El hallazgo de un objeto histórico en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, en Granada, se ha convertido en un acontecimiento arqueológico significativo. La sorpresa comenzó cuando una compañía minera, durante unos trabajos de exploración en el enclave, se topó con una colección de artefactos de gran valor histórico. La empresa había enviado a su equipo a esta cueva por su riqueza en minerales como el plomo, pero encontraron algo más.
Jorge Alcalde, divulgador científico y colaborador de COPE, describió el hallazgo, y explicó que “el conjunto material orgánico de la cueva es único”. Estos objetos, de aproximadamente 10.000 años de antigüedad, provienen del período mesolítico e incluyen 14 artefactos tales como cestas, restos humanos momificados como una diadema y sandalias, que ahora son consideradas las más antiguas de Europa. “Normalmente, no se conservan restos orgánicos, por eso la excepcionalidad de este conjunto”, declaró en el programa La Linterna de cadena de radio Francisco Martínez, arqueólogo de la Universidad de Alcalá de Henares y miembro del equipo de investigación.
La conservación de estos objetos se ha atribuido a las condiciones especiales dentro de la cueva. Según Martínez, la falta de humedad y la ausencia de circulación de aire han creado un ambiente similar a un “secadero de jamones”, lo que explica el perfecto estado de conservación de las sandalias y demás elementos.
Alcalde agregó que la singularidad geológica de la cueva, combinada con condiciones climáticas únicas, permitió la conservación de materiales orgánicos vegetales, que generalmente se deterioran con facilidad. Según explicó, “estos objetos, con 10.000 años de antigüedad, son similares a las sandalias de esparto que tenemos para ir a la playa”.
El descubrimiento no solo ofrece una ventana al pasado en términos de vida cotidiana, sino que también arroja luz sobre los ritos funerarios de aquella época. “Parece que las sandalias sugieren el pie de un niño o un joven y fueron enterrados con ellas”, señaló Alcalde. Esto plantea el que no solo estamos ante artefactos de uso diario, sino también elementos rituales significativos.
Los objetos se encontraron durante unos trabajos de exploración
El hallazgo se produjo gracias a una misión de extracción de minerales, especialmente de plomo. Aunque la finalidad inicial era industrial, el enfoque cambió radicalmente al encontrar los restos arqueológicos. La Cueva de los Murciélagos de Albuñol ha proporcionado una conexión esencial con nuestros antepasados del mesolítico.
En cuanto al cuidado y la administración del hallazgo, se ha propuesto la colaboración con diversas instituciones arqueológicas para realizar estudios detallados que permitan una mayor comprensión de los antiguos habitantes de esa región. Los arqueólogos involucrados han hecho hincapié en la necesidad de conservar y estudiar estos objetos en su contexto original para obtener información más precisa sobre las prácticas sociales y culturales de la época.
El equipo de investigación también manifestó que esperan que este descubrimiento sensibilice sobre la importancia de preservar y estudiar sitios arqueológicos. La comunidad científica destaca que, aunque los objetivos industriales son necesarios, deben ser equilibrados con la protección del patrimonio histórico y cultural. Este descubrimiento en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol es un recordatorio de la riqueza de nuestro pasado y de cómo la arqueología puede revelar detalles cruciales de civilizaciones antiguas.
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