Durante su visita a Madrid, el pasado junio, Recep Tayyip Erdogan prometió a Pedro Sánchez elevar “a un nivel superior” el vínculo que, en materia de defensa, une a Turquía con España. A poco más de un mes de aquella reunión bilateral entre los mandatarios, todo indica que la promesa iba en serio: según la prensa turca, actualmente existen negociaciones entre ambos gobiernos para el trueque de aeronaves para sus respectivas fuerzas aéreas. De concretarse, esta transacción no sólo beneficiaría a las industrias de los dos países, sino que también supondría un alivio para el Ministerio de Defensa español, que precisa darle salida a diez aviones A400M que encargó a Airbus pero que no pretende utilizar.
No obstante, como era de esperar, Turquía quiere algo a cambio. Según las fuentes que han revelado las negociaciones, el Gobierno de Erdogan estaría dispuesto a adquirir hasta seis de estas gigantescas aeronaves de transporte si, a cambio, el departamento que lidera Margarita Robles se compromete a incorporar 24 aviones Hurjet, desarrollado por la empresa turca TAI. Estas unidades serían el reemplazo de los cazas F-5 que, con asiento en la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), utilizan el Ejército del Aire y del Espacio para adiestrar a sus futuros pilotos de combate.
De esta manera, si finalmente se alcanza un acuerdo, Defensa encontraría solución no a uno, sino a dos de sus problemas: desde hace tiempo, la cartera de Robles se encuentra en la búsqueda de un avión de entrenamiento a reacción de nueva generación para sustituir la anticuada flota de F-5, que data de 1970. En este sentido, de acuerdo a la revista Defence Turkey, próximamente llegará a España un Hurjet para que personal del Ejército del Aire pueda comprobar de primera mano las capacidades de la aeronave.
Un decena de A400M de más
En los últimos años, el departamento que lidera Margarita Robles ha mantenido contactos con distintos países para deshacerse de estas gigantescas aeronaves de transporte que, según el contrato firmado con Airbus, recibirá a partir del próximo año. De esta manera, Defensa ha tanteado a países tan diversos como México y Jordania, pero sin resultados positivos hasta el momento.
Hace más de 20 años, el Gobierno de José María Aznar acordó con Airbus adquirir 27 unidades de la aeronave. Al ser España uno de los países que integran el consorcio del gigante aeroespacial europeo, también fue de los que más dinero se comprometieron a aportar para el proyecto: más de 3.450 millones de euros, presupuesto que con el paso de los años se incrementó a casi 5.500 millones. Sin embargo, en 2013, otra vez con el Partido Popular en La Moncloa, el Ministerio de Defensa anunció que sólo emplearía 14 de los aviones contratados y que intentaría revender los restantes 13 a terceros países.
En abril de 2023, el Ejército del Aire recibió el decimocuarto A400M, el último que hasta entonces preveía operar, sin que se hubiese dado a conocer negociación alguna entre España y otro país para buscarle destino a las aeronaves sobrantes. Incluso, semanas antes, había trascendido la información de que la cartera de Margarita Robles sopesaba cancelar el pedido por los aviones restantes. Sin embargo, un mes después, Defensa anunció que incorporaría tres A400M más de los estipulados, hasta un total de 17 aeronaves, aunque la operación aún no se ha materializado en un nuevo acuerdo con el fabricante.