España hace acopio de munición con la guerra de Ucrania como telón de fondo: 205 millones en espoletas para sus obuses M109 y SIAC

El Ejército de Tierra ha contratado con la firma alemana Rheinmetall el suministro de medio millón de carga propulsora para proyectiles de 155 mm. Defensa busca reponer sus arsenales, mermados por la ayuda a Ucrania

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Obús M-109 del Ejército de Tierra español desplegado en Letonia bajo bandera de la OTAN. (EMAD)
Obús M-109 del Ejército de Tierra español desplegado en Letonia bajo bandera de la OTAN. (EMAD)

El Ministerio de Defensa sigue adelante con su plan para reponer los arsenales de las Fuerzas Armadas que, al igual que el de numerosos países europeos, han disminuido considerablemente desde el comienzo de la guerra en Ucrania como consecuencia de los numerosos envíos de armamento en beneficio del país invadido que se han realizado, en la gran mayoría de casos, echando mano de las existencias propias. De esta manera, el Ejército de Tierra ha invertido 205 millones de euros para la compra de espoletas para munición de calibre 155 mm, aquella que emplea en sus obuses M109 y SIAC.

Así lo ha confirmado la empresa alemana Rheinmetall, compañía con la que el Ejército ha firmado un acuerdo marco para el suministro de alrededor de medio millón de sistemas de carga propulsora. De acuerdo a lo informado por la firma germana, propietaria de la empresa española Expal, la entrega del pedido puede extenderse hasta finales de 2025. Asimismo, el contrato incluye una opción de prórroga por dos años más, lo que podría incrementar significativamente su valor.

Este no es el primer contrato que el departamento que lidera Margarita Robles cierra con Rheinmetall, uno de los mayores fabricantes de munición de gran calibre del mundo. Ya el pasado abril, la empresa germana recibió un pedido valorado en 58 millones de euros para suministrar más de 100.000 granadas de mortero. Anteriormente, en marzo, Defensa le encargó proyectiles de artillería, también de 155 mm, por valor de algo más de 200 millones de euros.

El nuevo acuerdo con la compañía alemana se ha dado a conocer días después de que el Gobierno aprobara el desembolso de 69,7 millones de euros para incorporar espoletas a través de la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN (NSPA). “Este acuerdo marco permitirá atender las necesidades del Ejército de Tierra en relación con este material de consumo constante por las unidades de artillería”, según se ha explicado en la referencia del Consejo de Ministros de esta semana.

Efectivos del Ejército de Tierra junto a munición de 155 mm y un obús SIAC. (Ejército de Tierra)
Efectivos del Ejército de Tierra junto a munición de 155 mm y un obús SIAC. (Ejército de Tierra)

Escasez de munición de 155 mm

La solidaridad de los países miembros de la UE ha dejado en evidencia las debilidades de la industria armamentística europea, que pronto se vio incapaz de fabricar y suministrar munición al ritmo requerido por Kiev. Para hacer frente a esta problemática, y con el compromiso de prolongar en el tiempo la ayuda milita, la Comisión Europea concibió el pasado año un plan en tres fases. En la primera, los países deberán proporcionar 1.000 millones de euros en munición de sus arsenales y, en la segunda fase, la UE comprará en su conjunto otros 1.000 millones en munición para Ucrania.

Finalmente, los países europeos se han comprometido a desarrollar un plan para producir un millón de proyectiles de artillería de 155 mm en el plazo de un año. Un proyecto más que ambicioso, no sólo porque en la actualidad en el viejo continente se fabrican anualmente 300.000 proyectiles sino también por la falta de trabajadores calificados que presenta el mercado europeo. Otro desafío que se presenta es el acceso a las materias primas críticas -aluminio, titanio, pólvora y propelente- dado el consecuente cuello de botella en las cadenas de suministro que implica incrementar la producción militar.

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La importancia del cartucho de 155 mm radica en su capacidad proporcionar un buen equilibrio entre el alcance y el tamaño de la ojiva: un proyectil demasiado pequeño, no hará suficiente daño ni llegará tan lejos, pero uno de mayor tamaño tiene un alcance menor. Los 155 mm son el término medio más común y por eso se usa tan ampliamente. Estos proyectiles, que alimentan a obuses y grandes cañones, se pueden configurar de muchas maneras para empaquetarse con material altamente explosivo, usar sistemas guiados con precisión, perforar armaduras o producir una alta fragmentación.

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