El Ejército impide a un cabo de Canarias cuidar de su bebé: las trabas para conciliar la vida familiar con la carrera militar

Los soldados denuncian que el Mando de Canarias es una de las unidades del Ejército de Tierra que más obstáculos pone a la hora de facilitar la conciliación familiar a sus militares. “A los jefes de la unidad no les gusta porque pierden efectivos”, aseguran

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Margarita Robles durante una visita
Margarita Robles durante una visita al Centro de Educación Infantil en la Base Militar El Goloso (Marco Romero/MDE)

Siempre que tiene oportunidad, Margarita Robles insiste en que uno de los ejes fundamentales de su gestión al frente del Ministerio de Defensa, que lidera desde hace ya seis años, es “el desarrollo de la política de personal”. No obstante, los militares, en especial aquellos que pertenecen a la escala más baja de las Fuerzas Armadas, continúan padeciendo problemas a la hora de intentar conciliar su carrera profesional con la vida familiar, pese a que la ley está a su favor al ser empleados públicos.

Justamente, este ha sido el caso del cabo destinado al Regimiento de Artillería de Campaña nº 93 (RACA 93) de la Brigada “Canarias” XVI (Brican XVI), unidad del Mando de Canarias del Ejército de Tierra, uno de los últimos soldados que se ha topado con obstáculos para poder conciliar la paternidad con su trabajo. El militar en cuestión solicitó, a principios de este año, repartirse sus 37,5 horas semanales de trabajo en cuatro días, para disponer de un día libre extra y así poder trasladarse hasta su domicilio familiar, ubicado en otra isla de la misma provincia, con el objetivo de cuidar a su hijo recién nacido, según consta en el expediente al que ha tenido acceso Infobae España.

El soldado basó su solicitud en el documento confeccionado, en 2017, por el entonces Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de Ejército Jaime Domínguez Buj, sobre la aplicación de la Orden DEF/1363/2016 que, entre otras cosas, regula las reducciones de jornada de los militares. En el mismo, se establece que para “facilitar la conciliación familiar” aquellos efectivos “cuya residencia habitual en razón de su destino no coincida con la del resto de su unidad familiar y esta última residencia esté a una distancia que no le permita la incorporación a su Unidad en los plazos marcados, podrá cumplir un horario diferente siempre que las necesidades del servicio lo permitan”.

De igual manera, las indicaciones realizadas hace siete años por el general Domínguez Buj señalan que el horario laboral resultante de la conciliación “podrá modificar el genérico del lunes, del viernes o de ambos días en caso de necesidad, completando las 37,5 horas de trabajo el resto de la semana”. Precisamente, lo que había requerido el cabo de la Brican XVI.

Declaraciones del portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, quien ha defendido su propuesta de desplegar las Fuerzas Armadas para impedir la llegada de cayucos a España asegurando que "el Gobierno tiene que hacer frente a una crisis migratoria y usar los recursos que tiene a su alcance". (Fuente: Congreso)

Además, el antiguo jefe del Ejército precisó que es competencia de los Mandos de Primer Nivel -en este caso el Mando de Canarias- autorizar este nuevo horario y “dar las órdenes oportunas” para su concesión “al personal de sus unidades subordinadas”. Así, el coronel José Luis Heredero Guaza, jefe de la RACA 93, se valió de esto último para negarle la conciliación familiar al soldado de su regimiento, alegando que el Mando de Canarias “no ha establecido directriz alguna al respecto (y) por tanto no hay derecho al que acogerse”.

Sin embargo, la negativa no llegó hasta que el interesado apeló al silencio administrativo para que se le concediera la conciliación al haber transcurrido más de tres meses de la presentación oficial de la solicitud, tiempo en el que la misma se considera aprobada al no existir rechazo explícito, según establece la ley 39/2015. A pesar de esto, en su escrito el coronel no sólo rechazó otorgar lo solicitado, sino que, apelando a un extraño fallo del Tribunal Supremo sobre explotaciones mineras, descartó que el procedimiento pudiera estimarse por silencio positivo.

Ante esta situación, el afectado presentó un recurso de alzada a la unidad inmediatamente superior, la Brican XVI, pero con este movimiento tampoco obtuvo el resultado deseado. El jefe de la Brigada “Canarias” XVI, general Ricardo Esteban Cabrejos, desestimó la petición del soldado y dio la razón al coronel Heredero Guaza. “El interesado pretende que se le conceda por medio de la figura del ‘silencio administrativo’ una jornada laboral que no está contemplada entre las jornadas de trabajo susceptibles de ser concedidas a los militares destinados en el Mando de Canarias”, sostuvo el general en su escrito, con el que puso fin al proceso abierto.

Ahora la única posibilidad que le queda ya al militar es acudir al Tribunal Supremo que, en el mejor de los casos, puede resolver este asunto en dos o tres años, la misma edad que tendrá su niño cuando esto ocurra.

Una unidad intransigente

Desde las asociaciones profesionales han señalado que el Mando de Canarias, que ejerce su influencia sobre las unidades de la Fuerza de Canarias, Baleares y las ciudades de Ceuta y Melilla, es uno de los órganos del Ejército que más trabas pone al momento de conceder medidas de conciliación a sus efectivos, tal como reconoce el presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Marco Antonio Gómez. “A los jefes de la unidad no les gusta la conciliación porque pierden efectivos”, afirma Gómez en diálogo con Infobae España.

Soldados españoles (María José López/Europa
Soldados españoles (María José López/Europa Press)

En este sentido, Gómez defiende el derecho a la conciliación familiar, pero señala que la misma muchas veces repercute de forma negativa en los demás miembros de la unidad. “Si en una compañía de 50 personas se tiene a diez personas de conciliación, lo que hacen los mandos es machacar al resto que se encuentra en maniobra, guardia o servicio. De esta manera, lo que consiguen es que sus propios compañeros se vuelvan contra la gente que tiene la conciliación, creando un ambiente hostil”, detalla el presidente de ATME.

La solución para Gómez es sencilla: más personal y dinero. “Si tienes suficiente personal para que haya una adecuada rotación, no tendrás problemas. Si nos pagaran todos los servicios que hacemos nadie se cogería una conciliación, porque con ese dinero podrías pagar a alguien para que te cuide a tu hijo”, asegura. De todas formas, desde ATME son partidarios de que cada caso se estudie de forma individualizada y se ajuste su horario a sus necesidades particulares: “Cada familia tiene un problema diferente”.

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