La justicia concede una indemnización de 150.000 euros a un periodista que estuvo como falso autónomo durante más de 30 años

El pago se debe a que no se le regularizó, a pesar de haberlo pedido el afectado durante años y a que el incumplimiento del empleador justifica la terminación de la relación laboral y le otorga el derecho a recibir una indemnización equivalente a la de un despido improcedente

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El periodista Ferrán Monegal Torròs (Twitter)
El periodista Ferrán Monegal Torròs (Twitter)

Los falsos autónomos son una figura cada vez más habitual en el mundo laboral. Trabajadores que, a pesar de estar registrados como autónomos, en realidad cumplen con los criterios de una relación laboral con la empresa que presta servicios y que son habituales en trabajos de reparto, pero también están presentes en otros ámbitos, como el del periodismo.

Sobre este último sector se ha vivido un caso, que presenta una pequeña victoria para todos los que desempeñan estas funciones. Tras más de 30 años de carrera profesional, el Juzgado de lo Social nº 25 de Barcelona ha dictado una sentencia en la que da la razón al periodista de El Periódico de Catalunya, Ferrán Monegal Torròs, y ha concluido que, a pesar de ser etiquetado como colaborador externo, mantenía una relación laboral continua y dependiente con el diario, lo que le otorga derechos propios de un empleado.

El fallo además ha condenado al medio a pagar una indemnización de 149.958,74 euros, ya que no se le regularizó, a pesar de haberlo pedido el afectado durante años y debido también a que el incumplimiento del empleador justifica la terminación de la relación laboral y otorga a Monegal el derecho a recibir una indemnización equivalente a la de un despido improcedente.

El fraude de los falsos autónomos

Ferrán Monegal, conocido por sus críticas televisivas, trabajó para El Periódico de Catalunya desde mayo de 1993. Aunque formalmente era un colaborador freelance, la sentencia ha revelado que su situación laboral reflejaba una clara relación de dependencia y ajenidad con el diario, elementos característicos de un empleo asalariado.

Por ello, el juez ha determinado que Monegal cumplía con las condiciones de un trabajador por cuenta ajena, dado que su remuneración anual fija de 64.580 euros se pagaba independientemente de su actividad mensual y su trabajo estaba integrado en las operaciones del periódico.

El tribunal ha rechazado las alegaciones de El Periódico de Catalunya, que defendía la naturaleza freelance del trabajo de Monegal. En su fallo, el magistrado ha destacado que, aunque el trabajador tenía libertad creativa, su actividad estaba bajo la dirección y organización de la empresa. Esta situación de “falso autónomo”, es considerada un fraude a la legislación laboral, ya que priva a los trabajadores de derechos y protecciones que les corresponderían como empleados, tales como vacaciones pagadas, indemnizaciones por despido y cotizaciones a la seguridad social.

La despedida de Monegal

El caso se ha dado a conocer tras una noticia publicada por el propio medio en el que trabajaba, titulado: Ferran Monegal se jubila de El Periódico. Está información era falsa y el propio periodista lo denunció, describiéndolo como “un intento de falseamiento de lo que ha sucedido realmente. No me jubilo”.

“Silencian que mi salida de este diario es consecuencia de la sentencia del Juzgado de lo Social nº 25 de Barcelona, del pasado viernes 26 de julio de 2024, en la que se condena a El Periódico por mantenerme durante tres décadas en situación de falso autónomo, por no asumir sus obligaciones como empresa, y fallando también a favor de mi petición de declarar extinguida la relación laboral que judicialmente me ha sido reconocida desde 1 de mayo de 1993″, relata Monegal en un artículo publicado en El Periódico.

En el mismo añade que “esta es la verdad de la nota que se ha publicado de forma tramposa. No se me ha permitido escribir el último artículo despidiéndome de tantos lectores que durante 31 años seguidos me han hecho el honor de leerme casi diariamente. Eso es lo que más lamento. Para mí lo importante es el respeto hacia ustedes. Su derecho a estar bien informados, y mi compromiso de servicio honesto. Gracias por todos estos años juntos. Quizá en un futuro próximo, en algún otro lugar, nos reencontraremos”.

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