Allan y Alicia son una pareja con una gran pasión por traspasar las fronteras de nuestro país y conocer otros lugares del mundo, como Francia, Inglaterra, Milán, Egipto y Japón. Tanto es así, de hecho, que en la primavera de 2023 decidieron mudarse a otro país europeo, Suiza, y empezar una nueva vida allí.
Suiza es un país muy conocido por su alto nivel de vida: buenos salarios, un alto nivel de bienestar social, un entorno natural envidiable... Son muchas las ventajas que puede tener vivir en el país alpino. Sin embargo, como siempre en este tipo de situaciones, es también necesario un proceso de adaptación en el que no solo hay que dejar atrás todo lo vivido en el hogar de nacimiento, sino también cumplir con todos los requisitos que el nuevo país demanda para que te instales allí. Y Suiza, en eso, es un territorio muy, pero que muy exigente.
“Buenas!”, saludan ambos en un vídeo en su canal conjunto @fromspaintotheworld, “hoy venimos a contar cómo decidimos dejarlo todo y empezar desde cero en otro país”, cuenta Allan, que hace referencia a que lo primero que hay que hacer es...¡hacerlo! “Cogimos todas nuestras cosas, las metimos dentro del coche. Nueve horas después ya estábamos en Suiza”.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
Los primeros pasos
A continuación, Alicia narra qué fue lo primero que hicieron: “Al llegar no teníamos alojamiento, así que buscamos algo barato, entre comillas, así que fuimos a un Airbnb. Para empezar, teníamos que imprimir los currículums y abrir una línea de teléfono con un número suizo porque, spoiler, si en el currículum no tenéis un número suizo, no os llamarán”.
Después, tocó dar un paseo por Lausana, la ciudad a la que habían decidido mudarse. “Es aquí donde tenéis la oportunidad de daros a conocer y que os vean en persona”, destaca Allan, que también destaca que “casi siempre os entrevistan en el momento”, por lo que hay que ir bien vestido.
“A medida que iban pasando los días, nos dimos cuenta que a 500 francos cuatro noches los ahorros iban a volar. Así que buscamos un hostal”, cuenta Alicia. Mientras, tocó ir a realizar los primeros trámites bancarios. “Fuimos a BCB, que es el banco de nuestro cantón y después de muchos intentos por fin dimos con una persona que pudo ayudarnos”.
“No teníamos nada de eso”
No obstante, tenían un problema: “No teníamos una dirección domiciliada, es decir, no podían enviarnos las tarjetas de crédito”, revela Allan. “Así que lo siguiente era encontrar casa”, sigue Alicia. “Después de una larga búsqueda por Marketplace, Homegate y muchas otras webs, por fin encontramos una inmobiliaria que quería alquilarnos un estudio”. Y es que, para encontrar casa, les hacía falta un permiso de residencia, las tres últimas nóminas y en algunos casos incluso un aval. “No teníamos nada de eso”, confiesa.
“Cómo íbamos a tenerlo si empezábamos desde cero sin ningún amigo, ningún contacto y sin hablar francés”, reconoce Allan. Pero estas dificultades fueron las que, precisamente, han hecho que publicaran este vídeo. “Es por eso que contamos nuestra historia y nos ponemos como ejemplo, porque queremos demostrar que sí se puede, que no va a ser fácil, que van a haber días donde vas a querer volverte a casa y abandonar. Pero es aquí donde estás a punto de conseguirlo”.
En cualquier momento, enfatizan, puede sonar el teléfono y que “recibas esa llamada de trabajo, o que vayas a ver el piso que necesitas”. Pero para ello, hay algo que es imprescindible: “Esfuerzo, constancia e ilusión”.