El Gobierno ha asumido que esta legislatura no será tan productiva como la anterior, en la que tampoco tuvo mayoría absoluta, pero donde el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos logró impulsar más de 200 leyes en tres años y medio. La complejidad de la nueva mayoría que invistió a Pedro Sánchez en noviembre de 2023 le ha costado al Gobierno varios reveses parlamentarios. El último lo sufrió por partida doble hace una semana, cuando Junts tumbó contra todo pronóstico la senda de estabilidad, más allá del esperado no de la formación independentista a la reforma de la ley de extranjería para el reparto obligatorio de menores migrantes.
Coincidiendo con el cierre del curso político y de cara al siguiente periodo, en el que la tónica no tiene visos de ser diferente (el pacto entre ERC y el PSC para investir a Salvador Illa en Cataluña dificulta la relación con el partido de Carles Puigdemont en Madrid), el propio presidente del Gobierno quiso anticiparse a futuros batacazos en el Congreso.
Con las negociaciones sobre los Presupuestos de 2025 -uno de los hitos más importantes de la legislatura para el Gobierno- a la vuelta de la esquina, Sánchez quitó hierro a la capacidad del Ejecutivo de sacar adelante sus normas. Acostumbrado a salvar decenas de bolas de partido en la anterior legislatura, en la que solo cosechó una derrota parlamentaria, el Gobierno de PSOE y Sumar traslada ahora la responsabilidad sobre el futuro de las normas al Congreso.
“En España, siempre ha habido una concepción excesivamente legislativa de la acción del Gobierno. Normalmente, usamos el número de leyes aprobadas para medir la fortaleza de un Gobierno, cuando es un indicador que nos habla de la situación del poder legislativo, del Parlamento”, reflexionó este miércoles el presidente del Ejecutivo y líder del PSOE en una comparecencia en Moncloa para hacer balance del curso político.
Asimismo, proclamó que las leyes son “muy importantes”, pero que “lo sustantivo, en el fondo, es que las leyes son el instrumento para conseguir los resultados, uno de los muchos instrumentos con los que cuenta el poder legislativo”. Las leyes, según el jefe del Gobierno, son “un medio, no un fin”. “Son los resultados los que importan y los que cambian la vida de la gente. Y nuestros resultados son muy buenos”, remató.
El Gobierno prometió aprobar 49 leyes en 2024
Sánchez se puso la venda antes de la herida. Hace unos meses, el Gobierno se comprometió a aprobar en 2024 hasta 43 leyes ordinarias y seis leyes orgánicas. Según las líneas generales del Plan anual normativo de 2024 esbozadas en marzo por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, el Gobierno planteará 198 iniciativas para su aprobación en 2024.
“149 son reales decretos (no son decretos-ley), 43 son leyes ordinarias y seis son leyes orgánicas”, dijo entonces el dirigente socialista. De todas ellas, la “mitad” están comprometidas con la UE: 36 vienen recogidas entre los hitos para recibir los fondos europeos y 62 suponen la incorporación al derecho nacional de normas que son de derecho europeo.
Hasta la fecha, en los ocho meses de Gobierno, el Gobierno puede presumir de desatascar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras más de cinco años de bloqueo y de reformar el artículo 49 de la Constitución para suprimir el término “disminuido”. Ambas iniciativas han tenido luz verde gracias al acuerdo con el PP.
Además, según recordó Sánchez, el Ejecutivo ha conseguido aprobar 11 normas con rango de ley, entre ellas la ley de amnistía, la ley de paridad o la ley de enseñanzas artísticas, así como los dos decretos de medidas anticrisis y la reforma del subsidio por desempleo. Eso sí, la dificultad de las negociaciones con los socios ha protagonizado la tramitación de la mayoría de estas normas.
Por eso, Sánchez confía en que su “dificultad para encontrar acuerdos en las Cortes termine”. Ignorando la complejidad ideológica y los intereses encontrados entre los partidos que sustentaron su investidura, el presidente del Gobierno atribuyó su debilidad en el Parlamento a una falta de aceptación de los resultados de las elecciones de hace un año: apeló a las distintas fuerzas políticas a que “acepten el mandato del 23-J y entiendan que no es momento de hacer campaña, sino de dialogar y llegar a acuerdos”.