La historia de Grifols, la farmacéutica que buscaba ser el gigante español en el sector y de la que huyen ahora los inversores

En enero, un informe del fondo bajista Gotham City aseguraba que la firma catalana manipulaba sus cuentas, lo que sacudió los cimientos de Grifols

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Sede de Grifols en Barcelona.
Sede de Grifols en Barcelona. (David Zorrakino/Europa Press)

La empresa farmacéutica española Grifols ha sido durante décadas un símbolo de innovación en el sector de la salud. No obstante, a lo largo del año 2024, la firma ha enfrentado una serie de desafíos que han mermado la confianza de los inversores, lo que ha derivado en una afectación severa en su valoración en los mercados. En febrero de este año, un fatídico informe del fondo bajista Gotham sacudió los cimientos de la farmacéutica catalana, al acusarla de manipular sus cuentas de deuda y Ebitda. Ante esta situación, no son pocos los que se preguntan: ¿qué ha podido suceder para que una empresa que aspiraba a ser el gigante español en el sector farmacéutico se encuentre en esta situación?

Historia y crecimiento de la firma

Grifols fue fundada en 1940 en Barcelona por José Antonio Grifols Roig, un pionero en la técnica de conservación de plasma. Desde sus inicios, la empresa se especializó en productos hemoderivados y dispositivos médicos, con una fuerte apuesta por la investigación y el desarrollo. A lo largo de las décadas, Grifols se consolidó como un referente mundial en la producción de derivados del plasma, expandiéndose a través de adquisiciones estratégicas y la apertura de centros de donación de plasma, especialmente en Estados Unidos.

Durante la década de los 2000, Grifols experimentó un crecimiento significativo, ampliando su presencia global y diversificando su portafolio de productos. La adquisición de Talecris Biotherapeutics en 2011 por aproximadamente 4.000 millones de dólares fue un hito que catapultó a la empresa a una nueva dimensión, convirtiéndola en uno de los líderes mundiales en el mercado de hemoderivados. Además, la compañía continuó su expansión con la compra de la alemana Biotest en 2021, consolidando aún más su posición en el mercado europeo y aumentando su capacidad de producción de plasma.

Pérdida de confianza entre los inversores

Sin embargo, en los últimos años Grifols ha enfrentado varios desafíos que han impactado negativamente su desempeño financiero. Uno de los factores principales ha sido la creciente deuda de la firma, disparada debido a estas adquisiciones y al impacto de la pandemia de Covid-19. Además, Grifols ha invertido con fuerza en centros de donación de plasma en Estados Unidos, el mercado más grande y lucrativo para estos productos. Estas inversiones han sido cruciales para asegurar un suministro constante de plasma, pero han requerido un gasto considerable en infraestructura y operaciones, lo que aumentó la deuda sustancialmente.

Así estaba la situación de Grifols hasta el pasado 9 de enero. Aquel día, el Ibex 35 vio cómo el precio de las acciones de Grifols se hundía más de un 40% durante la mañana, pese a que luego logró contener la bajada hasta el 20%. Esta caída estuvo provocada por el informe realizado por el fondo bajista Gotham City Research, donde aseguraban que Grifols “había manipulado” sus cuentas para ocultar esta deuda y “que sus acciones valían cero”, cuando unos días antes capitalizaba por encima de los 9.000 millones. Esta deuda se sitúa actualmente en los 2.900 millones de euros, y vence el año próximo.

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Imagen de archivo de la multinacional Grifols en el parque tecnológico de Zamudio. (Luis Tejido/EFE)

Siete meses convulsos

Desde entonces, el caos se ha adueñado de la compañía familiar, que ya antes del ataque de Gotham daba síntomas de preocupación. En tan solo dos días, el valor de Grifols se rebajó en más de 3.000 millones de euros. Además, su modelo de gobernanza fue duramente criticado en el mencionado informe: además de la acusación de ‘maquillar’ las cuentas, el fondo criticaba la opacidad de la compañía y la presencia de miembros de la familia tanto en el consejo de administración como en el comité de dirección. Todo esto ha derivado en cambios de peso desde entonces.

A comienzos de febrero, Grifols anunció el nombramiento de un nuevo consejero delegado, Nacho Abia, confirmando a su vez el abandono de los cargos directivos de Raimon Grifols, hasta entonces director corporativo, y Víctor Grifols, que cedió el puesto de director de operaciones. La firma también ha reconfigurado su órgano directivo, al introducir miembros independientes. De esta forma, y según indica la compañía, cumple con “mejores” prácticas de buen gobierno.

Grifols ha presentado ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos del Distrito Sur de Nueva York una demanda contra, Gotham City Research, el director y fundador del fondo, Daniel Yu, General Industrial Partners, Cyrus de Weck y sus participadas para solicitar el resarcimiento por los daños financieros y reputacionales causados a la compañía y a sus partes interesadas ('stakeholders'), a raíz de los informes difundidos que cuestionaban su contabilidad y su solvencia.

La familia buscará la OPA junto al fondo canadiense Brookfield

Ante esta situación, la familia Grifols estudia lanzar una oferta pública de adquisición sobre el 100% de la compañía de forma conjunta con el fondo canadiense Brookfield. “Conforme a la información facilitada al consejo, Brookfield y los accionistas familiares han llegado a un acuerdo para evaluar una posible oferta pública de adquisición conjunta por la totalidad del capital social de Grifols”, ha detallado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

De tener éxito, esta operación supondría sacar de la Bolsa a la farmacéutica catalana, cuya capitalización bursátil se ha visto disminuida en un 39% desde que comenzó el ejercicio fiscal. La oferta para una opa conjunta sobre el 100% de las acciones de Grifols valora a la compañía en cerca de 7.000 millones de euros, lo que sitúa el precio por acción en torno a los 10 euros, con una posible prima del 25%. Actualmente, el reconocido fabricante de hemoderivados tiene una capitalización bursátil de 5.500 millones de euros, tras una caída cercana al 40% en lo que va de año.

A principios de 2023, su valor en bolsa rondaba los 6.500 millones de euros, pero llegó a caer hasta alrededor de los 3.700 millones de euros debido a la polémica que afectó a la empresa.

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