Qué pasa con la pensión de incapacidad permanente si hay una mejoría en la enfermedad o condición que la otorga

Este subsidio es revisable, lo que significa que periódicamente se evalúa la condición del beneficiario para determinar si ha mejorado o empeorado

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Un hombre con dolor en la rodilla (Shutterstock)
Un hombre con dolor en la rodilla (Shutterstock)

El sistema de Seguridad Social en España brinda apoyo a los trabajadores cuya capacidad para trabajar se ve afectada por una enfermedad o accidente. Este apoyo se materializa en la pensión de incapacidad permanente, que busca compensar la pérdida de ingresos del trabajador al no poder realizar determinadas actividades laborales. No se exige una edad mínima para recibir esta pensión, pero es necesario haber cotizado a la Seguridad Social durante un tiempo específico, salvo en casos de enfermedades profesionales o accidentes laborales.

Existen cuatro niveles distintos de incapacidad, según el grado de afectación del individuo: Incapacidad Permanente ParcialIncapacidad Permanente Total, Incapacidad Permanente Absoluta y Gran Invalidez. Y es importante subrayar que la cuantía de las pensiones por incapacidad permanente se establece según la base reguladora de cada trabajador y el grado de incapacidad que se le haya reconocido.

Este subsidio es revisable, lo que significa que periódicamente se evalúa la condición del beneficiario para determinar si ha mejorado o empeorado. La Seguridad Social realiza estas revisiones cada dos años, las cuales pueden resultar en ajustes de la prestación o su cese.

Cuando el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) concede una incapacidad permanente, el Tribunal Médico puede considerar que la afección del beneficiario podría mejorar con el tiempo. Por ello, el INSS puede solicitar una revisión obligatoria. Si la condición del beneficiario mejora, el grado de incapacidad y la pensión correspondiente se reducirán, pudiendo llegar a perder la prestación.

Además, la revisión no solo se realiza por mejoría, sino también por empeoramiento, por lo que si se demuestra un deterioro, se puede obtener un grado superior de incapacidad y una mayor cuantía en la prestación. Cabe destacar que la pensión por incapacidad permanente dejará de ser revisada al alcanzar la edad de jubilación, al menos a los 65 años.

En qué casos pueden retirar la pensión por incapacidad permanente

Las razones para retirar una pensión por incapacidad permanente incluyen:

  • Comenzar un trabajo que sea incompatible con el nivel de incapacidad.
  • Mejorar en el estado de salud, reduciendo así las limitaciones laborales.
  • Detectar un error en el diagnóstico inicial, lo que requiere una reevaluación del caso.
  • Que el beneficiario tenga comportamientos que contradigan la incapacidad declarada.
  • Informes médicos del sistema de salud público que muestren una mejora en la enfermedad o lesión, llevando al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a reconsiderar la capacidad laboral del beneficiario.

Que puedes hacer si te retiran la pensión por incapacidad permanente

Si tras una revisión se decide retirar la pensión por incapacidad permanente, siempre existe la posibilidad de impugnar la decisión. Inicialmente, se puede presentar una reclamación administrativa previa, detallando los argumentos y pruebas que demuestran que la retirada de la pensión es injustificada.

Es crucial respetar los plazos establecidos para presentar esta reclamación y seguir rigurosamente los procedimientos legales para aumentar las oportunidades de éxito en la impugnación. Si la reclamación es denegada, se puede recurrir a la vía judicial, con los trámites correspondientes que deben ser gestionados con el apoyo de un abogado.

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