Dos años de cárcel sin juicio: el caso de Pablo González, el periodista español acusado de espiar para Rusia

El reportero, especializado en zonas de conflicto, fue arrestado en Polonia en 2022. Las autoridades locales lo acusaron de ser un espía al servicio de Moscú, pero nunca presentaron pruebas ni permitieron a González defenderse en un juicio

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El periodista español Pablo González
El periodista español Pablo González

El periodista español Pablo González ha sido liberado este jueves tras un largo periodo de encarcelamiento sin cargos. Su liberación se produjo como parte de un intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia, un hecho confirmado por su abogado, Gonzalo Boye. Este evento pone fin a más de dos años de detención en Polonia bajo acusaciones de espionaje a favor de Rusia, aunque nunca se presentaron pruebas concretas en su contra.

Periodista, lingüista y politólogo con una destacada carrera enfocada en los conflictos en el espacio postsoviético y Europa del Este, González ha cubierto como freelance importantes eventos bélicos como la segunda guerra del Alto Karabaj, la Guerra del Donbás y la anexión de Crimea, en 2014. Su labor periodística ha sido reconocida en medios de gran prestigio, incluyendo la Agencia EFE, Público, Naiz, Gara, La Sexta, DW y France 24. González siempre se ha distinguido por su profundo conocimiento del terreno y su capacidad para informar desde las zonas de conflicto, proporcionando una visión directa y detallada de los hechos.

Su vida está marcada por un trasfondo cultural y familiar único. Nieto de un niño de la guerra que se exilió a Rusia durante la Guerra Civil Española, González posee doble nacionalidad gracias a su padre ruso y su madre española. Nacido en Moscú con el nombre de Pavel Rubtsov, vivió en la URSS hasta los nueve años cuando, tras el divorcio de sus padres, se trasladó a España con su progenitora. En el registro civil español fue inscrito como Pablo González Yagüe. Ambos nombres son legales, reflejando su doble identidad cultural y familiar. Este origen dual ha sido una constante en su vida y ha influido significativamente en su perspectiva y enfoque como periodista.

En 2022, cuando Rusia invadió Ucrania, González se trasladó hasta Kiev. Estando en la capital ucraniana los servicios de inteligencia locales lo interrogaron durante cuatro horas, retuvieron sus dispositivos electrónicos y le dieron 72 horas para abandonar el país. A pesar de estos obstáculos, decidió permanecer en la zona unos días más antes de regresar a España, tras confirmar con las autoridades españolas que no había cargos en su contra.

Varias personas sujetan un cartel reclamando la liberación de González (H.Bilbao/Europa Press)
Varias personas sujetan un cartel reclamando la liberación de González (H.Bilbao/Europa Press)

Sin embargo, en febrero de ese año, González fue detenido en Polonia por la Agencia de Seguridad Interna bajo la acusación de espiar en favor de Rusia. La detención se produjo en la localidad fronteriza de Przemysl, donde González cubría la salida de refugiados ucranianos. Durante las primeras 48 horas, ni su familia ni su defensa supieron de su paradero, y los servicios consulares españoles no podían asistirlo sin su solicitud explícita. Tras una primera vista judicial, se decretaron tres meses de prisión preventiva, acusándolo formalmente de espionaje según el artículo 130.1 del Código Penal de Polonia. Sin embargo, hasta la fecha de su liberación, no se presentaron cargos concretos ni pruebas detalladas que sustentaran esta acusación.

Un proceso opaco

El proceso legal de Pablo González en Polonia estuvo marcado por la opacidad y la falta de fundamentos sólidos. En febrero de 2023, el Tribunal de Apelaciones de Lublin prorrogó su prisión preventiva por novena vez, sin establecer una fecha de juicio. El portavoz del Ministerio de Servicios Especiales polaco, Stanisław Żaryn, afirmó que González había sido identificado como un agente de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General Ruso (GRU), realizando actividades de espionaje bajo la fachada de periodista. Esta acusación podría haber conllevado una condena de hasta diez años de cárcel.

Las pocas informaciones disponibles sobre su procesamiento provienen de filtraciones a la prensa. En mayo de 2023, el medio ruso independiente Proekt informó que en los dispositivos de González se encontraron informes sobre Zhanna Nemtsova, hija del disidente ruso Boris Nemtsov, asesinado en 2015. En noviembre del mismo año, el mismo medio indicó que González habría viajado en 2017 junto al oficial de inteligencia ruso Sergei Turbin, lo que reforzaría las acusaciones de espionaje. No obstante, estas pruebas no fueron suficientes para formalizar un juicio.

La pareja de González, Oihana Goiriena, ha señalado que la confusión podría deberse a que el periodista posee dos pasaportes con nombres diferentes, ambos legales y explicables por su origen familiar. La Justicia polaca envió una comisión rogatoria a la Audiencia Nacional para confirmar la nacionalidad española de González, y descartó la supuesta financiación desde Moscú, aclarando que los 350 euros mensuales que recibía provenían de su padre residente en Rusia.

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