Uno de los países de Europa pone fin al cambio de hora: “A partir de 2025 en adelante ya no habrá cambio al horario de ‘verano’”

Todos los países de la UE y algunos extracomunitarios se rigen por una normativa común que establece que los relojes se adelantan una hora el último domingo de marzo y se atrasan una hora el último domingo de octubre

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Imagen de archivo de una persona cambiando la hora de su reloj. (ARTEMIO GUERRA BAZ /CUARTOSCURO.COM)
Imagen de archivo de una persona cambiando la hora de su reloj. (ARTEMIO GUERRA BAZ /CUARTOSCURO.COM)

El cambio de hora, conocido también como el cambio de horario de invierno al de verano, se utiliza con el objetivo principal de aprovechar mejor la luz solar durante los meses en los que los días son más largos. Esta práctica, que consiste en adelantar los relojes una hora en primavera y atrasarlos en otoño, busca reducir el consumo de energía eléctrica al maximizar el uso de la luz natural en las horas de actividad humana.

La idea de ajustar los relojes para aprovechar la luz del día no es nueva. Benjamin Franklin, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, propuso por primera vez la idea en 1784 en una carta satírica al editor del Journal de Paris. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que la práctica se adoptó de manera más formal y extendida. Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania y sus aliados fueron los primeros en implementar el horario de verano en 1916, con la intención de ahorrar carbón. Posteriormente, otros países siguieron su ejemplo.

Además del ahorro de energía, el cambio de hora tiene otros beneficios como por ejemplo, alinear las horas de luz solar con los horarios de trabajo y actividades recreativas, según algunos expertos puede mejorar potencialmente el bienestar y la productividad de las personas.

El cambio de horario en Europa

El horario de verano en los países de la UE se rige por una normativa común que establece que los relojes se adelantan una hora el último domingo de marzo y se atrasan una hora el último domingo de octubre. Todos los países miembros de la Unión Europea siguen este calendario, lo que facilita la coordinación de horarios en todo el continente. Sin embargo, países no pertenecientes a la UE, como Suiza, Noruega o Ucrania también adoptan el horario de verano de manera similar.

Precisamente el Parlamento en Ucrania ha aprobado una ley para de poner fin al cambio de horario y a partir de ahora se fija la única hora de Kiev: UTC+2, según ha informado el diputado ucraniano del partido ‘Holos’ Yaroslav Zheleznyak. Este año, el último domingo de octubre, los ucranianos cambiarán sus relojes al horario de invierno por última vez y no habrá cambio al horario de verano a partir de 2025.

El gobierno ucraniano justifica esta medida para definir la base jurídica para el cálculo del tiempo en Ucrania, además de contribuir a las aspiraciones de integración europea. Hay que recordar que hace unos años el Parlamento Europeo respaldó una iniciativa para poner fin al cambio horario y que fue votada a favor por el 84% de los europeos. A su vez, esta medida responde a los intereses de protección del territorio nacional, cuya integridad se ve amenazada actualmente por la invasión rusa.

Impacto en las personas

Lo cierto es que, aunque el propósito principal del cambio de hora es ahorrar energía, su impacto en la sociedad es amplio y variado. En términos de salud, la adaptación al cambio de hora puede ser un desafío para muchas personas. Estudios como el realizado por la Universidad Oberta de Catalunya han mostrado que los cambios en el reloj biológico pueden afectar el sueño y el ritmo circadiano, provocando trastornos del sueño, cansancio, y, en algunos casos, un aumento en la incidencia de problemas de salud como infartos y accidentes cerebrovasculares.

“Cuando se sufre un cambio de hora brusco, en los viajes o con el cambio de hora, por ejemplo, ese reloj biológico se desajusta, se encuentra desfasado y necesita un periodo de adaptación”, afirmó en una publicación María José Acebes, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

La productividad laboral también se ve influenciada. Si bien el ajuste del horario puede resultar en un aumento en la productividad debido a una mejor sincronización con la luz del día, los primeros días después del cambio también pueden ser menos productivos debido a la falta de sueño y la adaptación del cuerpo al nuevo horario.

Por otro lado, el cambio de hora puede tener efectos positivos en la vida social y familiar. La extensión de la luz diurna durante la tarde facilita la realización de actividades recreativas y sociales después del trabajo o la escuela, lo que puede mejorar la calidad de vida y las relaciones personales.

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