Un millonario adopta a su jardinero para legarle su fortuna… y luego se descubre que no hay fortuna

Una serie de movimientos misteriosos en las cuentas bancarias de uno de los hombres más ricos de Francia hizo que el dinero desapareciera y no sea posible reclamarlo

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Un jardinero receba un tee en un campo de golf. (EFE/LUIS TEJIDO)
Un jardinero receba un tee en un campo de golf. (EFE/LUIS TEJIDO)

La vida de Jadil cambió inesperadamente cuando, hace más de 30 años, comenzó a trabajar en una finca de la provincia de Huelva. Aquella propiedad pertenecía a Nicolas Puech, un hombre que poseía hasta 12.000 millones de euros en acciones de la famosa marca de moda de lujo Hermés, al ser descendiente de quinta generación del fundador de la compañía. De hecho, Puech era desde hacía años, con su 5,7% de las participaciones, el principal accionista privado de la empresa, aunque aún le faltaba un detalle por resolver: a sus más de 80 años, no tenía a quien darle su herencia.

De este modo, si bien en un principio parecía que esa fortuna milmillonaria acabaría en manos de una fundación contra la desinformación a la Fundación Isócrates, para lo que se había firmado ya un acuerdo, un giro inesperado de los acontecimientos provocó un cambio inesperado en los acontecimientos: Nicolas Puech decidió adoptar a Jadil, que desde su entrada en la finca había seguido trabajando para el descendiente de Hermés y se había ganado su confianza, hasta el punto de convertirse en su asistente y asesor personal.

Es más, la vida de Jadil había quedado desde el inicio vinculada en gran medida a la de Puech, puesto que fue en su trabajo como jardinero en Huelva donde conoció a Paz, su actual esposa, que trabajaba como secretaria del milmillonario y con la que ahora ha formado una familia. Por todo ello, los vínculos entre ambos fueron siendo cada vez más estrechos, lo que motivó que Puech acabara tomando esa decisión para que Jadil recibiera al menos un 50% de su patrimonio.

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Complicaciones con la ley y la familia

A pesar de que en teoría el heredero de Hermés podría dar su dinero a quien quisiera, la cosa no es tan sencilla como parece. En primer lugar, por el acuerdo firmado previamente con la Fundación Isócrates, que ya declaró su consideración de “nulo e infundado” el deseo de Puech de quitar como heredera a la entidad para darle todo el dinero a su jardinero. Además, las leyes suizas no las tienen todas consigo con el tema de la adopción. Y es que para que se ejecute el reconocimiento de la adopción, el vínculo entre el adoptado y su nuevo progenitor debe tener su origen en cuando el primero era menor de edad, algo que no se cumple en el caso de Jadil, puesto que entró en la finca por primera vez cuando ya tenía 18 años.

Otro frente que Puech tenía pendiente por resolver era sus desavenencias con el resto de la familia. Hace diez años, Bernard Arnault, dueño de LVMH y considerado el hombre más rico de Francia, intentó hacerse con una parte mayoritaria de las acciones de la compañía de moda, algo que los herederos de Hermés no vieron con buenos ojos, lo que hizo que se protegieran creando una sociedad que impidiera dicha compra. Sin embargo, Puech sí se mostró partidario de la venta, y aunque finalmente Arnault diera marcha atrás, el paradero de las acciones del principal heredero eran un misterio.

Este hecho no evitó que Jadil y Paz ya empezaran a adoptar un estilo de vida similar al que tendrían si la herencia ya se hubiera producido. Su actual residencia es una villa suiza tasada en 4,14 millones de euros, una propiedad a la que habría que añadirle la de otra villa más en Marrakech, la cual tiene un valor de un millón y medio de euros. Pero por si fuera poco, la familia también llevó a cabo la compra de hasta cincuenta fincas agrícolas ubicadas en España y Portugal, tal y como afirman en el periódico suizo Tribune de Genève.

El accionista suizo Nicolas Puech busca una sucesión atípica ante un equipo legal para una posible adopción de adulto. (Reuters/ Cordon Press)
El accionista suizo Nicolas Puech busca una sucesión atípica ante un equipo legal para una posible adopción de adulto. (Reuters/ Cordon Press)

Problemas en el paraíso

La actitud del jardinero y su esposa parecía razonable, dado que a pesar de todos los obstáculos, tarde o temprano se harían con la fortuna milmillonaria. Lo que nadie esperaba es que ese “misterioso paradero” de las acciones del milmillonaria se acabara resolviendo en el peor de los escenarios posibles: Puech ya no las tenía. Y no las tenía no por el hecho de que se las vendiera a Arnault en su momento. Al contrario, se trataba de una desaparición en toda regla, cuyo principal responsable era Eric Freymond, su antiguo gestor de patrimonio.

Freymond ya se había mostrado contrario a la actitud poco conservadora de Jamil y Paz en cuanto a sus nuevas compras, una oposición que desembocó en su propio despido en septiembre de 2022. No obstante, las distintas operaciones bancarias que el gestor realizó hasta el día de su marcha acabaron por evaporar unas acciones en las que se concentraba toda la fortuna de Puech. Un hecho que, cuando fue apreciado por el milmillonario, hizo que este presentara una demanda contra el que había sido su empleado por malversación.

Adiós a la herencia

Las malas noticias se fueron sucediendo desde entonces. El tribunal suizo falló a favor de Freymond, puesto que consideró que tan malversación no se había producido, entre otras cosas porque Puech le había dado un control total de su patrimonio cuando este trabajaba parea él. Por otro lado, los jueces también señalaron que si el rico accionista de Hermes hubiese estado mínimamente atento al estado de sus bienes y fondos, podría haberse dado cuenta y haber evitado la pérdida del dinero en cualquier momento. Que no lo hubiera hecho, aunque fuera por la confianza que tenía en su gestor, no significaba que este hubiera actuado de forma deshonesta.

Finalmente, tras la sentencia del tribunal helvético, parece inevitable el hecho de que Puech haya perdido toda su fortuna, y que por lo tanto la herencia que Jamil iba a recibir, como mínimo la mitad de esos 12.000 millones de euros, se quede ahora reducido a la nada.

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