al mismo tiempo que les evadan, les sirva para darlo todo cuando llegue el momento. Canciones, por ejemplo, como la de Hymn for the Weeknd, de Coldplay. “Me elevaba mucho el ánimo y entraba con mucha confianza”, confiesa David.

“También le comento a los alumnos que no se junten con todos los opositores”, añade. “Cuando tú vas a hacer un examen de oposiciones todo el mundo está en la puerta, apelotonado, y ahí empiezas a escuchar cosas que no está bien escuchar”. Posibles preguntas, posibles respuestas, quejas y dudas que no harán sino alejar al opositor del poder centrarse en el examen una vez comience. “Hay gente que está nerviosa y lo transmite”. Por ello, recomienda estar a unos 50 metros del grupo, y acercarse solo cuando llegue el momento de entrar.

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Aprobar con o sin academia

Este tipo de tácticas son igual de importantes que el temario para Formación Ninja. En realidad, según la oposición ni siquiera hace falta aprenderse todo el temario. Depende, en parte, de si es un temario cerrado -es decir, en las propias bases de la oposición te dicen exactamente los temas que caerán- o abierto, donde es el opositor encargado de realizar la búsqueda. En estos casos, el temario a estudiar se reduce, pero tiene un peligro, que nos cuenta David: “Lo llamamos el opositor Diógenes. Es una persona que tiende a acumular temario y empieza a acumular y acumular y acumular, pero luego no lo estudia. Y eso no vale para nada”.

Las academias como la suya sirven también para facilitar, precisamente, ese temario que precisarán los opositores. Solo que, como bien explica el experto, no se acaba ahí. “Es saber guiarte, es decirte ‘oye, ten en cuenta esto’ o ‘cuidado con esta parte’. Es la parte psicológica del acompañamiento”. Él mismo reconoce que una oposición se puede aprobar sin un centro como el suyo, porque todos los materiales están disponibles, ya sea en internet o en los manuales. “Pero claro, el papel de la academia es volver más eficiente ese proceso. Es decir, que si la media de una oposición es de cuatro años, pues que gracias a la academia lo consigas en dos”.

Aprobar el examen: ese es el objetivo. “Yo no te enseño a ser policía ni a ser bombero”, termina David. “Yo te enseño a aprobar y ahí las técnicas de estudio son muy disruptivas”. Eso de que ‘la letra con sangre entra’ no forma parte de su método. Al contrario, buscar trucos y métodos de memorización más eficientes convierten a un opositor en “imparable”. “La gente que va con técnicas de estudio siempre acaba adelantando a los que van estudiando como hace 20 años”. Lo comprobó consigo mismo, y ahora lo comparte con sus alumnos. El resto, les toca a ellos.

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