La Dirección General de Tráfico pasa al ataque ante la nueva tendencia denominada como ‘método gallego’. Esta acción consiste en el aviso, mediante mensajes de Whatsapp, a otros conductores para informarles sobre la existencia de nuevos radares móviles o controles de la Guardia Civil. Un aviso que más que ayudar perjudica, tanto a uno mismo como a los demás usuarios de la vía. Aunque el método comenzó como algo puntual, este ha ido en mejoría desde sus comienzos hasta llegar a un nivel prácticamente profesional con muchos recursos y herramientas que permiten una mayor eficacia. Las autoridades, por ello, avisan de que hay que tener mucho cuidado con esos avisos, ya que el hecho de no pasar por los controles establecidos puede suponer un riesgo mayor de sufrir un accidente.
La Dirección General de Tráfico, junto a las autoridades necesarias, llevan tiempo con una exhaustiva vigilancia hacia esos conductores que alertan sobre controles rutinarios de la Guardia Civil para aumentar la seguridad de los ciudadanos en las carreteras. Así lo demuestran las declaraciones de Pere Navarro, director de la DGT para La Opinión de A Coruña. “Estamos estudiando cómo abordar jurídicamente la situación”, decía el director para el medio gallego. “Avisar por redes socava gravemente la seguridad vial”, añadía también el dirigente.
Grupos de más de 15.000 personas
El ‘método gallego’ supone, como era de esperar, la comisión de un delito contra la seguridad vial pero, además, grandes sanciones. Por ello, según el mismo medio citado anteriormente, las primeras multas ya han llegado este 2024, más concretamente en mayo. Una empresa ha sido multada por gestionar un grupo por redes en el que más de 15.000 personas compartían información a través de WhatsApp. Ese grupo, de A Coruña, compartía la localización exacta de los controles y radares de la localidad de La Costa da Morte, Galicia. Debido a este factor de localización, este método recibe el nombre que ostenta.
Otros métodos más clásicos
Mientras que la DGT se centra ahora en la escalada de este nuevo método digital, también sigue con su lucha por evitar los métodos más tradicionales. Estas formas más rudimentarias simplemente dependen del conductor y de su maña. Con el empleo de las luces, en forma de ráfagas con las largas, se crea un lenguaje automovilístico que muchos han utilizado toda su vida, especialmente en los pueblos. No obstante, a pesar de llegar a menos personas, ya que aquí se depende del cruce entre vehículos en la vía, sigue considerado por las autoridades como algo que aumenta los riesgos de accidentes fatales.
Ambos métodos, el tecnológico y el tradicional, han aumentado las dificultades para las autoridades a la hora de llevar un control sobre los conductores en las carreteras del país. Los controles y radares dejan así de tener su máxima eficacia de reducción de riesgos, por lo que se sigue la búsqueda de esos canales de difusión que permiten a los conductores evitar las campañas que la DGT y que las organizaciones competentes instalan para preservar la seguridad en toda la red de carreteras nacionales.
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