Ni siquiera los médicos MIR son suficientes para hacer frente a las necesidades de personal del Sistema Nacional de Salud (SNS). O al menos en Andalucía: tan solo el 30% de los residentes de último año ha aceptado trabajar en puestos de difícil cobertura este verano, según ha informado la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF). Las comunidades autónomas aventuraban un verano peor que los anteriores en la atención sanitaria debido al descuadre con la Formación Sanitaria Especializada(FSE) que en 2020 retrasó su inicio debido a la pandemia del covid-19.
A ello se une la falta de personal estandarizada, especialmente acusada en la atención primaria. Los sindicatos denuncian desde hace tiempo la sobrecarga de los trabajadores sanitarios, que acumulan horas de servicio durante el año, lo que genera un desgaste físico, profesional y emocional. Mientras, cerca de 30.000 médicos, enfermeras y otros especialistas esperan pacientemente a que la administración valide su titulación extranjera y se les permita trabajar, según denuncia el colectivo Homologación Justa Ya.
Es el caso de Omar Montilla, médico venezolano que llegó a España con su familia hace más de tres años. Especializado en Obstetricia y Ginecología, Montilla lleva a su espalda 25 años de experiencia en hospitales y centros de salud de su país. Aquí, sin embargo, solo puede esperar. “Levo dos años y cuatro meses de espera de la homologación”, comenta a Infobae España. Mientras, trabaja de lo que puede: “Me ha tocado ser jardinero, en estos momentos soy auxiliar de cocina en un restaurante de la zona en la que vivo, hago acompañamiento escolar, limpieza en algunos locales de asociaciones privadas...”, relata, sin vergüenza alguna. “Hay que mantener a la familia, hay que pagar el arriendo del piso y hay que comprar la comida, que en el súper no la regalan”, justifica.
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Hasta siete años de esperas
Como él hay otras tantas personas que atienden impotentes el silencio de la administración. El Real Decreto 889/2022 garantiza que el tiempo de instrucción y resolución no debe superar los seis meses, pero la realidad dista mucho de la norma: los retrasos son de más de tres años para algunos de los solicitantes. “Han tenido que trabajar de camareros, cuidando ancianos entre otras actividades mientras se espera que el Ministerio de Universidades homologue”, expresan desde Homologación Justa Ya, que calculan un total de 100.000 expedientes retenidos en el Ministerio. “Hay odontólogos, por ejemplo, que tienen seis años esperando su homologación”, cuenta Montilla, que señala que “siempre hay una excusa distinta” desde la burocracia para justificar los retrasos: “que hay poco personal, que el sistema de internet es un sistema obsoleto, que no se puede hacer un plan de choque, que el Ministerio de Hacienda no da los recursos para contratar personal...”, cita de memoria.
La tardanza de la administración ha sido motivo de reproche en Europa: el informe Beidgin courses for migrants to complement qualificatiosn acquired in third countries, de la Comisión Europea destaca las “lagunas de implementación y barreras administrativas al reconocimiento de calificaciones formales” extranjeras. “En los casos más extremos en el sector de la odontología, algunos dicen haber esperado hasta siete años”, recogen.
“España necesita sanitarios, necesita médicos, necesita enfermeros y los tiene aquí, ya están formados en nuestras universidades y tienen convenio con las españolas”, reivindica Montilla. Sin embargo, aun con el título homologado, no obtendrían una plaza fija en la sanidad pública, pues se reservan a aquellas personas que hayan aprobado el examen MIR. “La única forma de trabajar de manera inmediata en la sanidad pública es haciéndolo mediante contratos temporales”, explica Montilla. Unas contrataciones que, opina, podrían aliviar el colapso del SNS en el periodo estival. “Hay hospitales que están cerrando áreas por falta de médicos. Con un contrato, aunque fuese temporal, se aliviaría mucho la falta de atención a las personas. Pero sin la homologación no hay ni eso”.
Un retraso heredado
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades explicaba en 2023 que estos retrasos son heredados del anterior sistema de homologación. En octubre de 2022, el Gobierno modificaba dichos trámites para intentar agilizar el proceso. De este modo, se pasa de abrir un informe por expediente a un panel de convalidaciones. Así, si el solicitante ha estudiado un grado determinado en una universidad validada por el ministerio, una comisión evalúa y resuelve el expediente de forma rápida.
Con este nuevo sistema, se redujeron las solicitudes pendientes, (de 50.677 en 2022 a 34.221 en 2023), pero las resoluciones continúan estancadas. Según el Ministerio, es la falta de funcionarios lo que explica la lentitud del proceso. Y mientras los anteriores solicitantes esperan respuesta, nuevos llegan a España, especialmente graduados en Medicina.
El próximo jueves, 1 de agosto, los graduados extranjeros llevarán sus reclamaciones al secretario general de Universidades, Francisco García Pascual. Piden mantener “una comunicación más fluida” con las autoridades para conocer “cuál es la situación de cada expediente, de cada persona”.