El testamento es un documento legal que permite a una persona determinar quién heredará sus bienes tras su fallecimiento. Elaborarlo ofrece numerosas ventajas para el testador, ya que asegura que se cumplan sus últimas voluntades, y para los herederos, que pueden ahorrar tiempo y dinero en el proceso. Sin embargo, hay ocasiones en las que el causante muere sin haberlo redactado. En este caso, se puede seguir la voluntad del fallecido manifestada en vida o seguir la legislación.
Cuando esto sucede, en España, la llamada sucesión intestada entra en vigor. Mediante este mecanismo, la ley establece un orden específico para determinar quiénes son los herederos legítimos. En este punto hay dos conceptos que conviene discernir: grado de consanguinidad y grado de afinidad.
Grado de consanguinidad
Como explican desde Navarro y Navarro, el bufete español especializado en herencias, el grado de consanguinidad indica la relación de parentesco entre personas que comparten un vínculo de sangre. Estas personas están conectadas por una línea directa de antepasados y descendientes. A la hora de gestionar la herencia, es muy importante, ya que define quiénes son los herederos legítimos y cómo deben distribuirse los bienes del fallecido. Los grados de consanguinidad más comunes son:
- Primer grado: padres e hijos.
- Segundo grado: hermanos, abuelos y nietos.
- Tercer grado: bisabuelos, bisnietos, tíos y sobrinos.
- Cuarto grado: primos, sobrinos nietos y tíos abuelos.
Grado de afinidad
El grado de afinidad, por su parte se refiere al parentesco legal, como el matrimonio. Este tipo de parentesco incluye a la familia del cónyuge, es decir, los parientes del esposo o esposa. El grado de afinidad sigue las mismas líneas ascendentes y descendentes que el de consanguinidad, pero no implica una relación de sangre. Los grados de afinidad más comunes son:
- Primer grado: cónyuge, suegros, yernos y nueras.
- Segundo grado: cuñados, abuelos y nietos del cónyuge, hermanos del cónyuge.
- Tercer grado: bisabuelos, bisnietos, sobrinos y tíos del cónyuge.
Hay que saber que el grado de afinidad se disuelve en caso de divorcio o anulación del matrimonio, rompiendo legalmente los lazos familiares con la familia del cónyuge.
Orden del reparto de una herencia
Comprender quiénes son los herederos según el Código Civil es esencial para asegurar que la distribución de bienes se haga conforme a la ley. El orden de sucesión se establece así:
- Descendientes: Los hijos, seguidos de los nietos si los primeros han fallecido. Los bienes se dividen por igual entre los hijos, y si un hijo ha muerto, su parte se reparte entre sus descendientes.
- Ascendientes: En ausencia de descendientes, los padres heredan. Si los padres también han fallecido, los abuelos heredan, prefiriendo a los más cercanos en grado.
- Cónyuge superviviente: El cónyuge tiene derecho a una parte de la herencia, que varía según la existencia de otros herederos. Con descendientes, recibe el usufructo del tercio de mejora. Sin descendientes pero con ascendientes, el usufructo es del 50 %. Sin descendientes ni ascendientes, hereda todo.
- Hermanos y sobrinos: Si no hay descendientes, ascendientes ni cónyuge, heredan los hermanos, y en ausencia de estos, sus hijos (sobrinos).
- Otros parientes colaterales: Si no hay familiares directos, la herencia va a otros parientes colaterales hasta el cuarto grado (primos hermanos).
- El Estado: Si no hay herederos, los bienes pasan al Estado, que los administra según la ley.