Qué pasa si cambio de opinión años después de hacer un testamento

Para garantizar la validez del nuevo testamento, el testador deberá incluir su intención clara e inequívoca y el notario podría solicitar documentación adicional para verificar que el testador esté en plenas facultades mentales

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Notario mostrando un documento a su cliente (Freepik)
Notario mostrando un documento a su cliente (Freepik)

El testamento es un documento legal mediante el que una persona decide quiénes serán los beneficiarios de su patrimonio tras su fallecimiento. Al hacerlo, el causante se asegura de que sus últimas voluntades se cumplen, por lo que es de vital importancia que sea exactamente tal y como le gustaría (siempre dentro de los márgenes de la legalidad, ya que se podría declarar nulo). En estos casos, suele surgir la duda sobre qué se puede hacer si el testador cambia su opinión con respecto a lo dispuesto en el testamento que ya redactó ante notario.

Lo primero que hay que saber es que los testamentos se pueden actualizar tantas veces como uno quiera. De hecho, pueden redactarse de nuevo por completo, y las causas por las que hacerlo pueden ser diversas: anulación del matrimonio, problemas familiares, muerte de algún heredero, etc. En estos casos, el testamento anterior quedaría anulado y carecería de valor en el futuro.

Para hacerlo, será necesario acudir a un notario y otorgar una escritura pública, la cual debe inscribirse en el Registro de Actos de Última Voluntad. Para garantizar la validez del nuevo testamento, el testador deberá incluir su intención clara e inequívoca. Además, el notario podría solicitar documentación adicional y verificar que el testador esté en plenas facultades mentales, previniendo posibles manipulaciones o coacciones.

También es posible que se produzca una revocación tácita del testamento anterior si se otorga uno nuevo, por lo que en este caso el otro pasaría a ser nulo. En cualquier caso, cuando la revocación o modificación se realiza ante un notario, este puede solicitar documentación adicional, como títulos de propiedad, y hacer algunas preguntas para verificar que el testador está en pleno uso de sus facultades mentales.

Es importante señalar que los herederos solo conocerán las modificaciones del testamento si el testador se los comunica. De lo contrario, deberán esperar hasta su fallecimiento para leer el documento final.

Tipos de testamento

Uno de los formatos más comunes de testamento es el notarial abierto, realizado en presencia de un notario. Este profesional verifica la identidad y capacidad del testador y remite el documento al Registro de Últimas Voluntades del Ministerio de Justicia. Según los expertos, es el más eficiente ya que facilita los trámites para los herederos.

Otro tipo es el testamento ológrafo, que es escrito y firmado a mano por el propio testador. Aunque no requiere intervención inicial de un notario, autenticar el documento puede ser un proceso largo y costoso. Además, es crucial mantener este testamento en un lugar seguro para asegurar su validez.

El testamento cerrado es otra opción. El testador redacta sus últimas voluntades y las sella en un sobre, cuya autenticidad certifica un notario sin conocer su contenido. La confidencialidad se mantiene hasta que el sobre se abre tras la muerte del testador, pero se requiere intervención legal para su apertura.

Finalmente, existe el testamento ante testigos, utilizado en situaciones extraordinarias como conflictos bélicos. Este testamento verbal, hecho en presencia de testigos, pierde validez si el testador sobrevive a la situación excepcional que lo motivó.

Las diferencias entre testamento notarial abierto y cerrado cuando se recibe una herencia
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