Los radares de tramo han ganado relevancia en la gestión del tráfico en las carreteras españolas, estableciéndose como una herramienta eficaz para el control de la velocidad. Tanto la Dirección General de Tráfico (DGT) como diversos ayuntamientos, entre ellos el de Madrid, han apostado por estos sistemas con el objetivo de mejorar la seguridad vial.
Actualmente, España dispone de 92 radares de tramo ubicados en diferentes carreteras. A diferencia de los radares tradicionales, los de tramo no solo registran la velocidad en un punto específico, sino que monitorizan la velocidad media a lo largo de un tramo que puede extenderse más de 30 kilómetros. El sistema opera mediante cámaras que registran el momento en que el vehículo entra y sale del tramo. Si la velocidad media supera el límite establecido, se genera una infracción de manera automática.
La DGT, bajo la dirección de Pere Navarro, tiene planes para incrementar el número de estos radares. A lo largo de 2024, se sumarán 88 nuevos cinemómetros, de los cuales un 60% serán radares de tramo. Navarro ha enfatizado que estos dispositivos resultan más equitativos porque permiten un control de velocidad más continuado y no puntual.
Nuevo radar en Saltacaballo
Entre los radares de tramo más extensos de España, se encuentra uno en la carretera CL-615 de Palencia que cubre 33 kilómetros. Sin embargo, un nuevo radar de tramo, ubicado en la A-8 de Cantabria cerca de Saltacaballo, comenzará a operar en agosto. Este radar, que cubre más de seis kilómetros, se sitúa estratégicamente entre el viaducto de Ontón y Castro Urdiales, y es uno de los más anticipados por los conductores.
El radar de Saltacaballo no solo destaca por su longitud, sino también por la limitación de velocidad en el tramo. A diferencia de otras autopistas con un límite de 120 km/h, este tramo está limitado a 100 km/h. La DGT ha comunicado que durante las primeras semanas de actividad, el radar emitirá solo advertencias y notificaciones para informar a los conductores sobre el nuevo sistema. Las sanciones comenzarán a ser efectivas a partir de septiembre.
Este radar se añade a otros dispositivos de largo alcance en España, como el de la A-6 entre Guadarrama y Collado Villalba, que abarca 19 kilómetros, y el de la A-381 entre Los Barrios y Jerez de la Frontera, con 17 kilómetros. Aunque el radar de Saltacaballo no es tan largo como el de Palencia, se espera que tenga un impacto significativo en la reducción de la velocidad y la mejora de la seguridad en esta concurrida ruta.
En Madrid, el radar de tramo en Sinesio Delgado, que vigila 1,8 kilómetros, ha demostrado ser efectivo. Desde su implementación en 2024, ha contribuido a moderar la velocidad en la capital, resultando en numerosas sanciones.
Los conductores deben adaptarse a esta nueva realidad, donde los radares de tramo se están convirtiendo en una medida estándar de control de velocidad en las carreteras. Tanto la DGT como las administraciones locales están trabajando para asegurar el respeto a las normas de velocidad en todo el país. El radar de Saltacaballo es un ejemplo más de esta tendencia constante.
El objetivo principal de estas medidas es claro: incrementar la seguridad vial y reducir los accidentes causados por el exceso de velocidad. Con cada radar de tramo que se instala, se espera que los conductores adopten hábitos más seguros y responsables al volante. La comunidad de conductores debe estar atenta a las nuevas instalaciones y respetar los límites de velocidad para evitar sanciones que pueden alcanzar hasta los 600 euros.