En qué casos puede una empresa obligar a un trabajador a cogerse días de vacaciones

El Estatuto de los Trabajadores especifica que el período de vacaciones debe ser fijado en común acuerdo entre el empleador y el trabajador, siguiendo lo determinado en los convenios colectivos o contratos individuales

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Varias personas en la playa, en Barcelona, Cataluña (España). (David Zorrakino/Europa Press)
Varias personas en la playa, en Barcelona, Cataluña (España). (David Zorrakino/Europa Press)

En la mayoría de las empresas, la planificación de las vacaciones suele ser un punto conflictivo que genera confrontaciones entre empleados y empleadores. Esto se intensifica durante el verano, cuando la demanda de días libres alcanza su punto álgido. La duda que surge en estas circunstancias es: ¿es legal que una empresa imponga las fechas de vacaciones a sus empleados?

El tema de las vacaciones laborales está regulado en el Estatuto de los Trabajadores, considerado como la normativa laboral fundamental en España. Este marco legal determina que las vacaciones son un derecho irrenunciable de los trabajadores, y no pueden ser sustituidas por una compensación económica. Además, establece que la duración mínima de las vacaciones no puede ser inferior a 30 días naturales al año.

El derecho de los trabajadores a escoger las vacaciones

El Estatuto de los Trabajadores especifica que el período de vacaciones debe ser fijado en común acuerdo entre el empleador y el trabajador, siguiendo lo determinado en los convenios colectivos o contratos individuales. Este derecho es generalmente respetado en la mayoría de las empresas, permitiendo a los empleados escoger sus días libres siempre que avisen con la debida antelación.

Sin embargo, los problemas surgen cuando no hay consenso. En estos casos, la normativa laboral designa a la jurisdicción social (los juzgados de lo social) como la entidad encargada de resolver el conflicto y determinar las fechas de vacaciones. Esta mediación judicial actúa como una herramienta de protección para garantizar el derecho de los trabajadores.

Por otro lado, los convenios colectivos juegan un papel crucial en la organización de las vacaciones. Aunque una empresa no puede imponer directamente fechas específicas sin un acuerdo con el empleado, los convenios colectivos sí pueden establecer períodos predeterminados para el disfrute de las vacaciones. Un ejemplo de esto podría ser la obligación de tomar un número determinado de días entre julio y septiembre.

Es responsabilidad de la empresa elaborar un calendario de vacaciones, notificando a los trabajadores con al menos dos meses de antelación sobre los días disponibles para su disfrute. Este calendario es una herramienta de planificación que facilita a los empleados conocer con anticipación las fechas en las que pueden tomarse las vacaciones.

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Conflictos y reclamaciones

Cuando una empresa decide imponer fechas específicas sin contar con el acuerdo previo del trabajador, surge un conflicto legal. Por ejemplo, si a un empleado se le obliga de manera repentina a tomar sus vacaciones, este puede presentar una demanda ante los juzgados de lo social dentro de un plazo de 20 días hábiles desde la notificación.

Es importante destacar que, según la normativa laboral, no se pueden descontar días de vacaciones como forma de sanción. También se prohíbe cualquier tipo de reducción en los derechos al descanso del trabajador o la imposición de multas económicas que afecten a sus días libres. En el caso de ausencias injustificadas, la empresa puede obligar al empleado a recuperar el tiempo perdido o desconectar proporcionalmente de su salario, pero nunca de sus días de vacaciones.

La normativa busca equilibrar los derechos de los trabajadores con las necesidades operativas de las empresas. De hecho, se establece que la empresa o el convenio colectivo puede imponer en qué períodos del año se deben tomar las vacaciones, pero dentro de ese marco, el trabajador sigue teniendo libertad para elegir los días específicos. Este equilibrio intenta garantizar una justa negociación entre empleador y empleado, evitando abusos y protegiendo el derecho fundamental al descanso.

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