¿Se ha recuperado el poder adquisitivo? Pensionistas e inversores viven mejor momento que quienes dependen de un salario

El crecimiento de las rentas reales, pero no de los salarios, tiene implicaciones en el consumo de los hogares, que no termina de crecer como tradicionalmente lo hacía en épocas expansivas porque solo algunos consiguen ahorrar

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Una jubilada mira el escaparate de una tienda de Logroño. (EFE/ Raquel Manzanares)
Una jubilada mira el escaparate de una tienda de Logroño. (EFE/ Raquel Manzanares)

Las crisis que se han sucedido desde 2020, especialmente la inflacionista, han producido una merma del poder adquisitivo de los hogares porque los ingresos crecían menos que los precios. Sin embargo, ya hay algunos indicadores que constatan una recuperación total del músculo de las familias a finales de 2023 y el Gobierno los resalta. Las macromagnitudes esconden muchos matices, siendo el principal que la recuperación del poder de compra es muy distinto según qué tipo de ingresos sean los predominantes en cada familia.

Según expuso el pasado martes el Ministerio de Economía haciendo referencia a los datos de la OCDE, los hogares de España recuperaron su renta real de 2019 en el cuarto trimestre de 2023, adelantando así a países como Alemania, todavía ligeramente por debajo. Esto contrasta con la evolución de los sueldos, uno de los componentes principales de la renta de las familias y el principal para muchas de ellas: la inflación se ha comido las subidas, de manera que los salarios reales son un 2,5% inferiores en el primer trimestre de 2024 respecto al último de 2019, también según datos de la OCDE.

Un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) contribuye a explicar esta dicotomía. Según sus cálculos, a partir de la Contabilidad Nacional, la mitad del crecimiento de la renta real de los hogares en 2023 (7,5 puntos) se debe a ingresos no salariales: prestaciones, excedentes de negocios y rentas de la propiedad. Fuentes de la institución explican que esto responde al aumento de las pensiones un 8,5% en 2023 y al aumento de los ingresos por intereses de fondos de inversión y depósitos con las subidas de tipos del BCE. La otra mitad del crecimiento sí son remuneraciones a los asalariados, pero gran parte de esa franja se debe a que hay más número de trabajadores, no a subidas salariales.

Informe sobre la ejecución presupuestaria de 2024, AIReF.
Informe sobre la ejecución presupuestaria de 2024, AIReF.

Esto da como resultado una parte de la población cuya renta no depende de los ingresos salariales que sí ha tenido mayor recuperación del poder adquisitivo y otra, la que solo percibe un salario, que aún tiene menor poder de compra y no lo recuperará en el corto plazo, según detecta la OCDE con los primeros datos de 2024. Esta diferencia tiene además un claro impacto por edad y por nivel de renta: los ingresos procedentes de inversiones, de las pensiones y de los negocios se concentran más en la población mayor y en los percentiles altos.

En este contexto, el informe de la AIReF vuelve sobre el debate de por qué suben menos los salarios en España que en otros países de la UE (en el área del euro los salarios reales ya son un 2,3% superiores a los de 2019) y señala un factor clave. “El fuerte flujo de inmigración podría estar permitiendo que la escasez de mano de obra fuese inferior a la que se aprecia en general en las economías del área del euro” y esto provoca menores tensiones salariales.

El ahorro se concentra en los mayores, que gastan menos

Este comportamiento de la recuperación de las rentas y los salarios reales tiene implicaciones tanto en el ahorro de los distintos tipos de familias como en su consumo. La tasa de ahorro de los hogares ha experimentado un fuerte incremento en el año 2023 y a comienzos de 2024, situándose en niveles no observados desde la pandemia y superiores al promedio histórico. Sin embargo, según explica la directora de la División de Análisis Económico de AIReF, Esther Gordo, el ahorro “se concentra en hogares de mayor edad, a partir de los 50 años, y en mayores niveles de renta”, en consonancia con los aumentos de renta descritos.

“Estos hogares son los que menos consumen y tienen un patrón distinto respecto a los jóvenes”, señala Gordo. Gastan menos parte de su presupuesto en restauración y más en alimentos en el hogar, lo que podría explicar en parte por qué “las elevadas tasas de ahorro no se trasladan tanto al consumo” como si la distribución del ahorro fuera más homogénea por edades.

La AIReF considera que debido a esto, la aportación del consumo de los hogares al PIB será menos “optimista” de la que el Gobierno ha reflejado en el cuadro macroeconómico del informe de situación de la economía española. “En la medida en que el ahorro se concentra en los individuos de mayor edad y mayores niveles de renta que, en general, presentan menor propensión a consumir, las altas tasas de ahorro podrían ser compatibles con el mantenimiento de una trayectoria moderada del consumo privado en los próximos trimestres”, señala el informe.

A la vez, también se está produciendo una reducción del endeudamiento de los hogares muy relacionado con la evolución de las rentas y del ahorro. Las familias continúan desapalancándose, su ratio de endeudamiento se redujo hasta el 72% de la renta bruta disponible en el primer trimestre de 2024, nivel que no se observaba desde finales de 2001 y 14 puntos por debajo de la del promedio del área del euro. El proceso de desendeudamiento de los hogares españoles refleja en parte el “menor acceso a la vivienda en propiedad de los hogares jóvenes en comparación con las cohortes anteriores”, como señala el Banco de España en sus últimos informes.

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