El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener los tipos de interés en el 4,25 % a la espera de tener más datos que refuercen su confianza de que la inflación llegará a su objetivo del 2%. De igual manera, mantiene la tasa de depósito (que remunera el exceso de reservas a un día) en el 3,75% y la de la facilidad de préstamo (la que presta a los bancos a un día) en el 4,5%.
En un comunicado, la entidad ha destacado que los datos más recientes confirman en “en líneas generales, la anterior valoración del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación a medio plazo” y ha explicado que, aunque ciertos indicadores de inflación subyacente subieron en mayo por factores temporales, la mayoría se mantuvieron estables o bajaron en junio.
Esta decisión llega un día después de que Eurostat confirmase que la inflación en la eurozona se desaceleró en junio, registrando una disminución de una décima comparado con el mes anterior, hasta alcanzar una tasa interanual del 2,5 %, retomando así la senda descendente interrumpida en mayo. No obstante, la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos debido a su volatilidad, se mantuvo estable en el 2,9 %, mientras que el precio de los servicios continuó siendo la categoría con mayor inflación, situándose en el 4,1 %.
Por ello, “La política monetaria mantiene unas condiciones de financiación restrictivas”, ha sostenido el BCE.
¿Habrá más bajadas en 2024?
El pasado mes de junio, la institución cumplió con las previsiones y bajó los tres tipos de interés oficiales 25 puntos básicos, hasta colocar el precio del dinero en el 4,25%. Con este movimiento a la baja, el primero desde hacía ocho años, se anticipaba a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos que, por el momento, descarta recortar las tasas de interés.
Con esta decisión, el organismo comenzaba un ciclo de reducción de tasas casi dos años después de haber iniciado un periodo de incrementos en julio de 2022, que resultó en diez aumentos consecutivos desde julio de 2022 hasta septiembre de 2023, seguido de un periodo de estabilidad hasta la fecha.
La pregunta que se plantean tanto los analistas como los mercados es cuántos recortes más llevará a cabo la institución este año. La mayoría se inclina por otros dos de 25 puntos básicos, el primero en septiembre y el segundo a finales de año. Sin embargo, no se descarta que pueda producirse alguno más sobre todo si no sube la inflación.
Para que el BCE siga rebajando tipos, el requisito es que la inflación siga bajando hasta acercarse al 2% que el eurobanco se ha marcado como objetivo. Ha pasado de un máximo anual del 10,6% en octubre de 2022 a colocarse el pasado mes de mayo en el 2,6%, tras subir dos décimas respecto a abril. La misma tendencia ha seguido la inflación subyacente, que tras alcanzar un máximo del 5,7% en marzo de 2023, retrocedió al 2,9% el pasado mes de mayo.