En los últimos días, una acalorada discusión ha surgido en el mayor foro de viajes de Eslovenia, que cuenta con más de 100.000 miembros. El debate se encendió tras el comentario de una usuaria que había estado de vacaciones en Mallorca y compartió su decepción sobre algunas de las playas de la isla, entre ellas Cala Deià. La crítica ha provocado un intercambio de opiniones sobre la verdadera calidad de las playas mallorquinas y ha puesto en el centro de la conversación la situación del turismo en Baleares.
La usuaria eslovena publicó un comentario en el foro que rápidamente captó la atención de muchos miembros. En su mensaje, expresó su descontento con la playa de Cala Deià, describiendo una experiencia que distaba mucho de las imágenes promocionales que había visto en internet. “Estamos totalmente decepcionados con la playa de Cala Deià. En internet, todas las fotos son bonitas. Aparcamiento 5,90 euros. Cogimos la bolsa de baño, los trajes de baño y bajamos por las escaleras estrechas hasta el final. Llegamos a la playa y mi pareja me pregunta si estoy bromeando. Y esta ni siquiera es la primera playa en la que nos encontramos con esto. Mallorca no nos verá más,” escribió, adjuntando una foto de una playa “nada paradisíaca”.
Reacciones al comentario
El comentario generó un aluvión de respuestas de otros miembros del foro. Algunos estuvieron de acuerdo con la autora, afirmando que las playas de Mallorca no son tan impresionantes como se promocionan y que incluso “no son mejores que las croatas”. Sin embargo, no todos compartieron esta opinión. Otros usuarios sugirieron que quizás los turistas simplemente tuvieron mala suerte al elegir los arenales que visitaron. Argumentaron que hay muchas playas en Mallorca que son verdaderamente espectaculares y que la isla sigue siendo un destino de playa de primer nivel.
La queja de la turista eslovena pone de relieve una cuestión crítica en la era de las redes sociales y el marketing digital: la brecha entre las imágenes promocionales y la realidad. Las fotos de playas idílicas con aguas cristalinas y arenas blancas a menudo no muestran las multitudes, el coste del aparcamiento ni las dificultades de acceso que pueden acompañar a estos lugares. Esta disonancia puede llevar a la decepción de los visitantes, especialmente aquellos que han viajado desde lejos con altas expectativas.
El precio de la vivienda dispara las quejas contra el turismo masivo en Baleares
La dificultad para acceder a una vivienda digna y de precio razonable ha desencadenado en las Islas Baleares una oleada de movilizaciones sociales contra la masificación turística. Estas protestas están siendo impulsadas por una variedad de entidades, desde organizaciones políticas y ecologistas hasta grupos vecinales. Retomando campañas previas como ‘Salvar Mallorca, es ahora o nunca’ y ‘Menos masificación es más’, promovidas por el Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (Gob) en 2018, el pasado 25 de mayo cerca de 10.000 personas se manifestaron en Palma para expresar su descontento.
La marcha, la más multitudinaria hasta ahora del movimiento contra la saturación del turismo, tenía por lema ‘Mallorca no se vende. Digamos basta’ y fue organizada por la entidad Banc del Temps de Sencelles, una pequeña organización vecinal surgida en un pueblo del interior de la isla debido a la crisis de la vivienda.